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"LA FAMILIA LO ES TODO Y TODO ES POR LA FAMILIA"

Una máscara negra cubría mi rostro solo dejando mis ojos sin cubrir, mi cuerpo cubierto por un traje negro, con un cinturón en la cintura con mi arma y balas.

El sol se estaba ocultando y ya solo faltaba un poco para empezar con el operativo de rescate y destrucción.

El sonido de la puerta llamo mi atención.

— adelante- me voltee.

La puerta se abrió.

— buenas noches princesa- Matteo entro vestido de negro y también armado.

— ¿Que haces aquí?- me sorprendió que viniera ya que no lo quería involucrar y no le había pedido que viniera.

— creo que es obvio que vine a ayudarte- se acercó- se que no me lo pediste pero quiero ayudar.

— no era necesario, no quiero que termines muerto por mi culpa- se senté en la cama- no quiero bajas pero es obvio que va a haber.

Matteo se sentó a mi lado sin decir nada.

— sabes, cuando mueres el cerebro vive por siete minutos recordándote tus mejores recuerdos- moví mis pies mientras hablaba.

Últimamente ma había estado sintiendo rara al lado de Matteo.

— tu serías esos siete minutos- sonrió y vio mis pies- tranquila, se nota que estás nerviosa.

Solté un suspiro y me levanté empezando a decir cualquier tontería que tuviera en la mente abrumando me.

— ¿Que pasa si todos mueren? Será todo por mi culpa- daba vueltas con mi mente unida en mis pensamientos- ¿Y si sale algo mal? ¿Y si mi madre y mi hermana terminan muertas?

— Luna...

— algo malo va a pasar ¿Y si todo sale mal y yo termino muerta?

— ¡Luna!

No lo escuchaba, mi boca se movía sola y mis pensamientos eran expulsados en palabras.

— esto es una mala idea ¿Cancelo todo? ¿Esto está mal?

Matteo me agarró las manos deteniendo me, no era común que tuviera este tipo de ataques pero el sabía cómo calmarme.

— ey princesa, tranquila- me abrazo y acaricio mi cabeza- todo va a salir bien, yo estaré a tu lado.

Puse mi rostro en su pecho sintiendo su calor, lo abracé.

— shhh~ tranquila princesa.

El recuerdo de un ataque de estos ase años se me vino a la mente.

Matteo tenía 12 y yo 10.

— ¿Princesa?- me vio mientras estaba hecha bolita en un rincón.

Me había puesto así por no tener a mi mamá conmigo, era pequeña.

Con solo un abrazo él podía calmarme, era él el único que me había visto tan vulnerable.

— lo siento, estoy demasiado nerviosa- lo seguia abrazando lo- no se que me pasa.

— no tienes que disculparte- me quito la máscara de mi rostro- te ves hermosa.

— tonto- me quedé en sus brazos un momento más.

Más de cinco autos llenos de hombres eran los que formaban un grupo, también contábamos con un helicóptero que se usaría para sacar a mi madre y a mi hermana

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Más de cinco autos llenos de hombres eran los que formaban un grupo, también contábamos con un helicóptero que se usaría para sacar a mi madre y a mi hermana.

— ¿Están listos?- dije por mi comunicador a todos.

— claro.

— más que listos.

— listos.

— entonces empecemos cómo lo mencioné.

Los dos primeros autos se fueron por distintos lados directo a las salidas para evitar escapes, dos camionetas grandes se quedaron frente a la entrada principal y la última a una cuadra de distancia para servir cómo informantes por si llegaban los policías.

— que empieze el juego.

SED DE VENGANZA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora