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*Nota autora:

Bua, y pensar que ya llevamos exactamente dos meses y dos días en esta historia, desde que comenzó. Me encanta ver como somos 3200 personas. De verdad no puedo agradeceros todo esto con un gracias, por ello os lo haré con un capítulo.

Este capítulo será largo.

Gracias igualmente a una nueva personita que se ha unido a nuestros comentaristas familiares que me alegran el día, ¡esa es @TheBestShipper098 <3 y la que me ha hecho que publique hoy este capítulo! Solo recordaros que yo siempre voy a leer y dar un me gusta a vuestro comentario porque los aprecio mucho.

Sin menos esperas, ¡disfruten del capítulo mis amantes de ver dos gays siendo gays! En este caso el Kagehina.

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Un mes de casados, ¿quién podría decirlo? El tiempo pasa tan rápido como los sucesos. La televisión está encendida mientras una familia lo mira comiendo, o más bien cenando. Está ahí la madre de Hinata, Natsu, ellos y la madre por parte de Kageyama.

Todos se callan al escuchar que se dice por la televisión—Hoy hemos podido espetar el horrible suicidio de un prisionero de la cárcel de Tokio. Este adulto joven fue encerrado por intento de asesinato, violación y agresor de nuestro querido 'pequeño gigante' del Karasuno, nuestro número diez. Su nombre es Rokuta y al parecer también agredía a menores y los violaba bestialmente arrepintiéndose una vez hecho pero volviendo a hacerlo. Hemos podido, como ya he dicho, presenciar sus suicidio. ¿Nuestro pequeño gigante ahora podrá tener paz después de todo sus sufrimiento? —sí, pero antes ya estaba teniendo paz, con la persona que más quiere en este mundo, con la persona que le hace brillar y ser valiente ante cualquier situación.

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—¡Por favor! —suplica el pelirrojo haciendo ojos de enamorado; aunque ya de por si los tenga, y así convencer a su querido esposo Kageyama a ceder ante su petición ya aceptada en el fondo del azabache—¿No te haría ilusión?

—Amaría hacer eso.

—¿Entonces es un sí? —emocionado acercándose a él con efusividad y una sonrisa de oreja a oreja. Kageyama sí tiene ganas, amaría hacerlo, como ya ha dicho. Y no solo porque él se lo pida, si no también porque ya había soñado con algo así.

—Es obvio que sí, ¿cuándo quieres ir? —Hinata se lanza a él para abrazarlo y besarle toda la cara, lo ama, ¡pues claro! ¿Cómo no hacerlo? El equipo contrario que se encuentra practicando cerca de los banquillos en los que están, se quedan impresionados, ¿en serio serán así todo el rato? ¿Será cariñosos hasta tal punto de dar envidia?

—Hoy mismo, sabía que me dirías que sí y ya he pedido cita para poder pasarnos y hacer el papeleo, podremos ser padres —Hinata lo mira sentado a su lado—. Tobio, tendremos un hijo hija, ¿no estás emocionado?

Sí, van a ir a adoptar—¿Cómo no emocionarme con la idea de darle una vida a alguien, criarlo o criarla juntos y poder ver como crece mientras envejecemos? —la sonrisa y mirada relajada de Hinata lo dice todo, "eres lo mejor".

Y claro que lo es, ¿quién no quiere a alguien como él?

—Kageyama, estoy realmente feliz de todas las decisiones que he tomado solo por saber que eso me ha llevado aquí, te lo digo en serio —la gente es como si no existiera, son ellos dos dándose el amor que hace años se daban en abrazos antes y después de un partido, cuando no había nadie más que sus verdaderas caras.

Y pensar que todo comenzó por fingir ser pareja por sexo.

—Yo también —está claro que lo suyo es inimaginable, incalculable, incapaz de poder explicarse cuanto vale el uno por el otro. No se puede expresar esa felicidad que le entra al cuerpo y esa sonrisa inocente que escapa inconscientemente. Esos besos que sus cuerpos hacen sin tan siquiera pensar en hacerlo, solo por costumbre y porque es mágico. Esas palabras, frases, oraciones, cartas y dedicaciones que siempre se hacen aunque no sean fechas importantes, al igual que algún que otro detalle.

¿Fingiendo ser pareja por sexo? [ Kagehina ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora