Capítulo 4

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— ¿Hola? ¿Katsuki?

Había ingresado a Yuei hacia menos de un mes. El accidente con el villano de lodo fue hace tres meses y desde entonces, no había escuchado aquella voz que hasta ese momento escuchaba todos días en el salón de clases de su escuela secundaria.

Parecía tanto tiempo y a la vez tan poco que Katsuki se sintió un idiota sin razón.

—Kariage, necesito un favor.

Estaba en su habitación, mirando el techo y escuchando la suave respiración al otro lado de su compañero de la secundaria, de aquel chico alto de cabello negro y ojos del mismo color, que lo abandonó junto con otro chico cuando el villano de lodo le atacó.

Era patético pero no tenía a alguien más a quien recurrir. Necesitaba un "amigo" a quien visitar si quería ver a Touya. Y cuando revisaba en su lista de contactos las opciones, noto que no había borrado el número de Kariage.

¿Por qué no lo habría hecho? El cenizo sentía que eso ya no importaba.

— ¿En verdad eres Katsuki?

— ¿Quién más podría ser, idiota? —gruño el cenizo.

Hubo otro momento de silencio. Se escuchó levemente el llamado de alguien más hacia el azabache y el cenizo quiso preguntar qué estaba haciendo, solo por curiosidad, pero no lo hizo. Solo se quedó esperando.

— ¿Qué necesitas? —se escucho finalmente.

—Necesito que mañana a las tres de la tarde estés en Kyoto, en un edificio. Si puedes hacerlo, te paso la dirección.

—Estaré ahí, pásame la dirección, ¿algo más?

—No.

El llamado de antes se escuchó más fuerte y con más urgencia. Katsuki se sentó en su cama, con el celular pegado a la oreja y escuchando como del otro lado había una especie de discusión breve.

—Bien, ahí estaré. Perdón pero tengo que colgar. Nos vemos mañana.

El sonido de la llamada cortándose hizo que el de ojos rojos levantará el celular para que quedara delante de su rostro, ¿realmente Kariage iría a Kyoto sin más explicaciones? ¿sería tan sencillo?

¿Podía confiar en que lo haría? La verdad era que no podía hacerlo pero no tenía otra opción. No era como si pudiera recurrir a sus compañeros de Yuei.

Bakugou apagó el celular, se acostó de lado en la cama y miro por la ventana. Desde que los policías se fueron todo lo que había hecho era estar encerrado en su habitación, no se sentía de animos para estudiar o entrenar, se dió un baño a la mitad de la tarde y cuando sus padres lo llamaron para la cena, tuvieron una breve charla acerca si quería ver a un psicólogo por lo que había pasado.

Al principio, se puso a la defensiva e incluso grito que lo querían hacer parecer débil yendo a ese lugar pero sus padres le aseguraron que no, que solo pensaban en su bienestar y que estaban preocupados por él. Hablaron un poco de lo que pasó apenas llegaron a la casa, la manera en que se bajó del auto y corrió al baño como si buscará escaparse de toda la situación. El cenizo se disculpo con su madre en ese momento, algo que le costó mucho, pero que sintió que tenía que hacer.

Mitsuki acepto su disculpa y le dijo que no tenía la culpa por sus reacciones, pero que sí eran un motivo para que fuera a ver a alguien. Masaru la apoyo y le contó lo que dijo la psicóloga del hospital que lo atendió. Eso basto para que el cenizo accediera a ir a ver a un psicólogo.

Si quería mantenerse estable y mejorar, tenía que aceptar en primer lugar que no estaba bien y que eso era normal. Le costaba mucho pero sus padres lo estaban ayudando, incluso su madre había cambiado un poco respecto a cómo le trataba. Seguía siendo una maldita vieja bruja pero ahora tenía más cuidado con lo que se decían, aún si era en broma.

Mí Héroe [DabiBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora