Capítulo 5

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"No diré una palabra"

Audrey

Andrew se enojaría tanto cuando notara que no estaba en mi habitación. Daría un portazo, sacaría a Logan de donde estuviera y le obligaría a rastrear mi teléfono, luego infringiría la mitad de las normas viales hasta dar conmigo y subirme a su auto a base de regaños. Sí, definitivamente podía ver la secuencia pasar ante mis ojos. Por el momento, disfrutaría del breve soplo de libertad que me había regalado a mí misma.

No sabía por qué me escapé ese día, es decir, estuve igual de hastiada e irritada por casi una semana y la idea de salirme sola de casa no había cruzado mi mente. Hasta que vi a Roy salir de su visita habitual a Logan y Brandom, pero, en lugar de subir directamente a su auto, cruzó la calle hasta donde un chico apoyado en un deportivo azul lo esperaba. Le tomó dos segundos darse cuenta de que era Keyler, vistiendo una sudadera oscura con capucha, algo extraño dado que el día estaba fresco, pero no para semejante prenda, menos cuando usarlas no era su estilo habitual. De las pocas ocasiones en que me había fijado, Keyler era más propenso a usar camisetas, las sudaderas eran más del agrado de Jeremy.

Pude haber pasado por alto que se hubiera levantado friolento esa mañana, pero no el hecho de que él y Roy solo hablaron algunos escasos segundos antes de subir cada uno en sus respectivos autos y desaparecer en direcciones opuestas. ¿Un saludo rápido en la mañana? Bien, eso podía pasar. ¿Keyler yéndose sin siquiera entrar dos minutos a la casa a decir hola? No, eso era una anomalía. No me sentía del todo cómoda con ello, pero sabía que le gustaba a Keyler, lo suficiente como para que se preocupara por mí y se detuviera algunos minutos cada que pasaba por casa a preguntar como estábamos... cómo yo estaba.

Verlo romper con su hábito me dejó un mal sabor de boca, no porque me preocupara que mi efecto sobre él hubiera mermado, en realidad eso era algo que había querido desde que supe sus sentimientos por mí y estuve segura de que yo no le correspondería; sino porque había pasado suficiente tiempo en aquella ciudad para saber que cualquier movimiento raro escondía una intrincada razón. Una explicación de la anomalía. Eso era lo que me había impulsado a rastrear la ubicación de Keyler por la aplicación en que Logan nos había conectado a todos, lo que me animó a subirme a mi auto y perseguirle por veinte minutos, y lo que en ese momento me hacía fruncir el ceño mientras lo observaba escondida tras un muro de piedra desgastada que ensuciaría mi blusa si me recostaba demasiado en él.

No tenía idea de qué estaba ocurriendo. Hablaba con dos chicos, uno con cabello rojo, demasiado brillante para ser natural, y otro rapado con algunos tatuajes que le salían del cuello de la camiseta y le decoraban la parte lateral del cráneo. Ambos sostenían cigarros, dándoles cuales caladas entre cada palabra que decían. No tenía que ser un genio para notar que estaban fumando yerba. Lo único que me alivió fue ver que Keyler rechazaba la droga en más de una ocasión. Solo permanecía allí, con el cabello ligeramente revuelto por la suave brisa, los brazos cruzados sobre el pecho, ahora sin la sudadera, exhibiendo sus músculos en una camiseta que se ajustaba a su torso. Sí, ese sí parecía más su estilo. Viéndolo allí, compartiendo sonrisas amables mientras les ofrecía plática a los sujetos, me pregunté por qué no me gustaba. El chico era lindo, realmente atractivo en realidad, carismático y, a pesar de saber que en un inicio fue un patán con Suelym, sabía que se había reformado y era un sujeto agradable. Las chicas en el campus lo amaban, debía ser por algo, ¿no? ¿Por qué no pude fijarme en él? Yo le gustaba, hubiera sido sencillo. Incluso podría haber llegado a quererlo, estaba segura de eso, podía sentirlo en mi interior. Entonces, ¿por qué no podía corresponderle?

Quizás porque no me había dado el tiempo a sostener una conversación profunda, pero eso no debería ser impedimento para que me provocara mariposas en el estómago con solo verlo. No sentía por él la fascinación que me atrajo a Abraham, ni la cálida curiosidad que me despertó Nova. Con Keyler todo era neutro, éramos conocidos, tal vez podríamos llamarnos amigos, pero no había un vínculo entre nosotros, no hubo chispa a primera vista, no hubo... nada. Definitivamente yo era el maldito problema. Siempre queriendo a quienes no me querían.

Hassle [Problemas #3]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora