cap19

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 "Qué buen insomnio si me desvelo sobre tu cuerpo".

 "Qué buen insomnio si me desvelo sobre tu cuerpo"

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Alessandro Ricci

Escuchar las palabras que salieron de la boca de Emma solo fueron una oleada de calor que fueron directo a mi centro provocándome una jodida erección.

 -Será un placer, amore mio.- Y la beso. No es un beso dulce, es un beso salvaje cargado de lujuria y deseo. Emma me corresponde igual con las mismas ansias que yo. Llegamos hasta su cuarto y nuestros labios se separan por un poco de aire. La imagen que me muestra Emma es de ella muy sonrojada, sus hermosos ojos azules muy lascivos y sus labios hinchados. 

-Tan perfecta como siempre, amore mio,- le digo mientras mi mano se dirige hasta su feminidad sintiéndola tan húmeda y lista para mí. -Sei tutto ciò che è giusto nella mia vita, Emma,- le digo mientras la recuesto en la cama y empiezo a retirar su ropa pieza por pieza dejándola en ropa interior. La respiración de Emma es errática, sus ojos se ven tan felinos como nunca y eso me pone cada vez más duro. Así que empiezo a repartir besos desde su cuello que huele a jazmines poco a poco hasta sus hermosos senos. Desabrocho despacio su brassier y puedo sentir como se le eriza la piel a Emma así que lo retiro por completo dejando a la vista esos hermosos senos que me vuelven loco y ansío probar.

 Me introduzco uno en la boca, comienzo a chupar y morder despacio causando así gemidos de parte de Emma. Tiene unos pechos tan hermosos, no son tan voluptuosos, son de tamaño promedio pero son los más lindos que he visto porque todo lo de Emma es perfecto. Chupo y muerdo ambos pechos, Emma se retuerce de placer debajo de mí y eso que aún no he empezado. Empiezo a dejar besos por su abdomen llegando hasta su ropa interior la cual tomo con los dientes y bajo muy despacio por sus piernas retirándolo. Emma no me quita la vista de encima, se ve como una puta diosa. Empiezo a dejar besos desde sus tobillos hasta llegar a sus muslos y Emma intenta cerrar las piernas.

 -Tranquila, amore mio,- Emma asiente y sigo dejando besos hasta llegar a su centro que deja ver lo empapada que está. -Dios mío, Emma, eres un pecado andante y eres toda mía, amore mio.-

 -Sí... sí, Alessandro,- escuchar mi nombre en sus gemidos me incita más.

 -Quiero que grites mi nombre, Emma, no te contengas, si lo haces pararé.- No la dejo responder y empiezo a chupar su centro, sus jugos son un manjar para mí y con los gemidos de Emma son lo mejor de mi puta vida.

 -Dios mío, no pares Alessandro, aaaa- sigo en lo mío y siento que se va a venir y paro, alzo la vista y la veo desconcertada y molesta.

 -¿Por qué lo hiciste? Estuve a punto de ve...- le dejo con la palabra en la boca y la beso desesperado.

 -Quiero que te corras cuando esté dentro de ti, amore mio.- Me levanto y empiezo a desabrochar el traje quedando en boxer, busco en mi billetera algún condón y no encuentro ninguno. -Carajo, no tengo condones,- digo mientras vuelvo donde Emma.

 -Yo tampoco tengo ninguno,- responde tímida. Mierda, ¿por qué no me di cuenta de esto? -Pero estoy limpia, puedo tomar la pastilla mañana,- responde aún excitada.

 -Está bien, preciosa, estoy limpio, no tengas miedo,- le digo y asiente.

 -Yo igual estoy limpia,- responde y la beso.

 -Lo sé, amore mio, solo te lo decía para que estés más tranquila,- y empiezo a besarla y chupar sus senos, con una mano empiezo a masturbarla sintiéndola empapada de nuevo. No espero más y me introduzco de una estocada en ella sacándole un fuerte gemido que me calienta enseguida. Empiezo a embestirla y escuchar sus gemidos es música para mis oídos. 

-Dios mío, Alessandro, más fuerte por favor,- me pide entre jadeos así que la pongo encima mío.

 -Móntame, dolcezza

-Yo nunca he hecho esto.

 -Sé que podrás hacerlo a tu ritmo, amore mio,- asiente y empieza a cabalgarme, al principio fue lento pero poco a poco fue tomando un ritmo fuerte y preciso sacándome varios gemidos. Empiezo a besarla cuando siento que me voy a venir, la ayudo y empiezo a embestirla y ambos llegamos al clímax y un gemido sale de su boca, uno que me deja tenso.

 -Te amo, Alessandro- susurra entre mis labios y la veo dormirse. 

Me encargo de acostarla, busco algunas toallas, empiezo a limpiarle los muslos que dejé pegajosos por mi semen, ya limpia me acuesto a su lado y la pego a mi pecho en donde dejo un beso en su frente.

 -Yo también te amo, Emma,- y me duermo con ella. No sé cuántas horas pasan pero empiezo a tener una pesadilla, me veo a mí con otra ropa en Italia corriendo por las calles de Sicilia pero con una ropa clásica, los escenarios cambian y me veo con una joven rubia quien me muestra sus pinturas, intento verle el rostro pero es imposible, no puede ser Emma ya que ella viste de otra época y de pronto cambia a uno en donde estoy en los brazos de ella cubierto de sangre y ella llorando y me levanto de golpe. No sé qué mierda significa esto.




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Destinados  + 18( Borrador) En Proceso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora