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El tintineo de la campanilla anunciaba que un nuevo cliente había entrado al lugar.

El rubio se enderezó y con una sonrisa miro al frente.

Sus ojos se clavaron en ese hombre otra vez, el mismo que se acercó con una sonrisa brillante y realmente bonita en su rostro.

—¡Hola Dongmin buenas tardes!— bastante confianzudo por cierto...

—Buenas tardes ¿Que puedo ofrecerle?

–Hmm quiero un expreso y una galleta de avena con chispas de chocolate por favor.

Dongmin recordaba que la primera vez que lo vio su pedido había sido similar, sin embargo prefirió callar y armar la orden.

–Disculpa quiero algo más...

El rubio despegó su vista del ordenador para mirar al curioso hombre frente a el.

—Dígame

—Tu número

Los ojos del menor se abrieron con demasía, no solo era un confianzudo si no también un descarado.

—Disculpe pero no puedo hacer eso.

—¡Oh! No quiero que me malinterpretes, soy de Japón y llevo solo un mes en la ciudad, me gustaría hacer amigos y nada más...

Entonces una sensación de alivio reino en el interior del rubio, con una sonrisa asintio.

Entendia perfectamente ese sentimiento de soledad que invadía cuando estás en una ciudad diferente, a pesar de tener a Sanha y Bin, el último era una compañía incierta y Sanha no siempre estaba con el.

Por eso en cierta parte Dongmin aveces se sentía demasiado solo en una gran ciudad.

—Claro—tomo una pequeña notita y escribió su número junto a su nombre, un amigo más no era mala idea.

—¡Muchas gracias Dongmin! Eh.. soy Yuta por cierto—estiró su mano en un cortés saludo, uno que fue correspondido con una sonrisa

Un placer Yuta...

Por otro lado Dongmin no era el único en sentirse de esa manera.

Bin siendo muy joven había dejado su ciudad y la convivencia con sus padres para seguir sus sueños.

No se quejaba, lo había logrado.

Sin embargo la fama no lo es todo y a pesar de tener una cantidad bastante grande de fans, ese sentimiento de soledad no se iba, pero luego pensaba en que al llegar a casa un rubio lo estaría esperando con la cena lista y todos los augurios desaparecian.

Hace mucho Bin no sentía esa sensación hogareña de llegar a casa y que alguien estuviera esperando por ti, por eso le emocionaba llegar a casa esa noche.

Su teléfono empezó a sonar llamando su atención y sacándolo de su ensoñación.

"Minhyuk"

—¡Bin amigo mío!

—Vaya, hasta que te acuerdas que tienes un amigo ¿Dónde estabas Minhyuk? Eh estado llamandote todo el día...

—Por ahí, siendo feliz amigo mío, ¿Cómo está Dongmin?

El azabache suspiro y con una sonrisa dijo:

—Está bien, en casa seguro

—¿Casa? ¿Tu casa?

—Si...

—¡Ohhh! El amor es increíble¿No crees?

—Seguro... ¿Que ocultas?

Car's outside (+18) | BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora