02| Poder y fragilidad

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『—♠︎—』

Dos años y siete meses antes

Busan, Corea del Sur.

En la familia Jeon las cosas parecieron cambiar. Su madre no era quien él creía que era, cambió totalmente luego de la muerte de su padre. Su hermano también había cambiado, era más amargado y más reservado; aunque con su mirada parecía odiar al menor de ambos.

El abogado permanecía recto, muy firme frente a ellos, que sorprendidos por tal noticia tuvieron que asimilar el hecho de que su padre había dejado un testamento.

JungKook se encontraba más frustrado que antes, y no es para menos, había dejado todo lo importante para él sólo para cumplirle a su padre ¿Y ahora él haya dejado un testamento? Tenía que ser una maldita broma.

— Bien, famila Jeon, es hora de hacer la lectura del testamento. — el abogado saca una carpeta y de ella extrae unas hojas.— cabe resaltar que el señor Jeon HyunSeok fue quien pidió expresamente que la lectura se diera tres meses luego de su fallecimiento, mientras tanto sus obligaciones quedaban al cargo de su hijo mayor. — desvió la mirada al mayor.

Comenzó dando lectura al testamento y cada palabra era un sentimiento melancólico por segundo para el pelinegro y más joven de los tres presentes. Pero cuando esas palabras llegaron, fue un abismo de sentimientos.

— ...Por tal motivo nombro heredero universal de mi patrimonio al primogénito de mi segundo grado de consanguinidad en la Familia Jeon. — el hombre hizo una pausa en donde cada uno se vio asombrado con tal decisión. Pero...— Por lo tanto, si ese primogénito aún no es presentado he decidido que mi patrimonio quede en manejo de mi hijo menor Jeon JungKook, hasta que pueda el heredero manejar las obligaciones.

JungKook con todos los sentimientos revueltos se levantó del sillón y caminó hacia afuera, bajo la mirada de todos empujó la puerta de cristal y salió al jardín.

— Esto tiene que ser una broma — escuchó a lo lejos la voz de su hermano.

Cerró los ojos y respiró hondo para luego soltar el aire con brusquedad.

Actualidad

Sus pasos se oían con apresuro sobre el piso de cerámica, hiperventilaba de la furia que ahora le arropaba. Ya estaba harto.

Empujó fuerte la puerta de madera de la oficina del mayor y entró con furia.

— ¿Me quieres explicar por qué no le diste la aprobación a ChanHee? Ya teníamos todo listo — exclamó molesto frente al escritorio del otro pelinegro.

— No nos conviene — respondió seco y arqueó su ceja para volver al documento en el que estaba trabajando.

JungKook golpeó fuertemente el escritorio con su puño y lo hizo exaltar para luego resoplar.

— Cada vez es la misma mierda JungHyo. Estoy harto de tus constantes saboteos. No sé qué pretendes con esto, es algo que nos beneficia a todos. — volvió a decir con molestia en su voz.

— ¿Sabes cuánto cuesta una importación, JungKook? Nos tomará algo de tiempo volver a reponer lo que se va a gastar en ello... No podemos darnos ese lujo. — su seriedad no se iba con nada, y a JungKook eso le comenzaba a fastidiar.

Desde que volvió a la ciudad ha tenido discusiones con su hermano, cosa que avanzaba con el tiempo hasta ahora que se encontraban en una discusión fuerte. Su hermano era tan indiferente, y ya iban cuatro de sus proyectos a los que les cerraba las oportunidades. No podía permitirlo.

On My Way © JK 「LIBRO 2」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora