Emma Brown es una joven pintora y estudiante de Bellas Artes. Su vida está llena de colores, pinceles y lienzos, y su mundo gira en torno a la creación de belleza a través de su arte.
Por otro lado, Alessandro Ricci es el líder de la mafia italiana...
"En el oscuro y despiadado mundo de la mafia, donde el amor es tan raro como la misericordia, la única forma de alcanzar una efímera sensación de paz es eliminando a tus enemigos. Pero incluso en este sombrío universo, el amor puede florecer en los lugares más inesperados, desafiando la venganza y la violencia que lo rodea, y ofreciendo un atisbo de humanidad en medio del caos."
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Alessandro Ricci
Observo a una señora de cabello rubio, cuyos impactantes ojos azules me resultan extrañamente familiares. Luce un vestido blanco y me sonríe con ternura.
- Debes despertar, Alessandro. Te necesitan. Es momento de regresar- me dice.
- ¿Quién eres? ¿Qué es esto? ¿Estoy muerto?- pregunto con preocupación.
- No estás muerto, Alessandro. Solo estás durmiendo. Debes cuidar a mi pequeña, ella te necesita ahora. Es hora de que despiertes- responde.
- ¿Cómo lo hago?- pregunto.
- Cierra tus ojos, Alessandro - susurra la mujer con voz dulce.
Hago lo que me pide. De repente, escucho unos pitidos insoportables. Me duele la cabeza. Abro los ojos poco a poco y veo que estoy en una habitación de hospital. Un dolor punzante me recorre el hombro cuando intento levantarme.
- Alessandro, espera. No hagas fuerza. Acabas de salir de una operación - me dice Aisling, quien está junto a mi hermano Nicolai.
- ¿Dónde está Emma?- pregunto.
- Alessandro, la están buscando - me comenta Aisling.
- Debo buscarla. No puedo perder tiempo aquí. Debo recuperar a mi mujer y hacer pagar al maldito de Dean - digo con determinación.
A pesar del dolor, me preparo para enfrentar lo que venga. Sé que no puedo quedarme aquí mientras Emma está en peligro. No importa lo que cueste, la encontraré y protegeré a mi familia.
Intento levantarme, pero los aparatos médicos no me lo permiten, así que los arranco.
- ¡Estás loco, Alessandro! Deja de hacer eso, ¡maldita sea! Te vas a abrir la herida - me grita Nicolai preocupado .
- No me importa, necesito recuperar a mi mujer y a mi hijo - respondo mientras me quito los tubos. Veo en la mesita de al lado una cajita y una videocámara. Las tomo y cuando abro la cajita, veo un babero y la foto de un eco. Saco una carta y la leo.
Para Alessandro,
Sorpresa, Alec, serás padre. Espero que esta noticia te alegre tanto como a mí saber que tengo una parte de ti creciendo en mí. No te voy a negar que me aterró enterarme de esto sola, pero ahora que hemos arreglado nuestras diferencias, quiero compartir este proceso contigo.
