Capítulo 55

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Katsuki no se movió hasta que Touya termino de llorar. Acostumbrado al llanto histérico de Deku en su infancia, al llanto dramático de Denki durante una película de terror o el de Mina cuando venían los exámenes, ver al mayor llorar le resultó muy extraño. Más porque su rostro solamente estaba un poco rojizo tras hacerlo, no parecía diferente en otro aspecto.

Lo encontró un poco injusto. Que siguiera pareciendo tan guapo se sentía injusto. Él después de llorar tenía un aspecto horrible pero Touya seguía viéndose tan atractivo como siempre, sus pestañas que eran de un color blanco incluso tenían una especie de pequeño brillo gracias a las lágrimas que no pudo evitar mirar.

—No deberías verme así ahora, Bakugou —dijo el de ojos azules que notaba la mirada del menor en su persona —No debo verme tan bien como antes.

—Ojalá fuera el caso —bufó el de quirk explosivo.

Touya ladeó la cabeza un poco confundido por esa respuesta. Por otro lado, el cenizo que no estaba dispuesto a dejarlo conocer lo embobado que lo traía, se puso de pie y agarro las bolsas de compra, en lo que le miraba con atención.

— ¿Ya nos vamos o quieres quedarte un poco más acá?

—Vámonos —respondió el albino, poniéndose de pie y sacando el tercer y último cigarrillo que pensaba fumar —No quiero que los demás entren en pánico.

El cenizo asintió y empezó a caminar, viendo a el albino fumar y la nieve que caía a su alrededor. Caminaron aquellas cinco cuadras hasta el edificio muy lentamente, alargando cada paso, hasta que fue inevitable llegar. El mayor tiró el cigarrillo en un cesto de basura, miro el edificio y luego a él, tenía la nariz un poco morada e inflamada pero le aseguro que no le dolía, ni sentía alguna molestia.

Una vez entraron al edificio, subieron al piso de las femeninas por el elevador y tocaron la puerta del departamento, para Bakugou lo que sucedió fue una serie de acontecimientos que le parecieron muy tensos al inicio y luego, muy agradables.

Para empezar, Fuyumi Todoroki les abrió la puerta, los ojos un poco hinchados era el primer signo de que estuvo llorando, les sonrió y abrazo a ambos —el cenizo no rechazo el abrazo aunque fue extraño— antes de dejarlos pasar. Natsuo Todoroki se encontraba en la mesa, los ojos igualmente hinchados, mocos y varios pañuelos dieron un claro indicio de que estuvo siendo consolado por las femeninas mientras ellos no estaban, les sonrió un poco a los dos y acepto la cerveza que le ofreció Touya. Después, Rei Todoroki que se encontraba en la cocina, iba llevando los platos para que comenzarán a comer y se sentaron todos juntos en un pequeño pero tenso silencio.

Luego de todo eso, para el cenizo sólo quedó el recuerdo de que alguien menciono sake para terminar la comida, a Natsuo dándole una cerveza pese a que Touya estaba en contra, a Rei diciéndole de unos bocadillos con licor, a Fuyumi arreglado la sala para que fueran a sentarse en el suelo.

El silencio tenso paso a ser una sinfonía de risas, un par entrecortadas por el llanto, otras histéricas por los nervios y un par calmadas y serenas. El departamento se volvió cálido de repente pese a la nieve que seguía afuera y estuvo por horas escuchando las historias de esa familia, las historias de Touya.

En algún punto, tras tanta cerveza y sake, Fuyumi y Natsuo volvieron a ponerse a llorar y está vez lo agarraron de almohada para deshacerse en palabras de agradecimiento y felicidad.

—Bakugou, gracias, sin tu nuestro estúpido hermano hubiera seguido siendo estúpido hasta el final —balbuceo el albino de ojos grises —Puede que ahora siga siendo estúpido pero está acá, así que no importa, gracias. Gracias.

—G-Gracias por ayudarlo —murmuró la femenina que por el llanto le costaba hablar —M-Muchas gracias, muchas gracias...

El cenizo no sabía qué mierda hacer con los dos hermanos borrachos y llorones que lo habían atrapado entre sus brazos. Natsuo lo agarro por detrás, con sus manos sobre su estómago y era lo bastante fuerte como para mantenerlo en su lugar sin que pudiera pararse del piso de la sala. Por otro lado, Fuyumi se había agarrado de su brazo derecho con mucha fuerza y tenía la cabeza en su hombro, sus lágrimas caían sin cesar, por lo que no se sentía cómodo moviéndose. Porque si era muy brusco podría lastimarla.

Mí Héroe [DabiBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora