Al amanecer, me despierto con cautela, sintiendo el suave resplandor del sol que se filtra por las cortinas entreabiertas. Mi mente despejada se enfoca rápidamente en la necesidad de darme un baño, pero al mirar hacia el lado, veo a Dareck saliendo del baño con una toalla blanca envuelta alrededor de su cintura. Mi mirada se desliza por su abdomen definido antes de desviarla rápidamente, sintiendo un rubor en mis mejillas.
Con discreción, me levanto de la cama y me dirijo al baño, dejando que el agua caliente caiga sobre mi piel, disipando cualquier rastro de sueño. Después de unos minutos, salgo envuelta en una toalla, consciente de mi desnudez frente a Dareck, quien se encuentra en la habitación.
Recuerdo que no tengo ropa que ponerme y decido abordar el tema con Dareck. "¿Podrías prestarme algo para vestirme?", o mejor me das mi vestido que use esa noche en el antro.
Él me mira con una expresión entre divertida y desafiante. "No puedes ponerte el vestido que llevabas en el antro, es demasiado corto", y además lo bote dice con una sonrisa. "Pero tengo algo que podría servirte".
Dareck se acerca a su armario y saca un buzo holgado junto con una camiseta larga y un par de bóxer. Me los tiende con un gesto despreocupado. "Aquí tienes, esto debería ser más adecuado", comenta con una mirada traviesa en sus ojos.
"No me pondré esto", digo con firmeza, mi voz temblando ligeramente por la tensión del momento. "Además, yo puedo usar lo que me guste". Mi tono es desafiante, pero también determinado, dejando claro que no cederé ante su control.
Al escuchar mi respuesta desafiante, Dareck Al escuchar mi respuesta desafiante, Dareck se tensa aún más, su expresión se endurece con determinación. "Bien, linda", dice con calma, pero su tono está lleno de advertencia. "Si no te pones lo que digo, te quedarás encerrada aquí. No quiero que ni ningún otro hombre te vea".
Sus palabras me golpean como un cubo de agua fría, dejándome sin aliento. La idea de quedarme encerrada me llena de temor, pero también me hace sentir aún más decidida a no ceder ante su control.
Trago saliva, luchando por mantener mi compostura. "No puedes encerrarme aquí", respondo con voz temblorosa pero firme. "No tienes derecho a hacerlo".se tensa aún más, su expresión se endurece con determinación. "Bien, linda", dice con calma, pero su tono está lleno de advertencia. "Si no te pones lo que digo, te quedarás encerrada aquí. No quiero que ni ningún otro hombre te vea".
Sus palabras me golpean como un cubo de agua fría, dejándome sin aliento. La idea de quedarme encerrada me llena de temor, pero también me hace sentir aún más decidida a no ceder ante su control.
Trago saliva, luchando por mantener mi compostura. "No puedes encerrarme aquí", respondo con voz temblorosa pero firme. "No tienes derecho a hacerlo".
Dareck me mira con intensidad, sus ojos revelando una mezcla de autoridad y determinación. "Bien me lo pondré", le digo con firmeza, sintiendo la presión del momento. "Pero quiero que sepas que no saldré a comprar ropa".
Mi voz es firme, pero también hay un toque de desafío en mis palabras, dejando claro que no me dejaré intimidar por él.
Dareck frunce el ceño ante mi respuesta, sus labios se tensan en una línea firme. "No me provoques, linda", responde con voz ronca, su tono cargado de advertencia.
Me mantengo firme, encontrando la fuerza para enfrentarlo a pesar del miedo que siento. "Ve con tus amigas.
Dareck frunce el ceño ante mi respuesta, sus labios se tensan en una línea firme. "No me provoques, linda", responde con voz ronca, su tono cargado de advertencia.
"Púdrete. ¿Piensas que soy tu muñequita intocable? Pues no te creas," respondo con una sonrisa desafiante.
Su mirada se endurece, pero noto un destello de sorpresa en sus ojos. "Cuidado con lo que dices," murmura, dando un paso hacia mí.
ESTÁS LEYENDO
"Todo en esa noche"
Dla nastolatkówEn las sombras de la ciudad de Roma, donde los secretos se entrelazan con los susurros de la noche, surge una historia de amor y peligro que desafiará los límites del corazón humano. Dareck Cullen, un mafioso italiano con un pasado oscuro y un prese...