Extra ¹

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—Mira, en cuanto lleguemos, aprovecharemos que están en el cole para hacer lo que queramos. ¿qué opinas? —el sentido de la frase se conduce a que aprovechando que sus tres hijos están en el colegio, a penas primero de primaria y el otro aún en infantil, el más pequeño, podrían hacer el amor bastante rato. Como los viejos tiempos.

—Desde que estamos dando una pausa al vóley para cuidarlos, siempre aprovechas para que lo hagamos más veces —Hinata asiente con la cabeza afirmando que es un pervertido, pero así le gusta—. Y está bien, lo haremos.

El beso que le da el pelirrojo en la mejilla a Kageyama deja claro su gratitud—Pues ya hemos llegado —tampoco estaban tan lejos. La mano entrelazada con la de su azabache es la que los guía a su habitación. La puerta como se abre, se cierra dejando que Hinata hable—. Hoy no, pero mañana vayamos al sextoy de aquí cerca para divertirnos un poco.

Kageyama ríe por la nariz, su esposo es tan pervertido cuando quiere. Pero ama eso de él tanto como ama verlo reír y coquetearlo frente todo el mundo dejando claro que él, él es suyo—Claro que sí.

Y como de costumbre, con un aura de amor a su alrededor. Sus bocas se acercan  rozándose, viéndose a los ojos con ternura hasta que sus párpados se cierran para cortar distancia. Sus labios presionan suavemente sobre los otros, moviendo sus cabezas con lentitud sintiendo así más cosas y profundizando también con la ayuda de sus manos en la mejillas o en la nuca.

Sus cuerpos también están sumamente cerca, notando que sus erecciones comienzan a subir. Normal, el roce que tienen o la pequeña fricción de sus piernas convierten tanto sus besos al inicio suaves y luego intensos como sus miembros queriendo ser tocados. Pero eso es normal en ellos, la costumbre de que se les levante con tan solo mirarse e imaginarse en la cama.

Lo de ser sexópata aún no se quita de sus necesidades cotidianas. Y es por ello que empiezan a abrir sus bocas para buscar el contacto de lengua y lengua, buscando comenzar una batalla por quién puede dar la mejor sensación y exploración vocal del momento.

La mano, como siempre, de Hinata va pasando por debajo de la ropa, mientras sus pasos; la de amos, van retrocediendo hasta llegar a la cama para poder tumbarse. Con cuidado, Shoyo se sienta y va echándose hacia atrás, mientras Tobio gatea para seguir sus labios y ponerse encima suya.

Las manos empiezan a pasar por los pantalones cortos y anchos, llegando a sus muslos que estremecen al pobre Hinata comenzando a sentirse líbido y agitado. Incluso el ambiente ya se está volviendo ardiente y estremecedor. Incluso sus bocas comienzan a derramar saliva por sus comisuras. 

A Hinata le recorre una corriente electrizante por todo su cuerpo, y sí, incluye su pene, debido a que su pantalón va bajando por sus piernas y con ello el resto de la parte inferior. Dejando un amiguito que tanto conoce nuestro querido Kageyama.

Se separan del beso, Kageyama baja su mirada a la polla de Hinata—Vaya, siempre te pones duro a la primera —la pequeña risa de Hinata hace que Kageyama vuelva a mirarlo con una vista tranquila y una sonrisa de enamorado.

—Anda que tú —sí tiene razón—, ¿y me ayudarás, no? —su media sonrisa llena de perversión deja claro que quiere, "hasta que se ahogue de placer".

—Tú lo has querido.

—Sí, yo lo he querido —levanta su pierna para con su dedo grande tocar la nariz de Kageyama. Este molesto coge con efusividad el tobillo comenzando a dar besos por el gemelo y acercándose al muslo para terminar en su entrepierna. aunque en ese camino de recorrido, ha ido dejando marcas notorias, succiones de piel o chupetones, como quieras llamarlo y varios mordiscos que solo sacaban gemidos a Hinata.

Este mismo al sentir una mano en su pene y su lengua tocando la punta, lleva su mano a la boca intentando ocultar el gran gemido que le ha salido nada más sentir la humedad de la lengua y arquear su espalda.

Se ha sentido tan bien. Tobio no se va a quedar ahí, con una mirada feroz empieza a meterse su miembro en la boca, masturbación oral, de las que le gusta a Hinata. La saliva dejando rastro incriminatorio, los constantes agitaciones y jadeos por parte de ambos crea la primera corrida de Hinata.

Ambas manos del pelirrojo se posan en las mejillas de su esposo para atraerlo a su cara y besarlo, aprovechando que este no ha tragado su semen y así hacer un juego de mezclas. Algo que nunca antes habían hecho pero que los ojos cerrados de ambos y la de vuelta mano de Kageyama masturbando a su esposo dicen dos cosas, "lo haremos más" y "me encanta".

El nombre que no para de decir es ahogado en la cavidad vocal debido al beso que no solo se trata de lamidas, si no pequeñas mordeduras en el labios, como sádico vampiros en busca de sangre. Ambos son bastante masoquistas en esos sentidos.

El rastro de saliva que dejan al separar sus bocas y volver a verse crea una pequeña conexión y una tragada de eso con lo que se han ido pasando en el beso. Vaya si les ha gustado eso, a ambos.

Hinata con sus manos empuja a Kageyama a estar este ahora sobre la cama u que así esté sobre él con su mano sobre el abdomen y apoyándose ahí—¿Quieres ver el cielo, amor? —la respuesta al obtener el "sí", será llevarlo al cielo del placer.

Lame su muñeca mientras sus ojos solo conectan con los oscuros azabaches azulados—Muéstramelo, por favor, querido —y eso es luz verde para él. Baja la cremallera de su pantalón bajando un poco tanto el pantalón como la ropa interior, dejando la obviedad de su bulto. Esto solo dice que está morboso por algo que acaba de hacer.

Encoje sus hombros suspirando el aliento ardiente que estremece un poco a Kageyama observándolo desde las sábanas. Y sabe que quiere o que es lo que está buscando hacer estando encima suya. Y más cuando su cuerpo se inclina un poco hacia adelante para él mismo introducirse la polla de su esposo en su interior.

Entre ellos ya no hace falta dilatación. Más cuando ya lo han hecho mucho más de treinta mil veces. Y aunque a veces el cuerpo de Hinata lo rechace cerrando su entrada y excitando las embestidas de Kageyama, la mayoría deja que entre hasta que le saque el alma.

Como ahora, ha entrado bien profundo y que casualidad que justo apunta a su punto dulce o punto G. Sintiendo como toda su vista es borrosa, jadea, saca un gemido diciendo "Tobio" y un suspiro acompañado de todo. Ha entrado tan rápido que ha visto las nubes, y el pobre Tobio viéndolo así, tan líbido, tan excitado tan... tan así, muerde su labio inferior sintiendo el calor de sus mejillas.

Dios, lo ama mucho, y más ahora que empieza a él mismo dar pequeños saltos. Mierda se siente tan jodidamente bien. Pero no acaba ahí, ya que Hinata para solo para inclinarse al pecho de su esposo y empezar a lamerlo—¿No vas a hacerme nada más? —algo desanimado viéndolo mientras lame su pecho.

—¿Qué quieres que haga si tu haces todo el trabajo? —Hinata sonríe volviendo a su posición, a dejar que la polla salga de él y así acercar su boca al mismo—¿Qué pretendes ahora, pequeño pervertido?

—Busco diversión —sin dejar de ver la cara de su esposo, empieza a meterse esos centímetros de pene en su boca, lamiendo y intentando no atragantarse tanto mientras permanece jodiadamente excitado.

Pero no. Kageyama se acera él en un rápido movimiento dejándolo tumbado nuevamente y sin miedo algo de hacer daño a Hinata, mete su polla de una estocada profunda en su interior, dejando que el largo y sonoro gemido que hacen las cuerdas vocales de Hinata se escuche por toda la casa.

Y así, todo él día hasta que llegaron sus hijos.

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*Nota autora:

Próximo capítulo más hard, más lemon, más largo y más posturas dentro de poco o mucho, indefinido aún. Gracias por las views y espero que os guste este cap, os amo mucho en serio <3

Bye mis fans del Kagehina y el sexo... :D

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¿Fingiendo ser pareja por sexo? [ Kagehina ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora