═══✶═══ 𝗦𝗖𝗔𝗡𝗗𝗔𝗟𝗢𝗨𝗦 ❝Desde que Isabelle Campbell, la gran cazadora de slytherin, se quebró el brazo las cosas no han vuelto a ser como antes y Fred Weasley, el golpeador de gryffindor; el equipo rival, lo sabía, provocando que quizás aquell...
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Habían sido semanas complicadas, pero mayo había llegado. No estaba lista, nisiquiera lo había logrado procesar. La idea de que su novio este por irse por aquel gran portón que daba la entrada a Hogwarts para no regresar le ponía los pelos de punta.
Nisiquiera sabía como iba a irse, ¿Se iría sin avisar? No, no era posible, si él la ama. El pobre puffskein que necesitaba convertir en pisapapeles para Transformaciones estaba esperando atentamente, pero no podía concentrarse. Quería salir corriendo y preguntarle todo lo necesario a su novio.
Se habían visto en muy poco tiempo, el pelirrojo había desaparecido. Isabelle todavia no se había disculpado con él y realmente necesitaba hacerlo. Tarde o temprano se iba a ir y no lo vería en... ¿Quién sabe cuánto? En fin, el plan era salir de la clase de Transformaciones y buscarlo por todo el castillo, no importaba si tenía que recorrerlo todo o si iba a tardar horas, iba a lograrlo.
—Campbell—llamó la profesora Mcgonnagall, que mágicamente se apareció a su lado, observando al puffskein que no dejaba de chillar—, ¿Qué la tiene tan desconcertada hoy?
—Lo siento, profesora—se disculpó luego del respingo que pego al escuchar a Minerva—, creo que hoy no es mi día. ¿No hay un hechizo para transformar a mi mente en algo silencioso?
—No lo se, pero no es el momento, intente concentrarse y transforme a esa criatura en un pisapapeles—ordenó haciendo que la chica rodee los ojos. Amaba a la profesora, pero su exigencia la volvía loca—. Luego si quiere puede acercarse a mi escritorio y con gusto podré ayudarte, pero quiero que te enfoques en esto, se que eres una alumna brillante.
—Gracias...
Miro nuevamente al puffskein. Sin dudas una de sus criaturas mágicas favoritas, sus ojos chillones y su suave pelaje le encantaban. Comenzó a hacerle caricias y luego elevo su varita para intentar volverlo pisapapeles, pero su mente estaba tan insoportable que no pudo lograrlo.
—¿Estas bien, Belle?—preguntó Ivy desde el pupitre que estaba a su lado. Isabelle solo asintió—. No me mientas, acabo de escucharte.
—Tranquila, solo tengo mucho en mi cabeza como para transformar a esta cosita—respondió mientras le hacía caricias al animal. Se percató al instante de que Ivy ya no tenía a esa "cosita" en su escritorio, ella había logrado transformarlo—. ¿Cómo hiciste?
La pelirroja tomó su varita y apunto al puffskein blanco con manchas marrones que tenía Isabelle. Con un simple movimiento, el pequeño se había convertido en el tan nombrado pisapapeles. Quedó atónita y luego miro a su amiga nuevamente, que le guiñó el ojo y le pidió que se quede en silencio.
