Me siento aturdida a sus palabras.
Dareck me observa con una sonrisa burlona, como si estuviera disfrutando de mi determinación. "Celosa, hermosa", murmura con un tono juguetón, sus ojos brillando con malicia mientras me examina con atención.
Sus palabras me hacen sentir una mezcla de irritación y confusión. ¿Cómo puede atreverse a llamarme celosa cuando estoy defendiendo mi dignidad? Pero a pesar de mi enojo, también detecto una pizca de diversión en su tono, como si estuviera disfrutando de nuestra interacción.
Decido no darle el gusto de verme afectada por su provocación. Mantengo mi postura con determinación, sin dejar que su comentario me desestabilice.
"¿Celosa? Por favor", respondo con un tono de incredulidad, tratando de mantener mi voz firme a pesar de la incomodidad que siento. "No tengo razón para sentir celos de ti".
Con una mirada desafiante, le respondo: "Hay muchos hombres sexis en el mundo, no solo tú, mi vida".
Mis palabras salen con un tono de seguridad, dejando en claro que no me considero limitada a su atracción. Aunque su provocación me ha sacudido, no permitiré que su presencia desvíe mi sentido de autoestima y valía.
Dareck parece sorprendido por mi respuesta, aunque rápidamente recupera su compostura y su expresión se endurece. Un brillo de desafío cruza sus ojos, como si estuviera intrigado por mi audacia.
"Interesante", murmura con una sonrisa sutil, sus labios curvándose en un gesto de diversión. "Parece que tienes un poco de picardía en ti, después de todo".
Después de mi firme negativa, Dareck me observa con una mezcla de desdén y diversión. "Como quieras, linda. Pero recuerda, no intentes escapar, o te irá mal", advierte con un tono amenazante mientras se aparta para dejarme pasar.
Siento un escalofrío recorrer mi espalda ante su advertencia, pero mantengo la cabeza en alto, decidida a no mostrarle mi temor. Con cuidado, comienzo a caminar hacia el baño, sintiendo cada paso como un recordatorio del dolor en mi tobillo.
Cuando llego al baño, cierro la puerta detrás de mí con un suspiro de alivio. La sensación de estar encerrada se vuelve aún más opresiva, pero al menos aquí tengo un breve momento de privacidad.
Mientras el agua caliente cae sobre mi piel, cierro los ojos y respiro profundamente, tratando de calmar mi mente agitada. Pero incluso en la tranquilidad relativa del baño, no puedo apartar de mi mente la advertencia de Dareck.
¿Qué debo hacer ahora? La idea de permanecer bajo su control me llena de una sensación de impotencia, pero sé que debo ser paciente y encontrar una oportunidad para escapar.
Cuando salgo del baño envuelta en una toalla, me siento momentáneamente aliviada de estar sola, pero mi tranquilidad se desvanece cuando Dareck entra en la habitación con una sonrisa burlona. Me tenso al verlo, consciente de mi vulnerabilidad en esa situación.
Él me mira con una expresión de superioridad y me ofrece unas prendas. "Aquí tienes unas bragas y una camisa para dormir, linda", dice con un tono condescendiente, como si estuviera haciendo un gesto amable.
Mis mejillas arden de indignación ante su atrevimiento. ¿Quién se cree que es para irrumpir en mi intimidad de esta manera? Trago saliva y tomo las prendas, conteniendo mi enfado mientras él permanece allí, observándome con esa mirada desafiante.
"Gracias", murmuro con una voz fría, manteniendo mi postura con determinación a pesar de la incomodidad que siento. Me giro rápidamente hacia un rincón de la habitación, deseando alejarme de él lo antes posible y recuperar algo de mi privacidad.
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"Todo en esa noche"
Teen FictionEn las sombras de la ciudad de Roma, donde los secretos se entrelazan con los susurros de la noche, surge una historia de amor y peligro que desafiará los límites del corazón humano. Dareck Cullen, un mafioso italiano con un pasado oscuro y un prese...