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- hija, ¿Cómo vas con tu investigación?

Estaba hablando por teléfono mientras estaba un poco alejada de Jayden.

- ¿Has visto a tu mamá?

- no, no la eh visto- suspire- solo ví a una niña jugando pero el rastreador de mi madre marca que está un poco lejos del lugar.

- entiendo- suspiro de manera cansada- solo cuídate... Y gracias por la información que has estado mandando.

- no es nada papá, seguiré trabajando.

Colgué la llamada y comencé a caminar en dirección de dónde estaba Jayden.

Al dar la vuelta en un pasillo de la casa, choque con alguien.

- lo siento- ví a la persona frente a mi con la que había chocado.

Cabello largo pelirojo, ojos verdes y una hermosa sonrisa.

<<Mamá>>

- no te preocupes.

Su voz sonaba dulce, mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas, solo quería abrazarla.

Me quite la mascarilla que cubría un poco de mi rostro.

Ella parecía sorprendida.

- ¿Cómo te llamas?

- Luna- sonreí- Luna Hell.

Me abrazo con fuerza.

- mi pequeña- dijo entre sollozos.

- nos van a ver.

Me llevo a una habitación y cerro la puerta.

- ¿Que estás haciendo aquí?

- vine por ti y por información para acabar con este problema desde la raíz.

- ¿Y tú papá?

- el está bien- sonreí- preocupado por mi... Ya que me estoy poniendo en peligro.

- ¿Cómo es que entraste aquí?

- soy la guardaespaldas personal de Jayden.

Acariciaba mi cabello con sus manos tan suaves y cálidas.

- es igual al de tu padre.

- ¿puedo tomarnos una foto?

- claro que si.

Después de tomar una foto mi madre saco un papel y un lapicero para escribir algo.

- dale esto a tu padre.

- está igual de hermosa que siempre- estaba viendo la foto

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- está igual de hermosa que siempre- estaba viendo la foto.

- me dijo que te diera esto- saque la carta que mi madre le había escrito- no pude hablar mucho con ella pero está bien.

Verla después de casi ocho años era maravilloso para mí y para mí padre, yo estaba completamente feliz y llena de esperanza de sacarla de ese lugar y acabar con el escorpión.

Quería matarlo con mis propias manos, torturar lo para hacerlo sufrir al igual que me hizo sufrir a mi.

Mi padre estaba apunto de llorar al estar leyendo esa carta, yo no sabía que decía ya que para mí eso era privado y no tenía la autorización de leer lo que tenía escrito.

- falta poco para sacar a mi madre y tener venganza.

SED DE VENGANZA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora