Car's outside (+18) | Binwoo

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El día estaba más frío de lo normal, las nubes grises adornaban el cielo y la fuerte ventisca solo daba a entender que pronto llovería.

—¿Estás seguro de hacer esto? Puedes venir otro día, cuando esté soleado quizás...—La madre de Bin intentaba convencer a Dongmin de volver a casa, pues el clima estaba demasiado frío para el.

—Será rápido, solo haré mi informe y volveré a casa...

—En ese caso entonces te esperaré aquí.

—¿Está segura?

—Por supuesto, además tú auto es cómodo, la espera no será molesta, ve cariño, estaré aquí esperándote...

El rubio sonrió mientras asentía bajando del vehículo, la verdad su suegra era una mujer bastante dulce y amigable con el.

Aún así esa sensación extraña en su pecho no desaparecía, desde que se había levantado esa mañana se sentía un poco inquieto, no sabía el porqué, incluso los vómitos matutinos habían sido peores, a tal punto de casi hacerlo quedar en casa por el agotamiento que había sentido.

Pero pensó en aquella reunión y que era su oportunidad de pasar su informe acerca de su temporal retiro, sabía que aquello le costaría la beca, así que después del bebé tendría que trabajar mucho para cubrir la mensualidad.

Decidió no pensar demasiado y emprender camino a su salón, encontrando en el camino a unas de las chicas de su clase.

—¡Oh Dongmin! La reunión será en el teatro ¿Vamos?—El rubio asintió con una sonrisa y siguió a las chicas.

La sensación abrumadora seguía en su pecho como una punzada constante, incluso sentía un hormigueo en sus dedos y un extraño revoltijo en su estómago, todo eso derivado a los nervios que extrañamente sentía.

Al entrar el bullicio de los demás estudiantes del ala de danza se hizo presente, intento buscar a Sanha con la mirada pero le fue imposible, habían muchos estudiantes.

El carraspeó en los altavoces del escenario lo hicieron posar su vista en el escenario, Irene estaba ahí, su mirada parecía perpleja y fija en el, como si de todas las personas que habían en el lugar, a ella solo le interesara su presencia.

Ignoro aquel extraño presentimiento tragando grueso el nudo que tenía en su garganta.

—¡Buenos días! ¡Silencio por favor!—Su voz un poco chillona hizo a todos enmudecer expectantes de sus palabras—Hoy es un día bastante especial, convoqué está reunión con el fin de acabar con las injusticias.

Los murmurós no se hicieron esperar y cada segundo que pasaba Dongmin sentía su cuerpo estremecerse por el ambiente pesado y denso que se había creado de repente.

—Hace unos meses un grupo de personas fueron becados e ingresados a la universidad, específicamente en el área de danza, ¡Todos sabemos que las becas son concedidas a personas con bajos recursos o a personas con intelectos increíbles! Pero... Una de esas personas a sido realmente molesta, pero sobre todo un mentiroso.

En las paredes de aquel teatro los proyectores reflejaron imágenes del Rubió, este se asombró y con pánico busco los ojos de Irene, sin embargo lo único que pudo conseguí en su rostro fue burla.

—Lee Dongmin, no solo nos a engañado a nosotros si no también a la universidad, para nadie es un secreto que nuestro compañero se gana la vida como cajero de medio tiempo, supongo que este a sido su escondite todo este tiempo, tratando de dar lástima cuando la verdad es...

Las imágenes del concierto en Busán de Bin se reflejaron en las paredes, aquellas imágenes reflejaban con exactitud cuando Dongmin lo había mirado mientras cantaba aquella canción, el corazón de Dongmin latía con fuerza mientras sus manos temblaban, estaba preso del pánico que sentía.

—¡Todos pensamos que está canción había sido dedica al idol Minhyuk! Pero no fue así, Dongmin también estaba ahí e incluso se puede ver la sorpresa en su mirada a diferencia del reacción serena en el idol Minhyuk —Las imágenes cambiaron y mostraron unas de Dongmin entrando a la casa del azabache—Esa casa es la casa de Bin y lo se porque está ubicada en la urbanización donde vivo, pero sobre todo los verdaderos fans ya deben saber que si es la casa del idol, ¡Pero eso no es todo!

Dongmin sintió la mano de alguien en su hombro haciéndolo salir del trance para mirar a Sanha con preocupación y darse cuenta de los flashes que estaban grabando todo, de pronto muchas miradas se fijaban en el con diferentes reacciones que variaban en las caras de los demás.

—Dongmin tenemos que irnos.—La voz de Sanha se escuchaba distorsionada, lejana como si no estuviera frente a el

El ruido de aquel vídeo de la cámara de seguridad del bar donde habían celebrado el cumpleaños de Dongmin, empezó a sonar por todo el lugar, en aquella escena donde el azabache había golpeado al amigo del rubio.

—¡El día de su cumpleaños unos compañeros decidieron hacerle una broma! Pero justo llegó ese chico y golpeó a uno de mis compañeros, en ese entonces no lo supe, pero—El vídeo terminó y mostró una foto de hace varios meses atrás donde Bin tenía la misma chaqueta y gorra que llevaba esa noche, su silueta y porte de perfil coincidían demasiado—Pude identificar que se trataba de nada mas y nada menos que Bin, ¡En pocas palabras amigos míos! Dongmin a burlado el sistema con su cara de pobrecito quitándole la beca a alguien que si la necesitaba, cuando es la perra personal de un cantante pudiendo pagar una mensualidad normal como casi todos aquí.

Rápidamente varias personas se acercaron a el jalando su ropa mientras preguntaban si era verdad y ponían el flash de sus teléfonos en su cara.

No había chance, tenía que correr.

Pero estaba tan shockeado que no podía reaccionar, su mirada estaba perdida en cada persona que lo sacudía o lo insultaba, mientras muchos teléfonos lo grababan.

Sanha reaccionó de inmediato ante la gran horda de personas y tomó la mano de Dongmin sacándolo corriendo del lugar.

Por supuesto eran perseguidos, pero nada podía detener al pelirrojo.

Incluso la señora Moon había posado su mirada en aquella escena, entendiéndola de inmediato, encendió el auto y con rapidez se dirigió hacia ellos, sacándolos del lugar con velocidad.

Dongmin se sentía presionado, se sentía angustiado por todas las emociones que acababa de tener, eran tan fuertes las sensaciones que sintió la humedad en medio de sus piernas abriendo los ojos grandes cuando miro el color de aquel liquido.

—¡Estoy sangrando!