Hassle [Problemas #3]✔️

Capítulo 30

"Estoy aquí"

Keyler

No sabía qué era peor. El dolor que se extendía desde mi hombro a mi pecho, o el entumecimiento en todo mi cuerpo. ¿Había estado durmiendo tanto?

Abrí los ojos despacio, alejando la pesadez que me presionaba los párpados. Un techo blanco completamente desconocido me recibió. Unos tenues pitidos me hicieron voltear a mi costado, viendo una serie de aparatos conectados a mí. Jadeé al ver las agujas que mantenían una fina manguerita conectada a mi vena. Era una suerte que estuviera tan entumecido que no me sintiera el brazo. ¿Cuándo me trajeron al hospital?

Lo último que recordaba era a Jeremy frente a mí, siendo empujado por Logan y disparándome en el último segundo. No. También recordaba a Audrey. Sus ojos bañados en lágrimas fue la última imagen que presencié antes de que todo se volviera oscuro. No me gustaba verla llorar, menos por mi causa, pero morir perdiéndome en el jade de sus ojos no era una mala forma de dejar este mundo.

Un grito ahogado inundó el lugar. Por un segundo pensé que había sido yo, pero luego percibí la figura sentada en el sofá de la esquina de la habitación. Audrey se levantó de un salto, con el cabello revuelto y una expresión de felicidad mezclada con sorpresa, y corrió hasta mí. El tacto de sus suaves labios presionándose contra los míos me hizo cuestionarme si en realidad había muerto y llegado al cielo. El dolor en mi pecho cuando intenté moverme me avisó de que seguía vivo y en la tierra.

—Te odio —murmuró contra mis labios, besándome con cuidado, como si temiera lastimarme.

—No es lo que pensé que me dirías en estas circunstancias —dije, con la lengua sintiéndose algo pesada, probablemente por el tiempo que pasé sedado.

Audrey sonrió, limpiándose las lágrimas de las mejillas con el dorso de una mano. Acunó mi rostro con la otra, acariciándome con sus dedos temblorosos.

—Debería llamar a tus padres —dijo—, fueron a la cafetería un momento.

—¿Les avisaron a los viejos? —pregunté, sintiéndome culpable al instante. Mi madre debía de estar jodidamente preocupada.

—Pues claro. Te dispararon. Estuviste a punto de morir, Keyler. Has estado inconsciente casi tres días. ¿Cómo no le íbamos a decir?

¿Tres días? Demonios. El cabrón me había jodido bien. Un pensamiento me asaltó de repente.

—¿Qué hay de Jeremy? —pregunté.

Audrey se tensó, sentándose en el borde de la cama con una pose recta. Sus dedos juguetearon con mi mano.

—Logan lo golpeó hasta dejarlo inconsciente. La policía lo está buscando desde entonces, pero no lo encontrarán. Roy lo tiene bajo llave.

Solté un suspiro cargado de puro alivio. Temía tanto que todo hubiera sido en vano. Él tenía que pagar por lo que había hecho. El recuerdo del cuerpo sin vida de Evie me estrujó el pecho en una furia líquida. El bastardo había hecho tanto daño.

—No sé bien qué le han estado haciendo —continuó Audrey—, pero Brandom dice que está sufriendo. Roy puede ser muy ingenioso con las torturas si se lo propone.

—¿Suelym está bien?

—Sí —respondió, pero su ceño se arrugó—. Bueno, no sé si bien es la palabra que usaría. Físicamente está perfecta, sanando la herida y todo eso, pero no parece ella misma. Viene a verte por las mañanas y luego se va con Roy a visitar a Jeremy, por llamarle de alguna forma —entrelacé mis dedos con los suyos, poniéndole fin al jugueteo nervioso de sus manos—. Logan me dijo que siempre se sienta a ver lo que los demás le hacen. Todos pueden notar que su mirada se vuelve fría cuando está allí, a no ser en los momentos en que lo golpean tanto que pareciera que está a punto de morir, entonces ella sonríe como si realmente lo estuviera disfrutando.