cap 44

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El amor es un juego en el que todos somos jugadores y nadie gana al final.

El amor es un juego en el que todos somos jugadores y nadie gana al final

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Narra Emma 

Mi cuerpo me duele, las heridas están en carne viva y tengo frío. Adam me pasa una bata blanca nueva.


- Toma, ponte esto. Me da asco verte así - me dice.

Lo ignoro y hago lo que me pide. Me cambio delante de los hombres que están aquí. Hay uno en específico que no quita su mirada de mí. Cuando me siento en una esquina, bajo la mirada de todos, Dean habla.

- Como me encantaría mostrarle a Alessandro cómo su amada parece una rata escondida en una esquina - se mofa. Mi estómago ruge de hambre, pero unos disparos se oyen y un hombre abre rápido la puerta.


- Señor, están atacando los contenedores donde está la mercancía.- Maldición, manda a los hombres a revisar. Adam, ven conmigo. Tú, Renaud, amarra a esa perra y vigila que nadie entre aquí.


Este asiente y veo cómo se retiran. Aún tengo la esperanza de que vinieron por mí.


- Al fin solos, preciosura. Nunca había visto a una mujer con unos ojos tan lindos como los tuyos. Son tan claros que es como ver el océano. Será un desperdicio no probarte.


- No, aléjate, no me toques - le grito, pero este se abalanza encima mío, agarrando mi muñeca. Varios recuerdos de esa noche me invaden. No puedo volver a pasar por esto, no puedo. Con las pocas fuerzas que tengo, le pateo en sus partes bajas y este se retuerce. Me levanto rápido para intentar salir, pero este me toma del cabello y estampa mi rostro contra una pared. Me sujeta a él y veo cómo rompe la bata que uso, dejando mi cuerpo expuesto y empieza a besarme los pechos. Repugnancia, eso es lo que siento. Va a volver a pasar otra vez. Cuando pierdo la esperanza y veo al hombre intentar sacarse el cinturón, una figura conocida lo patea. Esa cabellera roja la reconocería en cualquier lugar.


- Maldito bastardo, matarte sería librar al mundo de una basura más - grita ella, clavándole una daga en el cuello. Lo veo desangrar. No me fijé en la sombra de otro joven que está parado ahí. Es igual a Alessandro, solo que con rasgos diferentes y ojos grises azulados.


- Emma, ¿estás bien?


- ¿Dónde está? - pregunto entre susurros.


- El idiota de mi hermano está derribando toda esta casa. Es mejor salir rápido. Toma, ponte esto. Soy Niccolas, el hermano menor de Alessandro - dice extendiéndome una chaqueta negra abrigada. Intento ponérmela, pero mis heridas duelen y él nota esto.

Destinados  + 18( Borrador) En Proceso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora