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Es verdad, las entrevistas. No se dan cuenta que comienzan a ser rodeados por muchos camarógrafos y reporteros. Y es obvio que la intimidad nadie lo conoce cuando se trata de conseguir una buena entrevista.

Un reportero que ha conseguido acercarse a la pareja, los separa intentando de esta manera, poder hacerle preguntas algo más tranquilos y alejado de toda la multitud.

Hinata y Kageyama ahora mismo solo quieren irse a un baño, una habitación o cualquier sitio en el que reine la paz y gemidos suyos. Hinata necesita recargar pilas, sí, teniendo relaciones sexuales con su hermoso y preciado novio; quien también necesita hacerlo.

—Vamos a haceros unas cuantas preguntas. Si no queréis responder, no pasa nada, solo queremos averiguar algunas cosas sin presionaros—sorprende la sinceridad en las palabras del reportero que en mano lleva un micrófono.

—Claro, di—algo más confiado, notando como la mano de Kageyama sujeta con fuerza su cadera, es obvio que esa mano lleva ahí un buen rato, cortando distancias. Se nota que no pueden estar separados por más de dos minutos. Y eso no solo lo nota nuestra naranjita, también las dos personas frente a ellos; el camarógrafo y el reportero.

Grabando en vivo a ese par tan hormonados que ahora se sienten algo nerviosos—Bueno, hay algunas personas—comienza a hablar—, que dicen que sois pareja. Es una duda, ¿lo sois?—se acaban de comer la boca hace menos de cinco minutos y pregunta eso. ¿No es obvio que sí?

Hinata suelta una pequeña risa floja mirando de reojo a Kageyama—Sí.

—Oh, me alegro mucho—emocionado—. ¿Podéis decir desde cuándo?

—Semanas, pero en verdad ha sido más de ocho meses—contando los meses en los que fingían. Se podría decir que mucho más si cuentan los desahogos entre partidos. Ahí también actuaban como pareja.

En fin, una hermosa pareja.

—Parece que es amor de verdad—cambia de tema—. Ahora hablemos de el vóley. ¿Desde cuándo jugáis en la misma cancha?

—No llega a dos años—comenta Kageyama con una sonrisa ladeada, viendo al reportero. Parece satisfecho con esas cifras.

—¿Fuisteis buenos compañeros en vuestros primeros entrenamientos juntos?—Hinata ríe a carcajada limpia recordando las múltiples peleas, broncas y castigos que recibían por llevarse mal y ser tan idiotas.

—Más bien diría que nos queríamos matar. Solo dejábamos de pelear cuando yo dejaba que él me colocara la pelota y rematara.

—¿Y cómo conseguisteis llegar a esta conexión que tenéis ahora?—ambos se miran algo sorprendidos por la pregunta.

—¿Es necesario responder a eso?—es algo vergonzoso decir que fue por ser cursis el uno al otro y por tener sexo.

—Hemos dicho que si no queréis responder, no estáis obligados. No queremos que os sintáis en un interrogatorio—el reportero ve como Hinata coge la manga de la camiseta de Kageyama, acercando su oído a sus labios. La mano tapa sus labios que se mueven para susurrar algo.

Con algo de sudor y sofoco por el reciente partido, Hinata susurra cosas a Kageyama—¿Quieres decirlo o mejor no decimos nada?

—A mi me da igual, el problema es si a ti te da igual. Ya sabes que quiero gritar a los cuatro vientos que todo tu cuerpo es mío—también susurrando y haciendo que Hinata arquee un poco la espalda por esa oración.

—¿No nos juzgarán?—la cámara sigue grabando, pero sin poder captar esos susurros.

—Muchos sí, y otros muchos no. A parte, el sexo mueve el mundo, ya te digo yo que más del noventa por ciento de este mundo se mueve por eso mismo. Me incluyo en ese porciento. De hecho, ahora mismo te daba, ¿sabes?

¿Fingiendo ser pareja por sexo? [ Kagehina ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora