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Cómo todos los días Bin tenía que cumplir un horario en la empresa.

Los últimos detalles de su álbum estaban siendo finalizados, por fin podría hacer una gira en su país.

Normalmente el se dedicaba mucho a hacer sus conciertos y shows fuera del país, creía que sus fans internacionales eran igual de importantes que las de su propio país.

Está vez sería el turno de ellas, esperaba hacer un buen trabajo y que siguieran queriendolo como siempre.

El apoyo incondicional de ellas era algo que siempre lo motivaba a seguir.

A pesar de que la empresa fuera una presión constante.

Opinaban en su vida privada y en sus decisiones.

Aún recuerda la primera vez que estuvo con Dongmin, luego de haber estado con su rubio y llenarlo de mimos, el mismo lo llevo a su departamento prometiendolo volver a buscarlo.

Ese día en la noche, su manager lo llamo histérico porque un paparazzi lo había visto fuera del edificio donde vivía Dongmin, además el le había dado un beso, porque no olvidaba que había sido su primera vez y el no era un imbécil.

Tenia que ser empático con su rubio bonito, después de todo si el hubiera sabido que era su primera vez todo hubiera sido diferente, el lo hubiera hecho sentir de una manera más especial, hubiera sido romántico y hubiera tenido calma.

Pero no, fue todo lo contrario.

Sin embargo a decir verdad no sé arrepentía, Dongmin era lo mejor que le había pasado en los últimos tres meses de su vida.

Era tan lindo, le gustaba absolutamente todo de el, desde su cabello hasta la punta de los dedos de sus pies.

Y su voz...

Mierda su voz era lo mejor, amaba ese acento de Busan que adornaba su delicada voz.

Cómo también amaba escucharlo por la mañana cuando recién se levantaba y su voz era un poco gruesa.

Y ni hablar de lo aguda que se volvía cuando gemía.

Porque la verdad es que amaba el lado tierno y sencillo de Dongmin, ese que no pedía lujos, que no protestaba, que no exigía absolutamente nada, pero también amaba ese lado de Lee Dongmin que solo el conocía.

Su cuerpo desnudo, sudado y brilloso, su piel blanca lechosa dónde sus manos se marcaban con facilidad, sus piernas voluptuosas eran tan fácil de apretar, definitivamente amaba la flexibilidad del rubio, cómo podía ponerlo en cualquier posición sin que esté se quejara y su linda carita, ¡Dios!

Cuando abría sus labios y cerraba con fuerza sus ojos para soltar un fuerte gemido.

Dongmin era todo, era tan completo, tan hermoso, era lo que Bin quería.

— ¿Bin? ¡Bin aterriza! — la mano de uno de sus amigos se sacudía en su cara, Bin dejo sus pensamientos a un lado para prestar atencion a Seungkwan.

—¿Eh?

—¿Pensando en Dongmin como siempre?

El azabache rio fuerte y se acomodo en la silla.

—Déjame en paz.

—Vaya, te tiene en el limbo amigo.

—Ya cállate, ¿Que sucede?

—Te pregunté si estabas satisfecho con tu álbum, a decir verdad a mi me gusta mucho...

Bin se encogió de brazos.

—Supongo que a mis fans les gustará así que... Si, suena bien.

Seungkwan volteó sus ojos.

—¿Y a ti? ¿Te gusta?

—Si..

—Pero...

—No es mi estilo y lo sabes, no me gusta tener que aparentar Seungkwan, no es mi personalidad, no quiero ser un conejito tierno, es estúpido tengo veinticuatro años ¿Que persona de veinticuatro años actúa tan infantil?

El amigo del azabache soltó un suspiro y asintió.

—¿Que de dice la empresa?

—Que aún no es el momento, que debo dar pasos cortos o podría perder mi carrera, incluso me obligan a usar suéters porque empecé a tatuarme un brazo ¿No crees que es demasiado?

—Definitivamente, se toman muchas atribuciones¿Por qué no le pones un alto amigo? No es como si tú los necesitaras más de lo que ellos te necesitan a ti.

—Porque es desconsiderado de mi parte, ellos fueron los primeros en creer en mi cuando nadie lo hacía, les debo todo lo que soy.

—Realmente¿Lo valen Bin? Estás perdiendo cosas ...

—No lo sé— el azabache suspiro pasando las manos por su cara.

Se sentía tan estresado estos últimos días, casi no habia visto ni hablado con Dongmin, su ansiedad estaba al tope.

Necesitaba a su rubio.

Seungkwan miro su teléfono y se levantó.

—Me tengo que ir, por favor piensa las cosas ¿Si? No vaya a ser que pierdas a tu "rubio bonito" por la empresa también...

—Eso jamás...

—Ajá si.

Aquellas palabras habían quedado en lo más profundo de Bin, en el fondo su temor era que Dongmin algún día se cansara de la poca disponibilidad que el tenía, o se buscará a alguien más que si le diera lo que el no.

Tiempo y dedicación.

Y terminará yéndose de su vida.

No mentiría, eso le dolería muchísimo, porque la verdad era que Dongmin lo tenía comiendo de su mano, le gustaba, le gustaba mucho.

Pero como en todo el manager ya había metido la lengua en ese asunto.

"Tus Fans ya tienen una imagen de ti ¿Cómo crees que van a sentirse cuando se enteren que su príncipe azul tiene preferencia por los hombres? Además ¿Crees que todas van a aceptarlo? ¿Crees que Dongmin podrá tener una vida normal después de eso? Pueden atacarlo e incluso acosarlo, a ninguno de los dos les conviene".

Lo peor de todo es que tenía razón...

Tomo su teléfono y miro la hora.

Dongmin ya habia salido de clases por lo que con una sonrisa decidió mandarle un mensaje.

Rubio Bonito

Hola bonito ¿Ya saliste? Me muero por verte...🥺

Espero unos minutos mientras se perdía en su mundo "Dongminniefantastico" con una sonrisa en su rostro, hasta que sintió su teléfono vibrar.

Rubio Bonito

— Hola Binnie, ya estoy en el departamento..

También quiero verte, te extraño mucho 🥺

Digamos que cuando se trataba de Dongmin, Bin tenía un corazón de pollo porque justo ahora le estaba importando una mierda el horario, el álbum y los regaños que obtuviera.

Dongmin lo extrañaba y el también lo extrañaba, así que mando el último mensaje y se levantó de aquella oficina privada que tenía en la empresa.

Rubio Bonito

En cinco minutos llegó bonito, preparate para mí...

Car's outside (+18) | BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora