Segundo libro
Primero: mi dulce karma
Luna Hell la pequeña hija de Charlotte y Lucas, líder de la mafia.
Está joven cumple el rol más importante de esta historia, la protagonista que tendrá que estar del bando contrario de su padre para lograr un o...
Estaba hablando por teléfono mientras estaba un poco alejada de Jayden.
- ¿Has visto a tu mamá?
- no, no la eh visto- suspire- solo ví a una niña jugando pero el rastreador de mi madre marca que está un poco lejos del lugar.
- entiendo- suspiro de manera cansada- solo cuídate... Y gracias por la información que has estado mandando.
- no es nada papá, seguiré trabajando.
Colgué la llamada y comencé a caminar en dirección de dónde estaba Jayden.
Al dar la vuelta en un pasillo de la casa, choque con alguien.
- lo siento- ví a la persona frente a mi con la que había chocado.
Cabello largo pelirojo, ojos verdes y una hermosa sonrisa.
<<Mamá>>
- no te preocupes.
Su voz sonaba dulce, mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas, solo quería abrazarla.
Me quite la mascarilla que cubría un poco de mi rostro.
Ella parecía sorprendida.
- ¿Cómo te llamas?
- Luna- sonreí- Luna Hell.
Me abrazo con fuerza.
- mi pequeña- dijo entre sollozos.
- nos van a ver.
Me llevo a una habitación y cerro la puerta.
- ¿Que estás haciendo aquí?
- vine por ti y por información para acabar con este problema desde la raíz.
- ¿Y tú papá?
- el está bien- sonreí- preocupado por mi... Ya que me estoy poniendo en peligro.
- ¿Cómo es que entraste aquí?
- soy la guardaespaldas personal de Jayden.
Acariciaba mi cabello con sus manos tan suaves y cálidas.
- es igual al de tu padre.
- ¿puedo tomarnos una foto?
- claro que si.
Después de tomar una foto mi madre saco un papel y un lapicero para escribir algo.
- dale esto a tu padre.
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- está igual de hermosa que siempre- estaba viendo la foto.
- me dijo que te diera esto- saque la carta que mi madre le había escrito- no pude hablar mucho con ella pero está bien.
Verla después de casi ocho años era maravilloso para mí y para mí padre, yo estaba completamente feliz y llena de esperanza de sacarla de ese lugar y acabar con el escorpión.
Quería matarlo con mis propias manos, torturar lo para hacerlo sufrir al igual que me hizo sufrir a mi.
Mi padre estaba apunto de llorar al estar leyendo esa carta, yo no sabía que decía ya que para mí eso era privado y no tenía la autorización de leer lo que tenía escrito.
- falta poco para sacar a mi madre y tener venganza.