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Cualquier adolescente de mi edad estaría de camino a la preparatoria pero el único camino que recorría en las mañanas era el pasillo principal para ir a la cocina y robar algo rico que comer.

Mis pies sentían el piso estaba frío a medida que daba pasos para llegar a la cocina.

Estaba todavía en pijama y mi cabello negro un poco despeinado, me acababa de levantar ase unos minutos.

Entre a la cocina y de puntitas me estire para llegar a una de las estanterías, queria unas galletas.

Mi celular comenzó a sonar para una videollamada.

<<¿Ahora quien llama tan temprano?>>

TONTO

Aparecía en la pantalla, conteste, era Matteo.

— ¡buenos días, Luna!

— ¿Y el milagro que estás despierto a estas horas de la mañana?

— me desperté, tengo cosas que hacer, ya sabes cosas de "la mano derecha"- bromeo.

Seguía estirado para agarrar las galletas.

— ¿Que haces?

— intentar agarrar unas galletas- las agarre con dificultad- las tengo.

— enana.

— cállate.

— ¿Con quién hablas, Luna?

Voltee a la entrada de la cocina y vi a mi padre.

— con Matteo- le enseñé el celular y Matteo lo saludo.

— buenos días, señor.

— buenos días, Luna te espero para desayunar- salió de la cocina.

— en un momento voy.

Vi a Matteo en la pantalla.

Estaba vestido de negro y complementado de algunas cosas.

— bueno, desayuna, yo ya me voy.

— regresas vivo.

— lo are.

Termino la llamada.

Me baje del auto siguiendo a mi padre

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Me baje del auto siguiendo a mi padre.

Vestida con ropa color negra y un chaleco antibalas.

Estábamos haciendo una entrega personalmente cosa que no hacíamos frecuentemente pero había unos asuntos que arreglar así que nos toco ir personalmente.

<<Solo espero que esto se convierta en una balacera>>

Mi padre al frente y yo a su lado cumpliendo mi rol cómo su guardaespaldas o eso por ahora.

— aquí está lo que pidieron- puso una maleta en el suelo- el dinero.

El hombre de enfrente se rio un poco.

— dales el dinero- ordeno y uno de sus hombres dejo en el suelo una maleta.

— agarren eso y cuenten que este completo.

El hombre comenzó a ver hacia distintos lados, vio a cada hombre de mi padre.

— pensé que el rumor de que traías a tu hija era cierto.

<<¿No me vio¿>>

Pocos me conocían personalmente pero muchos sabían de mi existencia y eso a menudo me convertía en un blanco.

— quería conocerla pero veo que no esta- se encogió de hombros.

— ¿Para que quieres conocer a mi hija?

<<Y ya está a la defensiva>>

— cualquiera quisiera conocer a la hija del más grande.

Este tipo es un desgraciado sin corazón, un maldito traficante de órganos.

<<no estaría mal matar a esta escoria>>

— solo te diré algo, no te metas con ella.

— oh no lo are- movió su mano dando indicaciones de que nos apuntaran.

<<Carajo>>

— la traición se paga con muerte.

— lo sé, tu pequeña se vería bonita sin sus...- interrumpió el sonido de un disparo.

Vi a mi padre el cual había disparado sin pensar.

— maten a estos, sean limpios.

Dio unos pasos para tras mientras el sonido de los disparos sonaban.

Cada unos de sus hombres tenían un objetivo fijo solo les tenían que disparar a la cabeza.

Y yo odiaba desperdiciar las balas.

— ¡listo, señor!

— bien, vámonos.

Leon tomo la maleta con la droga y yo la que tenía el dinero, carajo ni siquiera lo habian contado.

SED DE VENGANZA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora