"Qué buen insomnio si me desvelo sobre tu cuerpo".
Alessandro Ricci
Dos días. Tan solo pasaron dos días desde que el señor Brown no despierta, y Emma casi no come. Justo hoy es nuestra cita para ver al bebé, ya que ella estos días ha estado con el doble de malestar y eso me preocupa. También quiero conocer a mi pequeño bebé y ver cómo está. No puedo negar que estoy nervioso.
Emma se está cambiando de ropa y yo la espero pacientemente en la sala, revisando algunos correos de la empresa en la laptop. Estoy viendo que los clubs están yendo perfectamente y que las exportaciones de vinos van de maravilla. Incluso el nuevo hotel está yendo a la perfección. James contrató a una excelente arquitecta. Hacer una asociación con Aiden ha sido una excelente idea; es uno de los empresarios más famosos de Nueva York. Bueno, no tanto como el señor Brown, que es una potencia en este país y en algunos más. Lo bueno del señor Brown es que él no compite contra otras empresas, más bien las ayuda a impulsarse. Por eso él es tan respetado aquí.
Cuando estoy revisando los últimos correos, me entra una llamada de Mikhael Russo.
—¿Qué pasó, Russo? ¿A qué debo tu hermosa llamada?
—Déjate de estupideces, Alessandro. Te llamo porque los de la pirámide tendrán una reunión en pocos días. Todos están contentos por la muerte de Dean, pero necesitan un sucesor. Aisling se postuló, pero a algunos no les gustó la idea de que una mujer se una a esta.
—¡Ay, Dios! Tengo cosas más importantes que hacer que escuchar quejas de una bola de cabrones machistas, Russo. Pero está bien, prepara la reunión dentro de una semana para solucionar esto.
—Listo, Alessandro. Te veré en una semana. Ah, y Dalila me dice que cómo está ella y su tío.
—El señor Brown sigue en coma y Emma no la está pasando bien.
—Comprendo. Si pasa cualquier cosa, llámame, Alessandro.
Le dije que sí y colgué. Vi a Emma bajar con un hermoso vestido celeste que le quedaba de maravilla. Su sonrisa iluminaba la habitación, y no pude evitar sentirme afortunado de tenerla a mi lado.
—Quanto è bella qui la mia piccola Emma.
Qué bella eres, mi pequeña Emma.
—Grazie, mio bel gentiluomo.
Gracias, mi guapo caballero.
—Oírte hablar en italiano me ha puesto duro, Emma.
—Por Dios, Alessandro, debemos ir a la cita del bebé —dice riendo.
Es que, joder, Emma hablando italiano es una jodida maravilla. Me gané el mundo con esta mujer.
—Andando entonces, dolcezza.
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Destinados + 18( Borrador) En Proceso
AléatoireEmma Brown es una joven pintora y estudiante de Bellas Artes. Su vida está llena de colores, pinceles y lienzos, y su mundo gira en torno a la creación de belleza a través de su arte. Por otro lado, Alessandro Ricci es el líder de la mafia italiana...