Letra y Música - KIVI

Tuya

Chiara observa su reflejo en el espejo del hotel en el que se hospeda debido a los premios Ídolo. Lleva un vestido de transparencias rojas que dejan entrever un top negro y unas bragas del mismo color. Admira el trabajo que su estilista ha hecho en ella, habiendo conseguido un maquillaje ideal que realza sus pómulos y sus labios, mientras sus ojos se ocultan tras unas delgadas gafas de sol.

Lleva la vista hacia la cama deshecha, donde aún están las bolsas del almuerzo que ha compartido con Violeta, unos simples nuggets de pollo, y sus albornoces, que realmente no duraron mucho cubriendo sus cuerpos una vez la sesión de mimos post almuerzo tuvo comienzo y antes de que su estilista llegara al hotel para dejarlas listas para el evento. Aunque en un principio invitara a la pelirroja a acudir como su acompañante a esos premios, no tardó en llegarle una invitación a ella misma también, por lo que al final ambas acuden en calidad de invitadas, pero acompañándose mutuamente. Algo que le genera nervios en el estómago. Unos buenos, que piensan en la ilusión de poder compartir este tipo de cosas juntas sin olvidar la importancia que cada una tiene en su área. Y es que su chica es una escritora increíble y que consigue llegar a jóvenes y adultos a partes iguales, con su gran sensibilidad para transmitir a través de sus historias. Así que ese reconocimiento público que va ganando día a día le hacen sentirse tremendamente orgullosa de ella.

Se muerde la sonrisa, que esboza justo a tiempo de ver aparecer a Violeta cuando ésta sale del baño y se acerca con ella hasta el espejo para observarse mejor. Lleva un vestido blanco de tirantes escotado, y que deja su abdomen a la vista con una gran apertura. Chiara pasea sus ojos por la figura morena de la pelirroja sin dejar detalle atrás. Su piel tostada contrasta con el blanco del vestido, lo que hace ver un cutis de escándalo. A través del cristal, la pelirroja también hace un recorrido del cuerpo de la morena, mordiéndose el labio inferior.

-¿Ves algo que te guste? - Pregunta Chiara con tono de burla.

-Estás... guapísima. Te quiero... muchísimo. - Es lo único que le sale a la motrileña decir.

-Que me lo digas tú que eres la cara de España... - Contempla la menorquina el rostro de su chica, con su mirada marcada especialmente debido al maquillaje aplicado. - ¿Alguna vez te he dicho lo mucho que me gustan tus ojos? Tienes una mirada... que bof. Indescriptible. Qué intensidad.

Violeta se ruboriza levemente y sonríe, dejando marcar su hoyuelo.

-Eso es que me gusta lo que veo. - Musita dejando un pequeño pico en sus labios. - Aunque hace un momento no me parecía que estuvieras mirando mis ojos.

-Es que no me está haciendo nada bien ver esto. - Dice mientras pasa sus dedos por el abdomen de la pelirroja, que se estremece bajo el tacto. Escala hasta acariciar con la yema de sus dedos el borde de su pecho.

-Vámonos mejor... Kiki. - Llama su atención, a lo que la menorquina sale del trance en el que se había sumido al sentir su piel. - Let's go.

Un taxi las lleva hasta el lugar del evento. Antes de bajarse del coche, Violeta observa la cantidad de personas y de prensa que hay en la zona y se asegura de que Chiara esté lista. Ésta asiente con su cabeza y le dedica una sonrisa, a lo que la pelirroja ve luz verde para abrir la puerta del coche para bajarse. Una vez fuera, se gira para ofrecer su mano a la menorquina, que la sujeta firmemente mientras baja del taxi. Los flashes empiezan a dispararse hacia ellas mientras Violeta cierra la puerta del coche tras ellas, sin soltar su agarre de la mano de su novia. No puede olvidar que es su regreso al ojo público tras lo ocurrido en el festival, por lo que está decidida a no perderla de vista, por si necesitaba su apoyo en cualquier momento.

Alba, que espera ya en el lugar, se acerca a ellas para indicarles por dónde tienen que pasar, probablemente teniendo que hacer frente a algunas preguntas de los medios.