Segundo libro
Primero: mi dulce karma
Luna Hell la pequeña hija de Charlotte y Lucas, líder de la mafia.
Está joven cumple el rol más importante de esta historia, la protagonista que tendrá que estar del bando contrario de su padre para lograr un o...
— mamá- Camila se abrazo a la cintura de Charlotte asustada- ¿Por qué ay tanto ruido?
Charlotte abrazo fuerte a la pequeña para que no escuchará el sonido de los disparos.
— tranquila... Tu hermana no tarda.
Las dos se agacharon para esconderse de los hombres que estaban en el patio buscándolas.
Uno señalo el balcón.
— Luna date prisa, hija.
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Luna se dió la vuelta lentamente ya que el hombre parado detrás le estaba apuntando.
— tira el arma- ordenó.
Luna volteo a un lado hacia el pasillo viendo una sombra y luego sonrió con confianza dejando el arma en el suelo.
— listo, estoy desarmada- alzó las manos mientras con el rabillo del ojo veía a la sombra acercarse lentamente.
— quítate la máscara- ordenó sin dejar de apuntarle al pecho.
— claro- se la quito dejando ver su rostro de tes clara sus cabellos negros calleron a la altura de los hombros y los ojos azules vieron al hombre de manera intimidante sus labios rojos se convirtieron en una pequeña sonrisa.
— ¿LUNA HELL?- retrocedió un paso.
— esa misma.
El hombre choco con alguien detrás de él, lo hizo voltear para ver al joven de cabellos castaños y ojos verdes.
— duérmete un rato, ¿Si?- Matteo le dió un golpe en la nuca al hombre y el cual callo a suelo.
Luna lo vio caer.
— ¿Tu madre está dentro?- señalo la puerta.
— si, se supone- recogió su arma.
— voy a quedarme aquí, tú entra por tu madre y tu hermana- le dió un disparo a la puerta para abrirla.
— gracias- abrió la puerta y busco con la mirada a Charlotte y a Camila.
— ¿Luna?- Charlotte se asomo un poco.
— si- agarro su comunicador y dió una indicación- el helicóptero.
— claro, llega en unos minutos.
Jayden y su tío salieron corriendo a la habitación de Charlotte para intentar detener a Luna.
— esa maldita- Jayden saco su arma.
Lucas se pone impaciente y decide entrar por su esposa y sus hija.
Aunque Luna le había dicho que se quedara afuera y se fuera a la señal.
— señor, no valla- Leon lo siguió adentro.
— no me voy a quedar sin hacer nada- saco otra arma.
— entonces voy con usted- saco su arma también.
El sonido del helicóptero se hacía más fuerte a medida que se acercaba al lugar.
Luna ayudo a subir a Charlotte y a Camila al techo de la casa.
— usted se van.
— ¿Por qué te quedas?- Charlotte quería que ella también saliera de ay- no quiero que te pase algo.
— tranquila, mamá- sonrie- no me pasará nada, las van a llevar a un lugar seguro.
El helicóptero llegó, bajo lo más que se pudo y dejo caer una escalera.
