Mí Héroe [DabiBaku]

Capitulo 41

Pasado el día de la fiesta, Bakugou se despertó en la madrugada con bastante hambre y solo. Touya le había dejado una pequeña notita que decía me fui para que pudieras dormir bien, héroe. Lo curioso era que sentía que no había pasado mucho tiempo entre que se despertó y el mayor se fue, ya que el lado donde estuvo descansando seguía caliente.

El cenizo pensó en mandarle un mensaje pero eran las cuatro de la mañana. No iba a molestarlo a esa hora, por lo que se levantó de la cama y salió de su habitación. Usando el ascensor bajo hasta la sala de los dormitorios.

Lo que encontró ahí se podría definir como un desastre que no estaba seguro de querer saber cómo ocurrió o quien estuvo involucrado. Uraraka y Midoriya se encontraban durmiendo juntos en un sofa, con la femenina arriba del pecoso y él pasándole los brazos por la espalda como si tuviera miedo de que se cayera. Iida se encontraba tirado en el piso con varios dibujos en la cara de penes y gatitos, dormia como una especie de faraón con los brazos cruzados sobre el pecho. Todoroki estaba colgado del techo con un par de cintas que parecían ser de Sero y Kaminari estaba durmiendo arriba de una maldita mesa. Kirishima dormía en una silla y Ashido se encontraba a su lado durmiendo en otra. Los dos usaba vestidos que no quería saber de dónde mierda sacaron.

No había rastros de sus demás compañeros de clase por lo que el cenizo asumió que se fueron antes del desastre o que no llegaron a participar en el mismo. De cualquier forma, él solo fue hasta la cocina a agarrar sobras de comida y luego subió nuevamente hasta su dormitorio a seguir durmiendo.

A la mañana siguiente hubo tanto escándalo por lo que pasó en la fiesta que nadie se acordó que él se había ido antes de que empezará la misma junto con su Vigilante.

Por lo tanto, de manera temporal su relación estaba a salvo.

Lo que él no sabría hasta mucho tiempo después es que todos en la clase A hicieron el acuerdo táctico de no revelar lo que le dijo Eri a Shoto. Por cuestiones de su propia seguridad.

Fuyumi se encontraba en su habitación ordenando un par de cosas, las que se llevaría de su hogar y las que planeaba dejar. No tenía mucho si era sincera, su ropa y libros era lo que más espacio ocupaba entre sus cosas. Lo demás no lo necesitaba.

Como era un día de fin de semana, esperaba la vista regular de Natsuo y Shoto pero no estaba lista todavía para darles la noticia de que se iría de la casa. Aún ni sabía cómo explicarles ese hecho.

El sonido de su celular sonando le hizo dejar de lado sus pensamientos y lo abrió para revisarlo. Era un mensaje de Touya, la foto de un pequeño gatito de pelaje todo blanco y ojos azules.

La albina de mechas rojas soltó un leve aw y contesto de inmediato que le parecía lo más lindo que hubiera visto en su vida. En respuesta, Touya le mando la foto de otros tres gatitos más.

Al principio, Fuyumi había pensado que retomar la cercanía con su hermano mayor sería difícil. Después de todo, Touya siempre fue de tener un carácter egocéntrico, fuerte y alocado, pero estaba haciendo un esfuerzo por mantenerse en contacto con ella a su manera. Le mandaba fotos de animales —gatos y perros en especial— le preguntaba cómo estaba y si tenían tiempo libre, se veían un rato en un café o un bar para tener pequeñas conversaciones tanto de su infancia como su presente.