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—¡Wow! Estoy seguro de que Dongmin será muy feliz con ese regalo—el peligris con ojos gatunos exclamó al ver el gran regalo que Bin le tenía a Dongmin para su cumpleaños.

—¡Le falta esto!—Minhyuk apareció en lugar donde el grupo de amigos estaba, con una gran moño rojo y un ramo de rosas gigantes, acomodando ambas cosas en aquel regalo.

—Ahora si está perfecto—dijo el azabache, miro la hora en su reloj, eran las 7:30pm, había pasado todo el día sin llamar al rubio, nisiquiera le había dejado un mensaje de feliz cumpleaños.

Todo para sorprenderlo a la hora de darle su regalo, con ayuda de sus amigos había podido adquirir el regalo para el mismo día.

Estaba nervioso, sabía que Dongmin era una persona sencilla pero haría lo que fuese para que aceptará su regalo, en primer lugar porque ya no quería que el rubio se transladara en transportes públicos y segundo porque le había costado bastante dinero.

Así que pedía a Dios que Dongmin no pudiera peros y aceptara, después de todo Dongmin merecía lo mejor

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Por otro lado los ánimos del rubio estaban por el suelo, despertó con un mensaje despectivo de sus padres, los mismos que le recriminaban el hecho de que tuvieran que felicitarlo a través de un mensaje de texto por la decisión del rubio de estudiar en una ciudad diferente.

Así que si día empezó de lo peor.

Había tenido un día agotador en la universidad, sus músculos dolían por las prácticas de giros, además de los calentamientos que hacían antes de empezar.

Como si fuera poco tenía a Sanha encima de el planeando lo que harían en la noche por su cumpleaños, Dongmin era una persona un poco aguafiestas, los ambientes como bares y esas cosas no eran los suyo, por más que trato de convencer a su amigo de que no era necesario una celebración, este hizo caso omiso y decidió seguir con los planes.

Pero eso no era todo, porque ahora tenía su turno en la cafetería y lidiar con los adolescentes hormonales que iban al lugar creyéndose los reyes del universo, definitivamente eran la peor parte de su día.

No.

La peor parte de su día era que cierto azabache nisiquiera le había mandado un mensaje, nisiquiera un "buenos días" nada...

Sus pensamientos fueron interrumpidos por las risas de un peli castaño que se reía al verlo tan perdido, entonces fue conciente del lugar en el que estaba y se lamento haberse sumergido en pensamientos.

—Disculpe ¿Que se le ofrece?

El hombre frente a el sonrió.

—Quiero un expreso y una galleta de avena con chispas de chocolate por favor ...

El rubio asintio armando la orden en el ordenador, el otro chico extendió su tarjeta para pagar por su pedido y Dongmin imprimió una factura con el número correspondiente de su pedido

—Muchas gracias¿Eh?

—Dongmin, Lee Dongmin, a su orden.

El otro asintió tomando la factura, rozando su mano levemente con la del rubio.

Dongmin no era un experto en estudiar el comportamiento de las personas pero sabía cuando alguien le coqueteaba, sin embargo el siempre los rechazaba, su cuerpo, su corazón y su alma se negaban a aceptar a alguien más que no fuera aquel azabache que le robaba el aliento, sin embargo las imágenes del live pasado junto a los muchos comentarios, hicieron un flash en su mente y por instinto de protegerse a si mismo, le sonrió al otro chico mirándolo a los ojos.

Car's outside (+18) | BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora