Capitulo 39

574 123 55
                                    

—Bienvenido, Touya.

Sí, fue quizás aquella pequeña frase la que lo empezó todo. Bakugou en esa cama que hace tiempo no usaba en un departamento que solo le recordaba su solitaria y miserable existencia, con Eri agarrada a su pecho, la expresión que decía que no estaba del todo despierto mientras le hablo le pareció adorable y tierna.

—Fue bastante efectivo —reconoció el menor — ¿Me sueltas o tengo que golpearte?

Hablar de cosas de su pasado que no le diría a nadie más. Cómo fue entrenado por la Comisión de Seguridad Pública de Héroes para ser un Vigilante. El modo en que eso le provocaba estar más alerta incluso cuando dormía. La persona debajo de él en aquella piedra no parecía asustada incluso cuando la inmovilizo, tenía el ceño levemente fruncido y el rostro un poco rojizo por el calor. Touya recordaba vagamente la sensación de dolor en su cabeza por su abrupto despertar y la calidez del sol en el cielo de aquel día de verano, pero lo que quedó impreso en su memoria fue cómo se sintió teniendo al cenizo debajo de sí en esa posición. Un cosquilleo en el vientre. Una pequeña exitacion que no llego a más pero que estuvo presente.

—Leí que los perros son más fáciles de entrenar si les das de comer bien y premios, parece que es cierto...¡uhg!

Katsuki era bueno provocándole. Palabras pequeñas y nada que pudiera lastimarlo, aquella fue la primera vez que jugó como un niño con alguien que no fuera de su familia. Y la primera vez que quedó tan fascinado con otra persona, por la manera en que podía reírse y lo ingenuo que podía ser el cenizo. Nunca hubiera imaginado que le gustaría alguien con ese tipo de personalidad.

—Gracias por venir a disculparte, Touya —murmuró el menor con las mejillas levemente rojas —Nos vemos. Ven al concierto si tienes ganas.

Nunca se había sentido tan mal como esa vez que creyó que lastimo los sentimientos del menor. Estaba en verdad arrepentido y asustado, pero el cenizo acepto sus disculpas con facilidad e incluso vio más de esas facetas tiernas y adorables suyas cuando le pidió que fuera a su concierto.

¿Cómo es que llegaba a ser tan lindo? No estaba seguro. Pero ser tan encantador era peligroso.

—Touya, ¿qué se siente...cuando besas a alguien?

Sí, justamente a eso se refiera con peligroso. Katsuki había despertado un lado posesivo suyo que no sabía que tenía. Nunca le había importado compartir lo suyo debido a sus hermanos pero cuando se trataba de él no podía pensar en que otra persona lo tuviera.

Era suyo, su héroe, únicamente suyo. No quería pensar que besara a nadie más. No quería imaginarlo en los brazos de otro hombre o mujer.

Así que la irremediable verdad se desató delante de sus ojos a través del fuego azul que no podía controlar y antes de que Matsumoto llamara a los bomberos o le pidiera a alguien que trajera un extintor, Touya respiro hondo y controlo sus llamas. En el pecho le había quedado una leve quemadura pese a llevar el traje pero no era fatal.

Carajo, ¿me enamore de él?

El albino sentía que sí. Se había enamorado de Bakugou Katsuki. Su corazón se agitaba ante su sola presencia y su mente estaba llena de él.

Sí, se enamoró. Se enamoró por primera vez en su vida.

Lo que significaba que estaba en un problema.

—Touya-kun, ¿estás herido? —le pregunto Matsumoto al ver la pequeña quemadura en su pecho —Oh, cielos, deberías a la enfermería.

—No, me voy a casa a dormir —se pasó una mano por el cabello y soltó un suspiro, en lo que se giraba hacia el mayor que no insistió porque cambiaría de decisión —Presidente.

Mí Héroe [DabiBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora