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¿Quién podría sospechar esto? ¿Quién podría haber precedido que ahora mismo se vayan a casar? Nadie, realmente nadie puede. Y menos podrían saber porque los invitados esperan a que lleguen ambos novios.

Es fácil adivinar que nuestros queridos prometidos están cada uno separados y con un acompañante que aún le da los últimos retoques. Al fin sale Kageyama subiendo al altar, ahora falta dicho pelirrojo [...]

—No entiendo porque tengo que hacer esto, me sabe mal, me voy a casar con él —mirando a Hitoka. Pero está parece decidida seguir con lo que planea hacer.

—¡Por que si no haces esto no seréis felices por siempre! —se lo repite por quinta vez ya—El novio tiene que esperar y esperar. Si realmente te quiere estará ahí hasta que llegues, ¡es tradición! —entusiasmada con la idea de ir como acompañante y ver la cara de Kageyama, casi cayéndole los ojos por contemplar a su prometido, en nada marido, dentro de un traje elegante y blanco y habiendo tardado quince minutos más en estar ahí.

—Ya, pero lo conozco. No le gusta mucho eso de estar frente a tanta gente, sin mi —remarca ese 'sin mí' bastante. Otra de esas infinitas razones que ama de Kageyama, es que no puede estar sin Hinata frente a un público grande. Es imposible.

—Ya verás como por ti —también remarca eso último—, esperará aunque esté nervioso y pensando que lo has dejado plantado. Ten fe. A parte, está con nuestro equipo en primera fila, ya verás como tendrá compañía.

Y en otro lado no muy lejos del mismo sitio, está Kageyama, frente mucha gente. El cura habla—Por esto no me gustan las bodas, siempre se queda uno a hacer esperar al otro —susurra para sí mismo, y como los de primera fila si lo han logrado escuchar, ríen un poco.

Ellos saben perfectamente que Hinata iba a tardar en llegar por la maravillosa idea que propondría la querida Hitoka. Así es la vida, ¿no?

Hinata se está desesperando, él también está desesperado por llegar y comerle la boca en cuando digan "pueden besarse". Necesita eso ya, ahora mismo. Por ello llama a Hitoka dando dos palmadas en su brazo.

—¿Podemos ir ya? —casi suplicando.

—Cuando pase al menos cinco minutos. Él te ama, asique esperará hasta que llegues —Hinata suspira y se deja caer en una silla. Cierra los ojos intentando pensar como sería Kageyama en traje. Estaría guapísimo, es entonces cuando queda rendido después de dos minutos en el paraíso fantasioso. Hitoka va a llamarlo para irse, pero lo ve así—. Bueno pues tendrá que esperar un poco más.

Será gracioso ver a todos cuando diga que se había dormido. Podrá echarse unas cuantas carcajadas.

⁕⁕⁕

No saben cómo ni tampoco por qué o cuándo, pero la prensa se ha colado en la boda. Y desde que han entrado han pasado diez minutos aproximadamente y el otro novio sigue sin aparecer. Esto en la noticias aparece como "La famosa pareja del vóley se casa hoy. Pero... ¿Nuestro pequeño gigante ha dejado plantado a nuestro colocador del Karasuno?". Y es cómico ver la cara de Yachi viendo esas noticias desde el móvil.

Sin querer sube el volumen intentando apagarlo, esto altera levantando de un golpe a Hinata—¿¡Dónde estoy!? —tenía un sueño tan bonito. ¿Quién lo ha despertado?

—Hinata, ya han pasado los cinco minutos —nerviosa, mintiendo. No, no han pasado cinco minutos, han pasado quince. Pero no lo dice para evitar problemas—. Vamos ya a ver a Kageyama, te está esperando en el altar seguramente nervioso.

Hinata sonríe y seguido por Yachi salen de ahí para ir a la puerta donde se entra a la iglesia, donde también está el camino que tendrá que recorrer y el altar que lo espera para jurar amor eterno y también sexo, pero eso ahora es más irrelevante.

¿Fingiendo ser pareja por sexo? [ Kagehina ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora