14-Miedo

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El sonido del disparo me aturdió, mi corazón dejo de latir en el momento en que ví la sangre, el terror invadió todo mi cuerpo, era  como una serpiente venenosa rodeandome quitándome el aliento, apretando cada extremidad de mi cuerpo hasta  dejarme inmóvil he  indefenso, recostado en el gran sofá de cuero, sentí un miedo abrumador, por Román.

El estaba encima mío, cubriendo mi cuerpo con el suyo como un escudo para protegerme de cualquier daño, la sangre chorreaba del orificio de su hombro hasta caer sobre mi cuerpo, no podía dejar de ver sus ojos ahora azules, estaban fijos en mi llenos de preocupacion y no lo entendía, por qué se preocupaba por mi, si el era quien  estaba herido, no dudo ni un segundo el poner su vida en riesgo para salvar la mía, mi corazón se apretó en mi pecho quería llorar no de tristeza o dolor, si no de felicidad.

No podía dejar de ver sus hermosos ojos azules, no habia ninguna expresión de dolor en su rostro, las luces rojas de la habitación parpadeaban dejando la habitación oscura por unos cuantos segundos y después regresaba, tenía miedo que en esos segundos se obscuridad Roman desapareciera, me aferre a su espalda muy fuerte mis uñas se encajaban en su piel desnuda, lo estaba lastimando, pero no me importaba, seguí presionando hasta que la sangre brotó, abrió sus labios y me dijo algo pero no escuché, no podía escuchar nada, me sentía atrapado en una burbuja abrumadora de terror, tomo con delicadeza mi cuerpo y nos sento en el sofá, me puso encima de el, me aferre más fuerte a su cuerpo.

No quería perderlo, cada vez que las luces se apagaban mi corazón se apretaba y un miedo irracional me invadía.

hacerco sus labios a mi oído y susurro
-No te voy a soltar, yo siempre te voy a cuidar- su voz me saco del trance en el que estaba, tome conciencia de nuevo, escuché la alarma de la habitación sonar muy fuerte, y gritos de dolor que venían de la puerta principal, gire mi cabeza y ahí de rodillas estaba el hombre encapuchado inmovilizado por una masa negra en forma de serpiente con picos que se encajaban en su piel, giraba a su alrededor apresando su cuerpo y  desgarrando la carne, igual que una serpiente apretaba su largo cuerpo para encajar más profundo las puas negras, Roman tomo mi rostro y me hizo míralo.
-Nadie podrá ponerte un dedo encima, los haré pedazos, les romperé los huesos hasta que supliquen piedad pero yo seguiré, por qué tú eres mío y nadie toca lo que me pertenece, así que no tengas miedo corderito- los gritos del hombre se intensificaron, escuché como crujían sus costillas, los gritos se hicieron más desgarradores, escuché pasos apresurados a lo lejos, un momento después entro un hombre de cabello rojo y guantes negros de cuero, el mismo que maxim me había señalado en la fiesta, corrió hacia Román pero se detuvo en seco cuando me vio encima de él.
-Dimitri llévate a ese pedazo de mierda a la sala roja en un momento voy, estoy ocupado ahora mismo- Dimitri no se movió tenía la mandíbula apretada, sus ojos estaban clavados en mi.
-Señor, creo que lo más prudente es ponerlo a salvó no sabemos si existen otras amenazas- Román no lo miro, su atención estaba puesta en mí, tomo mi cabeza y la puso en su pecho, acaricio mi cabello tratando de tranquilizarme, Dimitri parecía estar en calma pero en sus ojos ví un destello de rabia, recordé la llamada.

Dimitri estaba enamorado de Román, devia ser una tortura para él, ver al hombre que ama semidesnudo acariciando a un Omega encima de su cuerpo.

-Su... acompañante puede estar en peligro si se queda más tiempo aquí, lo mejor será que lo lleve conmigo a un lugar más seguro, usted tiene cosas más importantes que hacer, como encargarce de la amenaza - Roman siguió acariciando mi cabello.
-No es mi acompañante es mi novio- Dimitri apretó la mandíbula casi podía escuchar rechinar sus dientes, Román me levanto en brazos me aferre a él con fuerza no lo iba a soltar, camino a la salida y se detuvo justo a un lado de Dimitri.
-Llevaré a Ethan a un lugar seguro, encárgate tu de la amenaza, regresaré en una hora, quiero saber para quién trabaja y como consiguió el acceso a esta habitación, no lo mates, aún- paso de largo a Dimitri nisiquiera lo miro a los ojos en el tiempo que duró su pequeño charla,  pude sentir un olor amargo proveniente de Dimitri, mire al hombre tirado en el suelo.

Con Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora