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Una rubia entra con rapidez en en el gran edificio de la empresa gastronómica perteneciente a la familia Jeon, con el deseo intacto de conseguirlo allí. Pero todo en el lugar parecía tenso, el ambiente era más intrigante y serio de lo que podía ser una empresa. Con todas las personas prácticamente corriendo de un lado a otro mientras habían varios policías hablando con algunos de ellos.
Todo lo malo vino a sus pensamientos.
Suspiró intentando calmar esas ideas que se estaban haciendo en su mente y caminó hacia recepción sintiendo como un Deja Vu la persiguió al momento de ver a una recepcionista encargándose del gran mostrador.
— Hola buen día ¿Podemos ayudarla? — con cortesía la joven recepcionista le habló con suavidad; aunque en su rostro se notaba aflicción y preocupación.
— Necesito... Ah... Necesito ver a mi esposo ¿Podría decirme si se encuentra? — preguntó ella dubitativa por desconcentrarse mirando el rostro nervioso de la jóven.
— ¿Podría decirme el nombre de su esposo, por favor?
— Jeon JungKook. — a pesar de lo anterior ella fue clara y precisa. No tenía tiempo que perder, debía encontrar a su marido y enfrentarlo por lo que hizo, nuevamente.
La pelinegra la miró algo confundida pero por la descripción de la otra mujer y lo ocurrido recientemente decidió continuar con el monólogo que le fue asignado.
— El presidente salió hace varias semanas al extranjero y aún no...
— Gracias InHa pero yo me encargo ¿Si? — una mujer castaña de edad media se acercó a ella e interrumpió a la menor. La pelinegra sonrió avergonzada y prosiguió con su trabajo.
La mujer le sonrió con suavidad y le hizo una reverencia. Pero en ella también había algo de nervios.
— Mi nombre es Yoona, soy la secretaria del presidente Jeon JungKook. ¿Sabía él de su llegada? — preguntó insegura y EunJi frunció el entrecejo.
— Mi nombre es Go EunJi, soy la esposa de JungKook. — contestó confundida y la mujer abrió los ojos de más recordando ese nombre.— Lo siento no quiero sonar grosera, pero... No veo necesario avisar de mi llegada siendo su esposa.
— Señorita Go... Claro... Recuerdo su nombre, pero... — aún dubitativa entrecerró sus ojos y continuó.— ha ocurrido algo recientemente que nos dejó nerviosos y en alerta.
— ¿Le ocurrió algo a mi esposo? — preguntó alterándose un poco y Yoona la tomó de sus manos para tranquilizarla.
— No... Él está bien. — con dificultad sonrió suave y suspiró lento.— Déjeme explicarle...
EunJi asintió rápidamente y la escuchó atenta.
Largos minutos o casi una hora después se encontraba suspirando alterada por no verlo en ese blanquecino y azulejo lugar, era insoportable la preocupación en ese amplio lugar médico.
Hasta que lo vio.
No pudo describir cómo se sentía ahora que lo veía de nuevo, con facciones derrotadas y tristes junto a su ropa algo machada de sangre al igual que su mano izquierda. Trotó por el amplio pasillo del hospital y se acercó a su figura que se recostaba a la pared para no caer.
— Mi amor. — murmuró afligida y preocupada. Le tomó el rostro con ambas manos y él enfocó su vista demasiado sorprendido de verla allí.
La miró con el ceño fruncido, confundido porque él la había dejado allá en Las Vegas. Su mano limpia fue al rostro de ella y su pulgar le tocó el labio inferior, la miró embelesado y agradecido porque fuera real. Dios escuchó sus súplicas y le mandó su calmante: su preciosa esposa.
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On My Way © JK 「LIBRO 2」
أدب الهواة『Segundo Libro de LMC』 ❝ El tiempo hace cambiar a las personas para bien o para mal, a las personas comunes como ellos les cambia de manera radical. Puede que las circunstancias los haya separado de forma abrupta y que el tiempo los haya ayudado a...