Capítulo 9

21 7 1
                                    

"Me gustan los problemas"

Keyler

Dios, ella tenía que dejar de tocarme. No podía pensar correctamente así. Me hacía parecer un maldito adolescente hormonal y ni siquiera creía que tuviera el talento necesario para disimularlo, pero ella no parecía darse cuenta del efecto que tenía sobre mí. ¿Era miope?

Sus dedos dejaron libre mi muñeca cuando se detuvo frente a la puerta del copiloto de mi auto. Tardé un par de segundos en darme cuenta de que me pedía que la desbloqueara. No dijo nada mientras se metía dentro, volviendo a cerrarla y esperando pacientemente a que yo copiara sus movimientos.

—¿Por qué Roy no habló sobre el hermano de Lina? —preguntó nada más me dejé caer en mi asiento— Sé que no pueden saber que tú lo descubriste, pero pudo omitir esa parte.

—No se trata solo de que no sepan sobre mi participación, también hay cierta información que preferimos guardarnos.

Audrey asintió mientras comenzaba a atar su cabello en un moño sin mucho esmero.

—Sospechan de uno de nosotros, ¿cierto? —preguntó— Vi como Roy miraba a Abraham.

Solté un suspiro. Sí, Roy no había sido muy disimulado allá dentro.

—No queremos sospechar de nadie, Audrey. Son nuestros amigos, realmente dolería si alguno fuera culpable, pero tampoco podemos cegarnos ante las posibilidades.

—Abraham es el mejor amigo de Suelym. La ha amado y protegido por mucho más tiempo que nosotros. Él no haría esto.

Me giré más en mi asiento, intentando encararla. Ella copió mi movimiento.

—No hemos dicho que sea él —aseguré—, es solo que ha sido sospechoso últimamente.

Ella asintió otra vez, como si mover su cabeza fuera lo que permitiera que la información penetrara en su cerebro. Sus ojos verdes chispearon ante un pensamiento repentino que la hizo dar un diminuto salto.

—Nova me dio un diario de Lina, no sé si sirva de algo.

Fruncí el ceño. Aquello no tenía sentido alguno.

—¿Por qué te lo daría?

—En realidad es para Suelym —explicó—, es como si Lina lo hubiera hecho para ella o algo así. Quizás era alguna cosa privada suya de amigas, pero no deja de ser raro. No le dedicas tus diarios a cualquiera.

No recordaba mucho de los hábitos de Lina, pero de repente me llegaron borrones de imágenes suyas escribiendo en un cuaderno rosado. Solía llevarlo a todas partes, sobre todo a clase, así que pensé que solo tomaba apuntes para las tareas, o algo así. De todas formas, nunca fuimos muy cercanos como para que me fijara de más en ello. Pero si eso era un diario... ¿por qué dejárselo precisamente a Suelym?

—Podría tener algo importante dentro —dije—, quizás información sobre su hermano, o alguien más que pueda estar vinculado al asesino.

—Lo pensé, pero tiene un candado. No es que no podamos romperlo y listo, pero me parece una falta de respeto a su memoria.

—Respeto eso —admití, desechando la idea. No quería violar la intimidad de Lina tampoco, estuviera con nosotros o no, seguía siendo un diario y nadie debería leerlo—. Tendremos que esperar a que Suelym vuelva.

—¿Crees que lo haga? —preguntó, acurrucándose contra el asiento— No la culparía si decidiera quedarse en Múnich.

Entendía su duda. Yo también llegué a pensar que no regresaría, pero la conocía lo suficiente como para saber que no permitiría ser exiliada de su propia ciudad por un lunático.

Hassle [Problemas #3]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora