Capitulo 12

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Finalmente, le envié un mensaje a Rose para que se fuera a casa con Mingyu, explicándole que me reuniría con ellos más tarde. Salí del camerino y me dirigí hacia Jungkook, tratando de dejar atrás la tensión del momento.

Estaba en el auto de Jungkook, sintiendo una mezcla de molestia por el comportamiento intenso de Mingyu y nervios por no saber qué quería decirme. El trayecto hacia el departamento de Jungkook me parecía interminable, pero su cercanía y su mano acariciando mi pierna me daban un poco de consuelo.

—Me gustó mucho verlos cantar hoy —dije, tratando de ocultar mis nervios.

—Sí, estaba muy lleno hoy. Lo mejor fue verte en todo el concierto —respondió Jungkook, con la mirada fija en el camino mientras su mano apretaba ligeramente mi muslo.

—Jimin es más lindo en persona —comenté, soltando una risita.

Eso, pongámoslo celoso.

—¿Ah sí? —preguntó Jungkook con un tono de celos que me hizo sonreír.

Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla, sintiendo la calidez de su piel bajo mis labios. Luego, bajé mi mano y le apreté su miembro a través de sus pantalones.

—A mí el que me fascina eres tú —susurré en su oído, disfrutando del calor de su cuerpo cercano al mío.

Que romántica.

Me acomodé en el asiento y le sonreí, mientras él me devolvía una sonrisa ladina. Su mano volvió a posarse en mi pierna, acariciándola suavemente mientras continuaba conduciendo. El ambiente en el auto se volvió aún más íntimo y cargado de expectación.

Llegamos al departamento de Jungkook, y él estacionó el auto. Tomó mi mano con una sonrisa, la cual le devolví sin dudar. Cuando llegamos al ascensor, nos encontramos con algunas personas bajando, y rápidamente solté su mano, notando un leve cambio en su expresión.

—¿Por qué me soltaste la mano? —preguntó con un tono firme, mirándome directamente a los ojos.

—P-p-por qué no quiero que después difundan rumores y te perjudiquen. A mí no me perjudicarán, solo a ti —respondí, intentando mantenerme firme aunque sentía nervios.

Jungkook suspiró, claramente frustrado. —Te he dicho que dejes de preocuparte por esas cosas. Yo sabré cómo manejarlo.

Llegamos a su piso, y él abrió la puerta con la clave de acceso. Me hizo una señal para que pasara primero, lo cual hice sin dudar.

—Voy a ducharme rápido, y bajo ¿ok? Puedes agarrar lo que quieras —me dijo, dándome un beso corto antes de subir a su habitación.

Me quedé esperando en la sala, puse algo de música a un volumen moderado y saqué una cerveza de la nevera. Decidí salir al balcón para fumarme un cigarrillo. La vista desde allí era impresionante, y me encantaba. Mientras contemplaba la ciudad, encendí el cigarro y me relajé con un trago largo de cerveza. "Ghost Town" de Benson Boone sonaba de fondo, creando un ambiente melancólico que parecía reflejar mi estado de ánimo.

Escuché a Jungkook bajar, y lo vi ir directo a la cocina. Estaba sin camisa, con unos joggers negros y zapatillas Nike blancas. Sus abdominales marcados y sus tatuajes eran bastante atractivos. Se acercó al balcón con una lata de cerveza en la mano.

—¿Por qué estás tan tímida y callada hoy? —preguntó, ladeando la cabeza mientras se acercaba a mí.

¿Yo? Pfff....para nada.

—Oh, no, nada que ver. ¿Estás cansado? —pregunté, mientras me sentaba en el muro de ladrillos que tenía forma de maceta.

—Un poco cansado, pero estoy muy estresado —admitió, lanzándome una mirada maliciosa.

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