『—♣︎—』
Busan, Corea Del Sur.
Ambos se levantaron y se sentaron en el borde de la cama mientras se vestían con las prendas regadas en el piso.
— Voy a la oficina, veré si hay noticias de JungKook. — terminó de abotonar su camisa y se levantó para buscar su corbata.— También espero que la loca de Lalisa tampoco se aparezca por allí, ya que ni me ha llamado para mantenerme al tanto. — suspiró.
— Aún no sé qué más gano yo aquí. — dijo por sobre la voz del hombre.
— Ganas dinero, y JungKook sufrirá un poco la caída de la empresa, pero tú tranquila que Lalisa tiene tu dinero. — anudó la corbata y le dijo con tranquilidad.
— Yo que tú, no confiaría tanto en esa mujer... — miró sus uñas y JungHyo detuvo sus movimientos.
— ¿Por qué lo dices? — preguntó volviendo a acomodar bien la corbata.
— Muchas veces escuché a JungKook maldecir ese nombre cuando estaba ebrio... Esa mimada sólo es eso, una mimada caprichosa. — dijo tajante y el pelinegro se fue a un espejo para arreglarse.
— Lo sé. — terminó y se giró a verla.
— Te doy un consejo de amiga y amante tuya que algún día fuí... No te mezcles más con ella, no trae buenas vibras, nada bueno en realidad. — le apuntó.
JungHyo se quedó pensativo.
Desde hace un tiempo la duda sobre eso lo perseguía. Quizás sí se estaba pasando de la raya con Lalisa a su lado. Él sólo no quería tener nada que ver con la empresa y quebrarla... JungKook no la necesitaba, ni él mismo, ni siquiera su pequeño sobrino que, nada tenía que ver en ello y aún así terminó pagando las consecuencias. De eso es lo que el mayor de los hermanos Jeon se arrepentía: de dañar a su sobrino. Sí que le dolía, pero cegado por la rabia lo hizo sin pensar y ya no hay marcha atrás.
— Me voy. — caminó a la puerta y huyó rápidamente de las palabras con toda la razón de SooHyun.
『—♣︎—』
Las Vegas NV, U.S.A.
JungKook se encontraba sentado en un sillón mientras veía a lo lejos a los dos amores de su vida.
El señor Go había enviado todas las evidencias al abogado de su familia; y por lo visto él respondió al instante que tramitará todas las demandas en contra de ella... Lalisa Manoban.
Por ahora, se encontraba un poco más tranquilo; aunque quisiera hablar con su hermano para así de una vez reclamarle por lo que había hecho. Sin embargo prefería mil veces estar allí que en Seúl, estaba disfrutando la vista tan hermosa que tenía frente a él. El señor Go les había reservado a los tres unas entradas para un parque acuático fuera de la ciudad. Y lo creía mejor, su hijo necesitaba un tiempo fuera de esa ajetreada ciudad, un tiempo en familia, con su madre y con su padre.
EunJi y YuGyeom dormían plácidamente en la cama matrimonial frente a él, quien sonreía embobado al verlos tan calmados y hermosos así sonrojados; Habían estado mucho tiempo bajo el sol, jugando y riendo.
Jamás creyó ver algo tan asombroso y hermoso como eso.
Se levantó del sillón y caminó hacia el mesón donde tomó el folleto del hotel, caminó hacia la puerta corrediza y la abrió saliendo al aire natural, con una mano tocó el barandal del balcón y con la otra colocó el folleto frente a su rostro. Allí leyó las diferentes atracciones del parque acuático al que se asociaba el hotel. Sonrió feliz porque por fin podía pasar tiempo con su familia, sólo esperaba que esto durara para siempre, no quería dejar de ser feliz.
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On My Way © JK 「LIBRO 2」
Fanfiction『Segundo Libro de LMC』 ❝ El tiempo hace cambiar a las personas para bien o para mal, a las personas comunes como ellos les cambia de manera radical. Puede que las circunstancias los haya separado de forma abrupta y que el tiempo los haya ayudado a...