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MATTEO

— no se que me pasa- me recargue en el hombro de Mia.

— ¿Por qué lo dices?

La vi.

— solo no le digas a Luna.

Eran primas.

— está bien ¿Que pasa?

— creo que me enamore.

Se sobresalto de sorpresa.

— ¿Y quién es la afortunada?- se quedó pensando- un momento ¿De Luna?

Me quedé callado por un momento.

— si, creo.

— ¿Crees?

Me acosté en el sespel.

— es que Luna- suspire- es hermosa, y a pesar de que es la hija del León... Es amable, su corazón es tal dulce cómo un chocolate.

Mía me escuchaba con atención.

— todo en ella es perfecto- ví al cielo un poco nublado y suspire- sus ojos azules son cómo el cielo... Cuando la veo mis latidos se me aceleran.

— uy- era Luna.

<<Carajo>>

Me levanté de golpe.

— ¿Quien es la afortunada?- se sentó en el sespel dejando una bandeja con bocadillos a un lado.

— ¡no, de nadie!- mis mejillas se pusieron rojas de vergüenza.

— anda dime.

Las gotas de agua empezaron a caer sobre nosotros, corrimos a dentro.

Pero sentí que alguien me jaló del brazo.

— ¿Que pasa, princesa?- Luna me estaba deteniendo.

— ¿Jugamos bajo la lluvia?

Sonreí, eso lo hacíamos cuando éramos niños.

— claro.

— ¿Juegas, Mia?

— no, gracias- se metio a dentro.

Yo y Luna empezamos a jugar.

Le agarre las manos.

— supongo que sabes bailar "perfect".

— claro que si, tonto.

Nos pusimos a bailar a lo tonto bajo el agua.

Estaba en mi habitación acostado en mi cama viendo al techo

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Estaba en mi habitación acostado en mi cama viendo al techo.

Había estado lloviendo un buen rato, Luna y Mía ya se habían ido, y el único ruido en mi habitación era el de la lluvia.

Su cabello negro mojado estaba en mi cabeza, su sonrisa al bailar conmigo cómo cuando éramos unos pequeños niños.

<<Luna, Luna, Luna, Luna>>

Mi motivo para amar la noche.

— por Dios, es hermosa- dije para mí mismo con una sonrisa y dando un suspiro.

Tocaron la puerta.

— joven es hora de la cena.

— ¡en un momento voy!- me levanté.

Salí de mi habitación y baje las escaleras para llegar al comedor donde ví a mi padre.

— estás temprano- me senté frente a el.

— si, quería estar un rato con mi hijo- sonrió- mi mano derecha.

Mi risa fue baja.

— no es para tanto.

Durante la cena estuve un poco callado y con una sonrisa en el rostro.

— ¿Estás disfrutando de la comida o tienes algo en la cabeza?

— ¿Por qué preguntas?

— no dejas de sonreír.

— estoy disfrutando la comida- dije con nerviosismo.

— bueno.

SED DE VENGANZA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora