Segundo libro
Primero: mi dulce karma
Luna Hell la pequeña hija de Charlotte y Lucas, líder de la mafia.
Está joven cumple el rol más importante de esta historia, la protagonista que tendrá que estar del bando contrario de su padre para lograr un o...
Cualquier adolescente de mi edad estaría de camino a la preparatoria pero el único camino que recorría en las mañanas era el pasillo principal para ir a la cocina y robar algo rico que comer.
Mis pies sentían el piso estaba frío a medida que daba pasos para llegar a la cocina.
Estaba todavía en pijama y mi cabello negro un poco despeinado, me acababa de levantar ase unos minutos.
Entre a la cocina y de puntitas me estire para llegar a una de las estanterías, queria unas galletas.
Mi celular comenzó a sonar para una videollamada.
<<¿Ahora quien llama tan temprano?>>
TONTO
Aparecía en la pantalla, conteste, era Matteo.
— ¡buenos días, Luna!
— ¿Y el milagro que estás despierto a estas horas de la mañana?
— me desperté, tengo cosas que hacer, ya sabes cosas de "la mano derecha"- bromeo.
Seguía estirado para agarrar las galletas.
— ¿Que haces?
— intentar agarrar unas galletas- las agarre con dificultad- las tengo.
— enana.
— cállate.
— ¿Con quién hablas, Luna?
Voltee a la entrada de la cocina y vi a mi padre.
— con Matteo- le enseñé el celular y Matteo lo saludo.
— buenos días, señor.
— buenos días, Luna te espero para desayunar- salió de la cocina.
— en un momento voy.
Vi a Matteo en la pantalla.
Estaba vestido de negro y complementado de algunas cosas.
— bueno, desayuna, yo ya me voy.
— regresas vivo.
— lo are.
Termino la llamada.
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Me baje del auto siguiendo a mi padre.
Vestida con ropa color negra y un chaleco antibalas.
Estábamos haciendo una entrega personalmente cosa que no hacíamos frecuentemente pero había unos asuntos que arreglar así que nos toco ir personalmente.
<<Solo espero que esto se convierta en una balacera>>
Mi padre al frente y yo a su lado cumpliendo mi rol cómo su guardaespaldas o eso por ahora.
— aquí está lo que pidieron- puso una maleta en el suelo- el dinero.
El hombre de enfrente se rio un poco.
— dales el dinero- ordeno y uno de sus hombres dejo en el suelo una maleta.
— agarren eso y cuenten que este completo.
El hombre comenzó a ver hacia distintos lados, vio a cada hombre de mi padre.
— pensé que el rumor de que traías a tu hija era cierto.
<<¿No me vio¿>>
Pocos me conocían personalmente pero muchos sabían de mi existencia y eso a menudo me convertía en un blanco.
— quería conocerla pero veo que no esta- se encogió de hombros.
— ¿Para que quieres conocer a mi hija?
<<Y ya está a la defensiva>>
— cualquiera quisiera conocer a la hija del más grande.
Este tipo es un desgraciado sin corazón, un maldito traficante de órganos.
<<no estaría mal matar a esta escoria>>
— solo te diré algo, no te metas con ella.
— oh no lo are- movió su mano dando indicaciones de que nos apuntaran.
<<Carajo>>
— la traición se paga con muerte.
— lo sé, tu pequeña se vería bonita sin sus...- interrumpió el sonido de un disparo.
Vi a mi padre el cual había disparado sin pensar.
— maten a estos, sean limpios.
Dio unos pasos para tras mientras el sonido de los disparos sonaban.
Cada unos de sus hombres tenían un objetivo fijo solo les tenían que disparar a la cabeza.
Y yo odiaba desperdiciar las balas.
— ¡listo, señor!
— bien, vámonos.
Leon tomo la maleta con la droga y yo la que tenía el dinero, carajo ni siquiera lo habian contado.