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*Nota autora:

Bueno, creo que todos y todas estamos ya en más confianza después de ya como 24 capítulos, ¡veinticuatro! Soy muy feliz porque nunca hubiera podido imaginar que llegaría a casi los dos mil quinientas visualizaciones en tan solo tres meses. De verdad amo y me alegra saber que hay gente que me apoya. 

Vuelvo a dedicar este capítulo a todos, incluso a los que ni votan ni comentas. Igualmente os quiero a todos. Gracias por hacerme todas las mañanas, tardes y noches felices mientras recibo vuestros comentarios. De verdad que sois los mejores y las mejores. ¡Suerte en todo y por favor cuidad vuestra salud! (No como el pobre de Hinata antes de que llegara Kageyama).

Espero que os guste la imagen de arriba. ¡Comenzamos con el capítulo, sabiendo al fin el misterio del dolor de barriga de Hinata!

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Sale. Ve a su equipo. Sus ojos lo dicen todo. ambos se acercan al cuerpo devastado de Kageyama. Lo abrazan, intentan transmitir algo que este aprecia mucho—Ahora que ya están todos y el familiar a Shoyo sabe lo que pasa, diremos que ocurre con Hinata.

Todos se separan viendo a la mujer castaña. Sonríe, intenta mantener serenidad, aunque no haga falta. Todos está aliviados sabiendo que todo está bien, o eso dice la cara vidriosa, brillante y alegre de Kageyama; porque sabe que no le pasa algo que no pueda solucionarse.

—Shoyo parece que —suspira—tiene algo que por suerte, hoy en día es fácil de solucionar. Por suerte él parece tener una fuerte resistencia mental y defensas dispuestas a hacer de todo por vivir. Con lo cual, se rebaja la mortalidad a un dos por ciento y con probabilidad de que no vuelva a pasar al rededor de un noventa por ciento —sonríe—. Es algo complejo de explicar que tiene, es básicamente un tipo de virus bastante preocupante que reacciona a las hormonas o satisfacción de la persona; aunque a veces también por la adrenalina. Esto provoca mareos, dolores de barriga y nubosidad en la vista, incluso desmayos, como es el caso. Teniendo en cuenta que antes del partido tuvo relaciones sexuales, ha aumentado la satisfacción, y luego con las hormonas de querer más por su patología y la adrenalina por el partido, el virus ha provocado esto.

El Karasuno se alegra. Casi se asustan pensando que su pequeño gigante podría estar sufriendo muchísimo en su interior. Kageyama es quien más aliviado, feliz, alegre, confiado, enamorado y deseoso de esto. Hinata tiene algo que se cura, su Hinata va a estar bien.

—Cariño —en medio de un partido que los llevaría a ir a las mundiales—. Nunca me iré de tu lado,  tendrás que soportarme aunque no quieras. Me tendrás que consentir mis caprichos, como besos o abrazos. Estarás obligado a demostrarte mi amor hacia ti. Y lo más importante, tendrás que sentir cuan enamorado estoy de ti —toca nariz y nariz. Sus manos pasan por su cuello y las de este posadas en su mejilla. Poco a poco son sus labios los que no dejan el aire pasar, unidos por pieles jugosas.

Piensa—Pues claro que acepto —algo que no pudo decir ahí pero ahora dice en su mente. amaría poder tener que soportar a Hinata por el resto de su vida, tenerlo día si y día también recordándole lo mucho que lo quiere. Ahora podría decirse que con tan solo imaginárselo, envejeciendo juntos, que no lo dejará ir.

Kageyama se separa del equipo alegre y vuelve a dentro. Parece que Hinata ya está despierto y sentado en la camilla. El azabache corre hacia él—Nunca pedí tanto y acabé teniendo la lotería —lo ama, pues claro que lo ama. Se lanza a abrazarlo, este con una sonrisa se deja casi tumbar en la camilla.

—¿Qué te ha picado ahora? —nota como las lágrimas de Kageyama mojan su ropa de hospital. acaricia su pelo con suavidad e intentando que se note y se transmita paz.

—¡No vuelvas a pegarme estos sustos! Te juro que pensaba que esta era la última vez —es algo similar a sus inicios, cuando fingían ser pareja para tener sexo. Que recuerdos—. Nunca me perdonaría perder a alguien que significa tanto para mí.

—No me vas a perder, tonto —sonríe, una gran y amplia sonrisa que demuestra el tonto enamoramiento que lleva encima y tendrá que cargar años y años; aún así esa idea la ama.

—Cuando salgamos de aquí, pienso ir contigo a unas vacaciones a países nuevos. Pienso llevarte cogido de mi mano, besarte frente monumentos históricos, y más, ¡mucho más! —se separan un poco. Hinata algo inclinado hacia atrás y con sus pies a los laterales del cuerpo inclinado hacia adelante de Kageyama lo besa, tan tiernamente y dulce como puede.

Quiere demostrarle su gratitud, su infinita gratitud por todo. Es que no hay una palabra que diga el total de su agradecimiento, no hay números suficientes para ponerlo en cifras. Es que simplemente no hay algo que pueda expresar cuanto lo ama. Su única manera es dando besos, día y día diciendo un te quiero, dándole mini regalitos no necesariamente de materiales. 

—Suena bien, tengo ganas de salir de aquí de una buena vez —vuelve a besarlo, está vez atrayéndolo con sus manos en su camiseta, dejando que este se ponga encima suya mientras él está tumbado en la camilla. Aunque no puedan hacerlo ahí, si pueden darse cariño y amor, ignorando las cámaras de seguridad que hay.

—Suena mejor sabiendo que lo haremos juntos.

—Tienes razón —ahora enrolla sus pies y sus manos en el cuerpo ajeno. Besa su cuello y se acerca a la oreja—, tienes toda la razón. Te amo —y lo abraza, tiernamente.

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Es una ciudad increíble. Tantas cosas, tantas casas antiguas con decoraciones únicas pero siguiendo un patrón. También hay múltiples edificios, iglesias, murallas antiguas esparcidas por todas partes.

El hermoso ambiente que hay ahí es fresco, también lleno de cultura y personas que crean aquel ambiente. Valencia es realmente hermoso, tanto que Hinata no puede evitar pararse a cada segundo por todo lo que hay a su alrededor, contemplándolo mientras coge de la mano a su novio.

—¿Quieres ver lo mejor que hay aquí? —sonriéndole.

—Sí —Kageyama comienza a arrastrarlo por las calles amplias y largas llevándolo a algún lugar. Es sorprendente lo hermoso que es cada milímetro que componen a esta ciudad.

Al final llegan. Es hermoso, ahora mismo están en la catedral de Valencia, un lugar tan grande y que el interior es incluso mejor. Kageyama mira de reojo a su pelirrojo. Puede observar brillo en su mirada y una curva sutil en sus labios.

—Sí, parece que es lo más bonito —no nota cuando Kageyama deja de coger su mano. Está tan sumido en presenciar aquella obra de arte antigua que no lo nota. Es ahí cuando escucha su voz.

—Hinata —el nombrado gira su cabeza, mira esos ojos azabache con detención—, ¿sabes algo curioso que he oído decir? —el otro con sonidos le dice que continúe—Dicen que si pides matrimonio frente la puerta de la catedral de Valencia, la pareja será feliz por siempre.

—¿En serio? —es bastante bonito ese mito o leyenda. Sonríe a su dulce novio. También mira como desvía la vista al suelo—Es interesante.

Se agacha, se pone de rodillas. Espera... ¿qué?

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*Nota autora:

Hey, hey, hey. Aquí he cumplido algunas cosas que me habéis pedido. Primero, decir que le pasa a Hinata y si es bueno o malo. Segundo, hacer que en una escena algo íntima estén siendo grabados (en el hospital). Y tercero, que améis más la pareja.

Bueno, ¿qué estará haciendo Kageyama? Dejadlo en los comentarios. Gracias por leer como siempre y ser felices <3

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¿Fingiendo ser pareja por sexo? [ Kagehina ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora