Capitulo 10

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Mientras esperaba que terminara mi turno, aún me sentía molesta por el trato de mi jefe. No entendía su actitud hacia mí, y me costaba mantener la calma.

—¿Estás bien? —me preguntó mi compañero Jin, con una preocupación genuina en su voz. Me sorprendió su cambio de actitud, ya que normalmente solía ser distante.

¿Quién eres y que has hecho con Jin?

—Estoy bien, no te preocupes —respondí, forzando una sonrisa mientras aceptaba el batido de fresas que me ofreció. —Muchas gracias por esto.

—No deberías permitir que te trate así —agregó Jin, con una mirada de apoyo.

Pues dime algo que no sepa.

Mi gratitud se reflejaba en mi sonrisa cálida mientras disfrutaba del batido. Pero de repente, la puerta de la cafetería se abrió con un leve chirrido, y mis ojos se abrieron de par en par al ver al guardaespaldas de Jungkook entrar. Traía una caja en las manos y avanzó hacia mí.

Me acerqué rápidamente, saludándolo con una reverencia.

—Hola, Sr. Russel. ¿Qué lo trae por aquí? —pregunté, algo inquieta.

—Hola, Srta. Rachell. El Sr. Jeon me envió para entregarle esto —dijo él con una sonrisa amigable, entregándome la caja que llevaba.

—Oh, g-gracias —respondí, sorprendida al sostener la caja, que era bastante pesada.

—Que tenga un buen día, Srta. Rachell. Nos vemos mañana en el concierto —dijo Sr. Russel con una cálida sonrisa antes de irse.

Observé la caja con curiosidad. Jin me miraba desde el mostrador, y yo le respondí con una sonrisa agradecida.

—Anda a los vestidores, yo te cubro —dijo Jin con amabilidad.

Asentí con una sonrisa y me dirigí rápidamente a los vestidores. Allí, abrí la caja con manos temblorosas y me quedé sin aliento al ver el contenido. Dentro había una cámara profesional, perfecta para comenzar mis pasantías de fotografía. Era un regalo increíble y generoso.

Con cuidado, volví a colocar la cámara en la caja y la guardé en mi locker. Salí de los vestidores con una mezcla de emoción y gratitud, lista para terminar mi turno y, finalmente, disfrutar del resto de mi día.

***

Terminé mi turno laboral con una mezcla de alivio y emoción. Jungkook me había ahorrado el tiempo y el dinero de buscar una cámara profesional, lo cual era un gran favor. Me dirigí a mi departamento con una sonrisa en el rostro.

—¡Adiós, Jin! ¡Nos vemos mañana! —me despedí mientras me alejaba.

—¡Chao, Rachell! —respondió Jin, dándome un breve saludo antes de irse por el otro lado de la calle.

Mientras caminaba hacia la parada de bus, saqué mi teléfono y decidí enviarle un mensaje a Jungkook. Mis dedos se movían rápidamente sobre la pantalla mientras escribía, llena de emoción y gratitud.

Tomé el autobús, y mientras llegaba a mi destino, decidí llamar a Rose.

[Llamada en curso]

Rachell: —Hola, Rose, ¿cómo estás?

Rose: —¡Hola, Rachell! Bien, aquí en casa. ¿Ya vienes?

Rachell: —Sí, voy en el bus. Quiero invitarte a ti y a Mingyu a cenar. Quiero que salgamos los tres juntos.

Rose: —Ay, Rachell, yo creo que deberían salir los dos solos y arreglar sus diferencias.

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