Emma Brown es una joven pintora y estudiante de Bellas Artes. Su vida está llena de colores, pinceles y lienzos, y su mundo gira en torno a la creación de belleza a través de su arte.
Por otro lado, Alessandro Ricci es el líder de la mafia italiana...
" Te amo - le -dije - nunca amé a nadie como a ti . Menti . La verdad fue que nunca había amado a nadie . Todo nació allí . Con nosotros dos "
-Javier Saez Castán
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Narra Emma
Horas antes...
Desde que Alessandro se fue, sentí algo de tristeza, pero seguí con mi rutina. Me alimento bien por mis bebés, aunque a cada rato me da algo de sueño. Debo seguir, ya que volví a la universidad y me falta menos de un mes para acabarla. Estoy ahora concentrada en el proyecto final que debo presentar para finalizar mi carrera.
Al salir de la universidad, me encuentro con Camilla y veo a los hombres que me cuidan. Alessandro está paranoico y no le gusta que salga sin vigilancia.
—Hola, Camilla, ¿cómo estás? —me acerco a saludar a mi amiga, que estos días ha estado algo distante. La entiendo.
—Hola, Emm. Estoy mejor, gracias. ¿Cómo están los bebés? —dice mientras deja un beso en mi panza algo abultada. Estos días se ha empezado a notar un poco de bulto y eso me pone feliz.
—Están bien, gracias, Cami. ¿Esperas a alguien? —pregunto.
—Sí, a Lucas. Quedó en llevarme a casa.
—Pero Lucas salió antes. Me lo encontré en el pasillo y me dijo que iba aver algo de los niños.
—¿Qué? ¿Se fue sin avisarme? —grita Camilla, enojada.
—Vamos, yo te llevo, ¿vale? —digo feliz y la veo dudar.
—Está bien, vamos —dice algo nerviosa.
Nos acercamos a mi auto y, ¡oh sorpresa!, Killian es el chofer. Qué mala suerte tiene Camilla.
—¡Oh, hola, Killian! Qué sorpresa verte aquí —digo para que Camilla sepa que yo no hice nada de esto.
Él voltea y me saluda. Al ver que no voy sola, se queda pasmado. Camilla lo ha evitado todo este tiempo desde que él la buscó como loco. Ambos se perdonaron, pero Camilla optó por alejarse.
—Hola, Camilla. Un gusto verte de nuevo —dice Killian.
—Hola, gracias —dice Camilla, cortante pero educada.
Empieza el viaje y recibo una llamada de James.
—Hola, James. ¿Pasó algo? —pregunto.
—Despertó, Emma. Él despertó —dice feliz.
—¿Papá despertó? —logro articular—. Iré para allá ahorita.
—Killian, dirígete al hospital —digo emocionada.
—Dime que lo que oí es verdad —dice Camilla, feliz.
