[Doble cap ❤️ porque aprobé todas mis materias y estoy de vacaciones! Ahora es posible que actualice una vez más en la semana está historia. Posiblemente los viernes]
El departamento no tenía nada que indicará que alguien vivía ahí y era innecesariamente grande para una sola persona. Todo estaba cubierto de polvo y olía a una mezcla entre humedad y tierra. El cenizo quería limpiarlo pero no había nada con lo cuál pudiera hacerlo, por lo que se aguanto y se dedicó a comer una pizza decente junto con Eri, a la cual le puso en la computadora una película animada.
Aunque ninguno de los dos miraba realmente la película. La niña estaba perdida en sus pensamientos, con la pizza en su mano que llegaba cada tanto a su boca y balanceando sus piernas escuálidas en la silla. El de quirk explosivo había optado por no hacerle conversación para no incomodar a la menor pero cada vez que veía sus ojos rojos llenos de tristeza y miedo, sus instintos le pedían que hiciera algo.
Por lo tanto, después de veinte minutos de la película donde Eri no comió mas que una porción de pizza, le propuso investigar el departamento.
Y la niña accedió, parecía aliviada de poder moverse libremente por el lugar.
—Ten cuidado por dónde pises porque no está muy limpio que digamos —advirtió el de ojos rojos yendo hasta una de las puertas —A ver qué hay acá dentro.
La albina le agarro de la remera, como si estuviera un poco asustada y el cenizo le pasó una mano por el cabello en lo que habría la puerta. Era una habitación pequeña, con una biblioteca y un escritorio, una especie de oficina. Los dos entraron para ver todo de cerca. Debía tratarse del lugar donde Touya archivaba su trabajo de la Comisión de Seguridad Pública.
—Un cuarto aburrido y deprimente —bufo el cenizo pasando su mano por los archivos del mayor —Pero muy ordenado, para nada el estilo de ese bastardo.
— ¿Quién es el bastardo, Katsuki-san?
Bakugou se giro hacia la niña que seguía agarrando su remera y por impulso, la levanto en brazos. Ella no se asustó, se dejó hacer y llevo una de sus manos hasta su remera para poder seguir tirando de la tela. Debía ser una acción que la hacía sentirse segura por lo que él no se molestó.
—Así le digo a Shiro. El hombre de pelo blanco —tenía que mantener a la niña con ese nombre en mente —Es costumbre.
—Oh...¿viven juntos? —preguntó la menor.
—No, no lo hacemos —siguió caminando por la habitación —Este lugar es muy deprimente, salgamos.
Eri acomodo su cabecita en su hombro y el cenizo empezó a balancear su cuerpo con ella, para ver si lograba que se durmiera. Mientras hacia eso, siguió caminando por el departamento. Quedaba una habitación más para ver cuya puerta al abrirse hizo un horrible sonido y el olor a humedad era mucho peor. En esa habitación prácticamente no había nada, la única ventana que había estaba cubierta de polvo y moho en señal del completo abandono.
¿Por qué comprar un lugar tan grande para tenerlo así?
Katsuki cerro la puerta con cuidado. Podía sentir la suave respiración de Eri en su cuello, por lo que volvió con ella a la habitación de antes y la acostó en la cama. La niña protesto cuando intento que soltará su remera, por lo que se tumbó junto con ella, dejando que usará su brazo como almohada. Podía entender que tuviera la necesidad de sentirse segura. Así que la dejo ser.
Al verla dormir se imagino a un Touya más joven, de unos trece o catorce años, solo en aquel enorme departamento para una sola persona. Se lo imagino en el comedor, en la habitación vacía, en la habitación con la biblioteca y el escritorio, su figura solitaria e inmadura encerrada dentro de este lugar, con las ventanas cerradas y el polvo acumulado. No había ropa suya en ese lugar, cuadros, fotografías, libros personales, cubiertos, ni un jodido cortaúñas. Estaba vacío por completo como si al mayor ni siquiera le hubiera interesado en primer lugar el "vivir" ahí. Se limito a sobrevivir. Comer y dormir. Nada más.
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Mí Héroe [DabiBaku]
FanficFue un breve momento, una imagen que se superponía sobre lo que estaba viendo y la pregunta salió sola de sus labios. En aquel bar de mala muerte, Bakugou no sintió miedo, porque cuando vio los ojos azules de aquel villano, supo que había una razón...