Cuando ven a un rebaño de ovejas pastoreando por el campo, las personas siempre piensan que el mayor problema del pastor, son los lobos.
Están al acecho, son animales salvajes segados por el hambre, buscando una oportunidad para clavar sus dientes en la tierna carne de las ovejas, creen ingenuamente que ese es el mayor peligro, pero están equivocados, en las sombras se esconde un peligro mucho mayor se desliza ágilmente entre el pasto, se escabulle sin ser detectado, aquello que nadie puede ver es más peligroso que lo que podemos ver.
Abre sus fauces y afila sus colmillos, las gotas de veneno caen marchitando las flores a su alrededor, no espera más y como un rayo muerde a su presa, apenas un segundo basta para acabar con la vida de su próxima comida, sin sangre, sin rastro, no hay nada más que un par de puntos rojos en la piel del cadáver,
¿quién es el causante de tal mal?La serpiente
No puede comer el cadáver es demasiado grande para engullirlo entero, entonces para que asesinarla, no hay sentido alguno en su actuar, eso creería el más tonto de los listos, pero quien caya y observa, aprende que la serpiente es paciente, espera que el cadáver se pudra, ahí es cuando llega la comida, ya no tiene que ir a buscarla y esperar a tener algo de suerte, la comida viene a ella.
La serpiente es un animal, oportunista y embustero.
Igual que el hombre enfrente mío.
-Quien eres Maxim- bajo el teléfono, con lentitud y volteo a verme.
-Tu amigo Ethan- lo mire de arriba a abajo, su trae negro perfectamente liso y hecho a la medida era igual al que Dimitri portaba, las mangas de su camisa estaban arremangadas hasta los codos.
-Solo eres un hijo de perra mentiroso- le escupí
-¿Porque me estás apuntando con el arma? vine a ayudarte - su mirada era suave y un brillo de dolor destellaba en sus ojos, como si estuviera herido por mi acusación.
-No es lo que piensas, estoy de tu lado, es solo que Dimitri no lo puede averiguar- su respiración se aceleró
-No lo entiendes, él no puede saber que te estoy ayudando, me castigará si lo sabe- avanzó un paso hacia mí, descendiendo un escalón.
-Tú me traicionaste y engañaste en el casino y ahora quieres hacer lo mismo- no baje el arma en ningún momento, mi dedo estaba en el gatillo listo para disparar en cualquier momento.
-¡Te equivocas!- me cortó en seco.
-Dimitri planeaba asesinarte ahí mismo y yo lo impedí, tenía la orden de alejarte del resto aislarte para que te llevarán lejos, pero no lo hice, te lleve con Román porque sabía que era el único lugar donde estarías seguro.
Evite que te avergonzaras enfrente de todos, por el ataque de celos que sufriste cuando lo viste con los Omegas, querías correr a hacer una escena pero yo lo evite- avanzó otro paso hacia mí.
-No me acuses de falsedades cuando lo único que he hecho es ayudarte- quiso avanzar otro paso pero apunte a su cráneo dejando en clara la amenaza, se detuvo antes de comenzar siquiera.
-y ahora me apuntas con el arma que yo mismo te di, dime si estuviera en tu contra por qué darte la pistola- extendido sus brazos
-Cuando yo voy desarmado- termino por decir.
-No lo sé, que clase de idiota le daría un arma a la persona que quiere asesinar - le dije con sarcasmo.
-Uno que no pretende hacerlo- un silencio sepulcral le siguió a eso.
-O tal vez ni siquiera tiene balas- termine por decir.
-Entonces revísala- ni siquiera tenía que revisar para saber que si tenía balas el peso en mi mano era el correcto estaba cargada y eran balas reales, por qué pesan más que la de salva.Nos miramos el uno al otro, bajo sus manos dejándolas a sus costados
-Porque- fue lo único que dije,
-Cuando te conocí en el casino me ve reflejado en ti, no entendí el por qué, pero no pude dejarte solo a tu suerte ni esa noche ni ahora, no mereces lo que te está pasando, mis manos están llenas de sangre pero ya no quiero que sea así, creí que si te ayudaba, tal vez la carga de todos aquellos que asesine en nombre de Dimitri, disminuiría- agachó la cabeza con vergüenza.
-Lo quiero pero ya no puedo más con esta carga- apretó sus manos en puño, sus ojos se humedecieron amenazando con desprender lágrimas de melancolía.
-Ya no puedo más, lo amo pero me aterra, cuando le dije que no estaba de acuerdo con todo esto- sonrió con tristeza
- No lo tomo bien- limpio sus lágrimas rozando su rostro mal herido, cuando fue a mi habitación a curar mis heridas, ví los golpes en su rostro, no creí que el causante de sus heridas fuera Dimitri.
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Con Sangre
Roman d'amour- Omegaverce Bl La noche en que lo conocí cambio todo para mí, sus ojos rojos tan intensos como el fuego me provocaron terror, al escuchar su voz, sentí como el mundo a mi alrededor se caía en pedazos, no pude pedir ayuda, deje que tomara mi mano y...