cap 28

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"Padecen la más horrible variante de la : la soledad del que ni siquiera se tiene a sí mismo".

"Padecen la más horrible variante de la : la soledad del que ni siquiera se tiene a sí mismo"

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Alessandro Ricci

Han pasado 5 días desde que alejé a Emma de mí. No he vuelto a Nueva York, pero envié a uno de mis hombres para vigilarla desde las sombras. Puse un rastreador en su auto y recibo informes de los guardaespaldas que cuidan a Emma. Casi no ha salido de su casa, solo ha ido al hospital. Aunque sé que ahora estará a salvo, el vacío en mi pecho no me deja estar tranquilo. Aún recuerdo la mirada rota de Emma cuando le dije todas esas cosas. Sé que en estos momentos me odia. ¿Cómo no va a odiarme si hasta yo me odio por usar esas armas tan bajas con ella? Secretos e inseguridades que me contó, todo eso usé para alejarla. Se supone que debería estar tranquilo porque ella estaría a salvo, pero todos los días me atormenta la imagen en donde Lucas sale de la habitación con Emma desmayada. Tuvo un ataque de ansiedad por mi culpa, yo provoqué eso y me odio con todo mi ser. Odio al maldito francés con toda mi vida.

 Me levanto del asiento de mi escritorio y busco una botella de licor en mi minibar en la oficina. Esto es lo único que me hace olvidar estos momentos terribles que estoy pasando y me lleva a perderme en los bellos momentos en donde era feliz con ella. Encuentro una botella de Old Ties y me la bebo de golpe. El líquido quema mi garganta pero lo ignoro, solo quiero olvidar esta maldita realidad y perderme en el recuerdo de la hermosa pintora que vi aquella noche en mi balcón y con la que choqué en el ascensor y salió gritando de la oficina de su hermano. Sonrío ante el recuerdo y vuelvo a beber. La botella está casi vacía así que busco otra y me siento en mi escritorio. Me pierdo en los bellos recuerdos de Emma, pero todo eso se ve interrumpido cuando alguien toca mi puerta. 

-¡Lárguense, no quiero ver a nadie! - grito desde mi puesto pero vuelven a golpear la puerta. - ¡¿Qué no escucharon?! ¡Lárguense de una maldita vez, no quiero ver a nadie! Grito, pero la puerta es abierta y veo a Killian entrar. 

- Estás hecho un desastre, Alessandro, no puedes seguir pretendiendo ser un maldito alcohólico, ¿o qué?.

-  Solo quiero estar solo, ¿por qué no lo pueden entender? ¡Lárgate, Killian!.

- No me voy a largar a ninguna parte. Llevas días comportándote así, sé que estás sufriendo pero no puedes dejar que esto estanque tu vida. 

- ¿Qué no estanque mi vida? Killian, ella era mi puto oxígeno y me odia. La perdí para siempre, ¿cómo quieres que esté feliz saltando de una pierna?.

- Tú tomaste esa decisión, dijiste que es mejor para ella. No debes seguir así.

-  No puedo, maldita sea, no puedo vivir sabiendo que la perdí, que la herí como nunca. ¿Crees que es fácil para mí vivir con el recuerdo de ella sufriendo un ataque por mi culpa, que le dije atrocidades? Me siento peor que el maldito Adam. Ella me dijo que la dañé más que él y tiene razón. Soy una basura de hombre que no la merece, pero desea cuidarla con todo su ser aunque me cueste la vida - Me levanto e intento buscar otra botella pero me tambaleo y Killian me sostiene. 

- Deja de comportarte como un maldito crío y madura. Tomaste esta decisión para cuidarla y no eres peor que esa basura. Jamás te compares con él, Alessandro -  Me levanta Killian pero los recuerdos vuelven a mí, así que estrello mi botella contra la pared y boto todo lo del escritorio. Tengo tanta rabia con el francés que la ira nubla mi vista y rompo todo a mi paso. 

- ¡Basta, Alessandro, basta! ¡Detente, te estás haciendo daño! - grita la voz de mi madre pero la ignoro - Por favor, hijo, basta - dice tomando me de los hombros.

 Su toque es tan cálido que me desestabiliza. Me doy la vuelta y veo todo hecho un desastre. Mi madre me abraza y me rompo. Estar en los brazos de ella me recuerda cuando era niño y me cuidaba. Rompo a llorar, por primera vez en mi vida me rompo como nunca. 

- La perdí, madre, la perdí y ahora no puedo vivir sin ella. 

- Claro que puedes, cielo, solo debes arreglar las cosas y hablar con ella - dice mi madre con tono suave. 

- Ella me odia, madre, la herí como nunca. Usé la confianza que me dio para lastimarla y ahora ella sufre por mi culpa.

-  Lo hiciste por algo, Alessandro, tú no actúas así si no fuera por algo, cielo.

-  Todo es la culpa del maldito de Leroy. Por su culpa la perdí. Tenía tanto miedo de que le pasara algo como les pasó a ustedes. Nunca me lo perdonaría si le pasara algo. Me muero si dañan a Emma. 

- Se ve que la amas y por eso, Alessandro, debes recuperarte. Si la alejaste, debes arreglarlo y si la heriste, debes curar la herida que causaste y para eso debes estar estable. Anda, levántate, vamos a que te des un baño y estés algo decente porque ahora eres irreconocible, hijo, pareces un indigente -  Asiento y me levanto. 

Salgo de la oficina junto a mi madre. Killian me mira desde lejos. Subo a mi habitación y tomo un baño y me rasuro la barba que me dejé crecer. Al bajar veo a todos reunidos en la mesa esperándome, así que me uno a ellos. 

- Qué alegría verte la cara, hermano, pensé que te fundirías en tu oficina - dice Nicolás bromeando. 

- Madre, padre, buen provecho - asienten y empezamos a comer en silencio, algo incómodo.

-  ¿Cómo van los encargos, Alessandro? - pregunta mi padre.

- Bien, todos fueron enviados a tiempo. La pirámide está contenta - miento mi padre me mira serio. 

- ¿Estás seguro? Porque a mis oídos llegó que dos embarques fueron robados ayer en la noche.

-  No lo sabía, padre, me pondré al día con eso.

-  Ya basta de juegos, Alessandro, estás por tirar todo abajo. Sé lo que ocurrió con esa chica, sé que llevas 5 días encerrado y sé que el culpable de todo esto es Dean. Lo que le hiciste a la hija de Enrique no tiene nombre. No crié a mi hijo para que vaya por el camino fácil, te crié para que des la cara y no te dejes derumbar por nada y si la amabas como dicen, debiste contarle la verdad. Estás cayendo en la maldita trampa de Dean, deja de actuar como un crío y ten los malditos huevos de pararte como un hombre. No dejes que nuestro legado se venga abajo por un maldito traidor, tú eres mucho más inteligente pero no subestimes al enemigo porque ha dado dos golpes certeros y tú estás cayendo. Ahora, como familia, vamos a arreglar esto a mi manera así que espabila, que no pienso dejar que un maldito francés le coja de los huevos a mi hijo - Brama mi padre furioso y eso era lo que necesité para levantarme y dejar de andar llorando como un crío.

-  Tienes razón, padre, no dejaré que Dean gane esta guerra. Primero acabaré con él y luego recuperaré a Emma, cueste lo que me cueste.

 Primero acabaré con él y luego recuperaré a Emma, cueste lo que me cueste

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Destinados  + 18( Borrador) En Proceso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora