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El rubio despertaba gracias al frío que se colaba por las ventanas de su departamento, sus pies estaban congelados al igual que sus manos, por un momento se odio por haber rechazado la propuesta del azabache.

Sin embargo ya no había tiempo para lamentos, Dongmin había sido un jovencito valiente que había podido salir adelante por si solo durante meses y un clima frío no iba a ser el motivo por el cual el rubio desistiera de su independencia.

A duras penas se levantó de su cama, su cuerpo se estremeció cuando sus pies tocaron el piso de madera bastante frío, el rubio suspiro y trato de mentalizarse en que el frío era temporal, podía aguantarlo, así que se levantó hacia el baño, mirándose al espejo vio su maraña de cabellos rubios alborotados y su cara levemente hinchada y bastante sonrojada.

Había perdido un día en la universidad, se sentía irresponsable ¿Que le pasaba? Porque últimamente se sentía demasiado vulnerable y sentimental, las situaciones que antes le afectaban mínimamente estaban causando un revuelo en su vida.

Suspiro llenando su cepillo dental de crema para lavar sus dientes, sin embargo cuando su boca sintió la textura del cepillo sobre sus dientes y el mentolado sabor de la crema dental, unas fuertes náuseas se apoderaron de el, dejo el cepilló a un lado y corrió rápidamente hacia el retrete para vomitar lo que tuviera que vomitar.

Quizás algún trago le había caído mal, se levantó bajando la palanca y nuevamente se fue al lavabo.

Mirar el cepillo de dientes le causó cierto asco, sin embargo era extremadamente necesario usarlo, así que trago grueso y Volvió a llenarlo con crema dental.

Una vez que se aseó, su boca se hacía agua de solo pensar en un chocolate caliente con un pastelito de queso, pensó que era relativamente normal por el clima, normalmente cuando el clima está frío las personas optan por tomar chocolate caliente, justo como el...

Así que guiado por lo que quería se abrigo bastante, tomo su teléfono encendiendolo en el proceso y sus llaves, le haría bien caminar un poco.

Mientras salía del edificio reviso un poco su teléfono, algunos mensajes de Sanha, otros de Yuta, no había nada de Bin...

Recordó que ese día era el primer concierto de la gira, seguramente estaba demasiado ocupado y el lo entendía, sentía un pequeño pinchazo en su interior pero lo entendía.

Guardo su teléfono en su abrigo y finalmente camino algunas calles hasta cafetería, pidió una taza de chocolate caliente junto a un pastelito de queso tomando asiento en una mesa para dos cerca del gran ventanal de vidrio, pudo sentir la nostalgia de estar solo en ese momento, Dongmin odiaba sentirse tan vulnerable por esas cosas, odiaba esa sensación que lo abrumaba, quería a Bin ahora, lo necesitaba con todo su ser a pesar de que cuando estaban cerca no compartían todos los días, de hecho lo que más compartían juntos eran las noches de sexo que ambos tenían, sin embargo los últimos días juntos habían sido más que noches y eso le había dado la esperanza a Jimin de que quizás las cosas pudieran ser diferentes.

Pero justo ahora estaban lejos el uno del otro y se sentía como al principio nuevamente, se tenían pero al mismo tiempo no.

Su chocolate y pastelito llegó a su mesa por una tierna mesera coqueta, Dongmin le sonrió agradeciendo su trabajo y se dedicó a probar el chocolate.

Su ojos se abrieron con sorpresa por lo delicioso que estaba, es como si los sabores se hubieran intensificado muchísimo, su paladar bailaba por el espumoso y cremoso chocolate caliente, jamás se había sentido tan complacido y feliz por tomar una taza de chocolate.

Cerro sus ojos deleitándose con el sabor, hasta que su teléfono empezó a vibrar en el bolsillo de su abrigo.

Sin dudar interrumpió su momento glorioso y saco su teléfono

Una videollamada de Bin...

Aquello lo hizo sonreír respondiendo de inmediato a la llamada.

Miro a su alrededor asegurando que nadie estuviera cerca.

¡Hola!

¡Dios! ¿Dónde estabas? Estuve llamando como loco y tu teléfono estaba apagado.

El rubio abrió sus ojos con sorpresa

—Lo siento, estaba dormido...—tomo un sorbo de su chocolate.

Entiendo... ¿Dónde estás ahora?

Salí a tomar un poco de chocolate caliente, está haciendo frío así que... Se me antojo un poco.

Que curioso, tuve el mismo antojo está mañana, ¿Estás abrigandote bien?

Sip...—Bin sonrió ante la imagen tierna del rubio con mejillas rosadas bebiendo como un niño pequeño de aquella taza de chocolate.

Dongmin yo...quería hacerte una pregunta...

Te escucho...

¿Anoche tu... Bueno... No, nada olvídalo

El rubio frunció el ceño mirando la pantalla y luego suspiró.

Anoche salí con una amigo, fue divertido bebimos un poco y luego me fui al departamento, aún que creo que algo me cayó mal, vomité está mañana, ahora me siento mejor...

¿Un amigo?

Si, un amigo... ¿Eso ibas a preguntar no?

Si...No quería ser demasiado intenso pero...

Te mandaron fotos de nosotros...

El azabache abrió sus ojos con sorpresa.

Tuve la sensación de que estaban vigilandome cuando salí del departamento, cuando entre al bar pude ver a dos hombres entrar después de mi y mantenerse a cierta distancia, los ví tomando algunas fotos , no sabía exactamente porque lo hacían pero ahora lo entiendo, querían hacerte creer que estaba saliendo con alguien más— dió un mordisco a su pastelillo haciendo un sonido de satisfacción al probarlo

Oh Dongmin... Eres demasiado listo...

¿Quien te enseño las fotos?

¿Ah? Fue el manager Jackson

El rubio asintio, y siguió comiendo un poco más, sin embargo su estómago empezó a revolverse ante el sabor del pastelillo y el chocolate caliente.

¿Que pasa? ¿Estás bien?

El rubio negó y apenas pudo responder.

Te llamare luego, te quiero.

Nisiquiera escucho una respuesta solo colgó, tan pronto lo hizo corrió hacia el baño de aquel local vomitando lo poco que había comido, su cuerpo se sintió débil por el vomito y empezo a temblar ante la desagradable sensación.

—Dios mío, estoy enfermando...— murmuro al levantarse bajando la palanca del retrete, salió del cubículo y lavo sus manos, enjuagó su boca mirándose en el espejo, quizás estaba bastante mal del estómago?

Pero a cierta distancia el no era el único en sentirse de esa manera, pues el azabache no dejaba de sentir náuseas a los olores fuertes que lo rodeaban.

Su manager se encargó de que recibiera unas pastillas para las náuseas, así pudo terminar el ensayo y empezar a prepararse para su concierto que comenzaba en unas horas.

Car's outside (+18) | BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora