—DARECK
Con un gruñido de frustración, observó cómo mi presa escapaba entre los árboles, desapareciendo en la oscuridad del bosque. Un sentimiento de ira ardía en mi pecho mientras la veía correr, su silueta apenas visible a la luz débil de la luna.
—"Maldita sea"— murmuró entre dientes, mi voz llena de rabia contenida. Se sentía como si un peón hubiera desafiado a un rey, desobedeciendo sus órdenes y escapando de su control. Eso no podía permitirse.
Observó con rabia cómo corría entre los árboles, alejándose rápidamente de mi. Sin pensarlo dos veces, me lanzó tras ella, sus pasos resonando en la noche mientras se adentraba en el oscuro bosque.
Cada vez que me acercaba más a ella, sentía una mezcla de triunfo y deseo de venganza. Pero entonces, justo cuando estaba a punto de alcanzarla, veo cómo tropieza con una raíz saliente y caía al suelo con un grito ahogado.
Un destello de satisfacción cruzó mis ojos mientras veía cómo se retorcía de dolor en el suelo, agarrándose el tobillo lesionado con una mueca de angustia en el rostro. Sabía que esta era su oportunidad de atraparla y devolverla a mi lado, donde pertenecía.
Con pasos lentos pero deliberados, me acercó , disfrutando cada momento de su indefensión. "¿Pensaste que podrías escapar de mí tan fácilmente, querida?" murmuró con una sonrisa siniestra mientras me inclinaba sobre ella, su presencia imponente rodeándola.
La sostengo en mis brazos con una expresión siniestra, mientras ella esta en el suelo, herida y aturdida. Con una sonrisa burlona en mis labios, observo el movimiento de su falda y dejo escapar un comentario cargado de malicia:
—"Qué lindas bragas tienes puestas"— murmuro con tono despectivo, mi voz resonaba en el bosque oscuro que los rodea. Sus palabras llenan el aire con un sentido de amenaza y desprecio.
Mientras estaba en el suelo, con el dolor pulsando en mi tobillo y la angustia nublando mi mente, sentí su presencia acercarse. El sonido de sus pasos resonaba en mis oídos como un eco siniestro, y su figura se cernía sobre mí con una presencia imponente que enviaba escalofríos por mi espina dorsal.
Levanté la mirada hacia él, con una mezcla de temor y furia bullendo dentro de mí. Sus ojos brillaban con un brillo malévolo que me helaba la sangre, y su sonrisa burlona me llenaba de un sentido de desesperación.
Sus palabras, cargadas de desprecio, cortaron el aire como cuchillas afiladas. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo mientras sus ojos se posaban en mí, despojándome de cualquier sensación de seguridad que me quedara.
A pesar del dolor y la debilidad que me embargaban, me negué a mostrarle ninguna señal de miedo. En su lugar, levanté la barbilla con determinación, desafiándolo con la mirada mientras luchaba por mantener mi compostura.
Sus palabras cortaron como dagas afiladas, perforando mi determinación y dejando al descubierto una sensación de vulnerabilidad que había estado luchando por ocultar. Sentí un nudo de indignación y vergüenza apretándose en mi garganta mientras su comentario despectivo llenaba el aire con un sentido de humillación.
Por un momento, me sentí paralizada, atrapada entre el impulso de defenderme y el deseo de mantener mi dignidad intacta. Su tono despectivo resonaba en mis oídos, provocando una mezcla de ira y repugnancia que amenazaba con desbordarse.
Pero entonces, una oleada de determinación se apoderó de mí, impulsándome a enfrentarlo con valentía a pesar de la humillación que sentía. Enderecé la espalda con firmeza, dispuesta a no permitir que sus palabras me derribaran.
Con una mirada desafiante, le devolví el comentario con una respuesta cargada de sarcasmo, tratando de mantener mi semblante sereno a pesar de la furia que bullía dentro de mí. No iba a dejar que me redujera a nada más que un objeto de su desprecio.
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"Todo en esa noche"
Teen FictionEn las sombras de la ciudad de Roma, donde los secretos se entrelazan con los susurros de la noche, surge una historia de amor y peligro que desafiará los límites del corazón humano. Dareck Cullen, un mafioso italiano con un pasado oscuro y un prese...