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*Nota autora:

No os ilusionéis si creéis algo, eh, porque solo diré que no es lo que pensáis.

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—Sí, parece que es lo más bonito —no nota cuando Kageyama deja de coger su mano. Está tan sumido en presenciar aquella obra de arte antigua que no lo nota. Es ahí cuando escucha su voz.

—Hinata —el nombrado gira su cabeza, mira esos ojos azabache con detención—, ¿sabes algo curioso que he oído decir? —el otro con sonidos le dice que continúe—Dicen que si pides matrimonio frente la puerta de la catedral de Valencia, la pareja será feliz por siempre.

—¿En serio? —es bastante bonito ese mito o leyenda. Sonríe a su dulce novio. También mira como desvía la vista al suelo—Es interesante.

Se agacha, se pone de rodillas. Espera... ¿qué? Hinata aún está procesando en la posición que Kageyama se está poniendo. Lo mira tan fijamente. Incluso hay gente de alrededor que sabe lo que se viene y comienza a grabar, después de todo tienen fans incluso en Valencia.

Ya está colocado. Ahora saca algo del bolsillo. Con sumo cuidado lo muestra frente a Hinata. Es una pequeña cajita que cabe en la palma de su mano. Tiene terciopelo decorándolo, a pesar de ser un color negro azabache. 

Vuelve a mirar los ojos café de su novio, con suavidad y ternura, algo que saca una sonrisa boba a Hinata, ya va procesando todo. 

—Hinata.

—¿Sí? —tiene ganas de que diga lo que tiene que decir. Abre la cajita que esconde entre sus manos, muestra el contenido. Es hermoso, un anillo, un hermoso anillo algo. Hinata sonríe, solo puede hacer eso mientras espera que se lo pregunte ya.

—¿Quieres que te incordie, moleste, fastidie hasta que nos muramos, y que cada día me dejes amanecer a tu lado? Has sido lo mejor de mi vida, has estrado antes de lo que te piensas y yo no me había dado cuenta. Me enamoraste a primera vista en aquella puerta, cruzándola. Me enamoraste cada día con tus remates y con tu sonrisa. Me enamoraste con tu personalidad extraña que aún amo. Sin ti, mi vida sería una rutina sin sentido. Gracias a ti, he podido experimentar todo lo que me faltaba, todo lo que soñé o fantaseé contigo. Soy feliz de poder pedirte esto. ¿Quieres casarte conmigo aceptando que no te dejaré ir? —decidido.

Hinata sonríe—Bueno, déjame pensarlo —quiere molestarlo un poco—. Es difícil... pero, si tengo que dar mis sincera respuesta, sería un —se acerca un paso hacia él, extendiendo su mano—sí. Pero me parece injusto que te me hayas adelantado, ¡iba a pedírtelo yo e un tiempo! Te has adelantado, y eso que tenía planeado ya todo lo que decirte, incluso todo el equipo lo sabía y me ayudó, es injusto —Kageyama ríe poniéndole el anillo mientras este dice eso. Se levanta sonriendo como bobo viendo a su enérgico prometido

—No podía dejar que te adelantes de nuevo. Tu te declaraste antes que yo y me pediste y me pediste ser tu pareja, que menos que me toque hacerlo está vez a mí.

—Bueno, ¿y para cuándo la boda? —viendo los ojos azabache de su novio. La gente sigue ahí, aplaudiendo y aún grabando todo con sus teléfonos, incluso algunos llorando, es normal, ¿quién no?

—¿Tan rápido? Pensaba que durarías un rato más en preguntármelo. Pero sí, en unas semanas. Yo también tenía planeado esto, aunque más para el mundial, la final. Pasó lo que pasó y no pude, pero ahora sí.

—¿A sí? —enrolla su brazos por el cuello de este y se acerca apenas unos centímetros de este, intentando intimidarlo con dulzura.

—Sí —y corta distancia, un beso. Sus ojos se cierran dejándose llevar por el hermoso momento que tienen ahora, sus bocas unidas y dentro de poco unidos también por matrimonio. Incluso dentro de unas horas unidos en la cama.

¿Fingiendo ser pareja por sexo? [ Kagehina ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora