Capitulo 25

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Dareck salió de la cocina, dejándome con mis pensamientos. Decidí ocuparme para no darle vueltas a la situación, así que limpié la mesa y ordené un poco la cocina. Una vez que terminé, me dirigí al salón y encendí la televisión, buscando algo que me distrajera.

Pasé un rato viendo un programa de cocina mientras tomaba otro café. El tiempo pasó más rápido de lo que esperaba y, después de un rato, decidí salir al jardín para disfrutar del aire fresco. La mañana era fresca y tranquila, y el canto de los pájaros me ayudó a relajarme.

Me senté en un banco bajo un árbol, cerré los ojos y dejé que el sol acariciara mi rostro. Pensé en lo afortunada que era de tener estos momentos de calma a pesar de todo lo que sucedía a nuestro alrededor. También reflexioné sobre lo mucho que significaba Dareck para mí y cómo, a pesar de sus ocupaciones y los problemas, siempre encontraba tiempo para estar conmigo.

Después de un rato, regresé a la casa y decidí llamar a Isabella, mi amiga que trabajaba en una cafetería. Conversamos durante un rato sobre cosas triviales y me sentí mejor al hablar con ella. Decidí que era momento de refrescarme un poco, así que me puse un bikini azul marino y salí al jacuzzi del jardín. Me sumergí en el agua caliente, disfrutando del masaje de las burbujas mientras el tiempo pasaba.

Noté que Dareck todavía no llegaba. Se suponía que solo era una reunión, pero la espera se hizo larga. Finalmente, decidí salir del jacuzzi y envolverme en una toalla. Entré a la casa y me puse algo cómodo para dormir, sintiendo una ligera preocupación al ver que las horas pasaban y Dareck no regresaba.

Tenía tanta hambre y quería comer algo dulce. Bajé a la cocina y encontré un pastel en la nevera. Corté un pedazo y comencé a comer, pensando que Dareck llegaría pronto. Sin embargo, el sol ya se estaba ocultando y él no aparecía. Empecé a asustarme, temiendo que algo malo le hubiera pasado.

Finalmente, escuché la puerta abrirse y vi a Dareck entrar riendo con Vlad. Terminé mi postre y me dirigí a subir las escaleras, pero Dareck se acercó y quiso darme un beso. Fue entonces cuando noté el olor a colonia de chica en él.

"Joder," le dije, empujándolo enojada.

Vlad se rio y comentó, "Yo sabía que se iba a dar cuenta."

Lo miré furiosa y subí las escaleras rápidamente. Dareck intentó detenerme, sosteniéndome la mano. "Vamos, nena, no te enojes," dijo, intentando calmarme.

Lo empujé sin importarme si se caía. "¿Qué te pasa? ¿Cómo me vas a empujar?" gritó enojado.

Lo ignoré y caminé rápidamente hacia la habitación. Logré cerrar la puerta y poner el seguro antes de que pudiera entrar. Dareck me rogaba que abriera la puerta, pero le grité, "¡Lárgate a la puta madre!"

Dareck se quedó detrás de la puerta, golpeándola con insistencia. "Daphne, por favor, abre la puerta. No es lo que piensas. En la reunión había chicas y una se acercó a mí, pero le dije que se quitara de encima mío."

Bufé enojada, sin abrir la puerta. "¡No te quiero escuchar! Ve y fóllate a una de esas chicas. No te quejes cuando yo me folle a otro hombre," le grité, sin pensar en las consecuencias de mis palabras.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Pude sentir la ira y la frustración de Dareck al otro lado de la puerta. Finalmente, escuché su voz, fría y controlada. "Daphne, no hables así. Sabes que esto es más complicado que eso."

Me giré en la cama, dándole la espalda a la puerta. "No me importa lo complicado que sea. Estoy harta de tus excusas y de quedarme sola mientras tú haces lo que te da la gana."

"Esto no es solo una excusa," dijo Dareck, su voz empezando a perder la calma. "Estoy tratando de protegernos a ambos, de manejar los negocios para que podamos estar seguros."

"Todo en esa noche"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora