¿Fingiendo ser pareja por sexo? [ Kagehina ]

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*Aviso importante:

Besos, lenguaje explícito, palabrotas y vómito.

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De camino a las canchas, Hinata encuentra a dos amigos de la secundaria. Obviamente no va a hacer el feo de no hablar un poco con ellos. Pero la desgracia es que los han visto saliendo del baño, y obviamente fijándose en las marcas del cuello de Hinata.

—¿Es mi imaginación o...?—el rubio, señala el cuello. Insinúa acertando.

—Os tengo que contar muchas cosas. Pero bueno, ¿cómo estáis?

—Bien, ¿y tu?—Hinata suspira recordando lo anterior, se vuelve a marear un poco. Llevando su mano a la frente.

—Obviamente con un dolor de cabeza—de reojo ve a Kageyama, con solo ver la mirada de Hinata se ve como le hecha la culpa. Aunque él también la tiene, es quien a deseado esto. Y quien ha pedido más y quien básicamente ha gemido por placer a cada cosa—, pero por el resto bien.

—Recupérate, estaremos viéndote.—ambos agitan sus manso para despedirse y dar media vuelta, luego de escuchar un adiós de parte del pelirrojo. Se gira a ver a su "pareja".

—Si ganamos, ¿lo volvemos a hacer pero esta vez en una casa?—La adición llega muy pronto a ambos bandos, ambos quieren. Pues claro que quieren, ha sido algo tan placentero y que llena algo que la vida cotidiana no da.

—Las veces que quieras.

¿Cuándo han llegado con el equipo en la puerta que lleva al interior de las canchas?

—¡¿Dónde estabais?!—Ukai se pone frente a Hinata y lo agita, con las manos apretando los hombros. Suelta un quejido ya que le duele los chupetones que tiene ahí tapados—El partido va a comenzar.

Hinata intenta enfocar la vista haciendo que el entrador se confunda. Bueno es que ahora le está viniendo un mayor mareo al haber tanto ruido y miradas. Tiene ganas de vomitar. Pone su mano en la boca y siente como algo sube por su esófago.

Rápido vuelve a salir de ahí, detrás del entrenador. Hinata va al retrete y vomita de rodillas—¿Hinata, pasa algo?

Sí que le pasa algo, literalmente a tenido sexo con Kageyama y cuando parecía que terminaba, la compasión no formaba parte del vocabulario. De ninguno de los dos.

—Solo espera...—antes de continuar vuelve a vomitar. Le ha sentado un poco mal, más bien porque ahí debajo mientras lo hacía parecía como si sus entrañas se colapsara. Se acostumbrará con el tiempo.

—Hinata, ¿seguro que puedes jugar?—pone su mano en el hombro de este, ahora está preocupado.

—Sí, solo...—arcadas, pero no sale nada—necesito cinco minutos para descansar.

El entrenador le ayuda a levantarse con cuidado de no moverle mucho, no más que el movimiento que ya tiene su cuerpo, tambaleando un poco sus piernas.

¿Con qué esto es el sexo?

Pues sí, lo es. Tan placentero que apenas se comprende el motivo, pero con repercusiones a la vez. Muchas, demasiadas. Incluso me atrevo a decir que hay algunas que pueden llegar a quitar vidas. Por suerte, Hinata solo tiene un simple mareo junto vomito, poco más. Es algo nuevo, aunque ya haya soñado con eso y cosas así.

Mientras volvían donde está todo el equipo, incluido el preocupado Kageyama, Ukai se ha dado cuenta de las marcas de Hinata, tampoco se nota mucho, pero no es como si no se vieran. Entonces una pregunta llega feroz a su mente. ¿Hinata y Kageyama...?