Capitulo 19

73 7 1
                                    

Me encontraba en el auto con Mingyu, completamente abatida. La decepción y la tristeza se reflejaban en cada uno de mis movimientos, y la preocupación por la falta de respuesta de Jungkook solo aumentaba mi malestar. Lo había esperado por cuatro horas bajo la lluvia, y si no hubiera sido por Mingyu, aún seguiría ahí, esperándolo.

—¿Cómo sabías que estaba ahí? —pregunté a Mingyu, mientras el auto avanzaba lentamente.

—Solo pasé por ahí y me sorprendió verte en esa parada bajo la lluvia. —dijo, mirando hacia mí con preocupación. —Deberías replantearte muchas cosas, Rachell. ¿Vale la pena que pases llorando por alguien que no valora tus sentimientos?

—¿Por qué dices eso? Claro que los valora. —respondí, tratando de aferrarme a la esperanza de que todo tenía una explicación.

A veces también lo dudo.

—Me duele verte así. Estas semanas, tus ojos han perdido ese brillo que me vuelve loco. Lloras todas las noches; ¿crees que no te escucho? —dijo con una voz firme, mirándome directamente a los ojos.

—Min...

—No aguanto verte más así. Te amo, Rachell. Te he amado desde hace más de un año. No quería decírtelo por miedo a perder tu amistad. —suspiró profundamente. —Pero ya no puedo ocultarlo más. Pasarán mil años y esperaré, porque sé que estar contigo es parte de mi destino.

Me quedé sin palabras, con los ojos llenos de lágrimas. La confesión de Mingyu me tomó por sorpresa.

—Min... yo... no sabía que sentías esto por mí. —dije, la voz quebrada. —Pero mi corazón está con alguien más.

Claro que lo sabias, solo que no querías perder a tu amigo.

Obvio no quiero perderlo.

—Lo entiendo, Rachell. —respondió Mingyu, tratando de mantener la calma a pesar del dolor. —Solo quiero que seas feliz. Si eso significa que debes estar con él, lo aceptaré. Pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, sin importar lo que pase.

El silencio se instaló en el auto mientras Mingyu volvía a poner en marcha el vehículo. Aunque el viaje hacia mi apartamento continuó sin más palabras, su declaración había dejado una huella profunda en mi corazón. La tristeza y la confusión seguían allí, pero también sentía una mezcla de gratitud y cariño hacia Mingyu por su apoyo incondicional.

—Esperaré por ti, solo no cambiemos. Sigamos siendo grandes amigos, estaré para ti siempre. —dijo Mingyu, envolviéndome en un cálido abrazo.

Lloro en sus brazos, mi mente desbordada de una mezcla de emociones que no lograba comprender del todo. La sensación de tristeza por lo que estaba ocurriendo con Jungkook, junto con el consuelo inesperado de Mingyu, me dejó vulnerable y perdida.

Mingyu manejó hasta Seúl, y yo me quedé dormida en el auto, agotada por el cansancio emocional. Desperté al sentir el auto detenerse. Ambos bajamos y subimos al apartamento en silencio, un ambiente de reflexión nos envolvía.

—¿Te quedarás hoy? —le pregunté una vez dentro del ascensor.

Lo vas a confundir mas.

Pero necesito a mi amigo.

—No, solo subiré a saludar a Rose. —respondió Mingyu, con una sonrisa cálida que me dio un poco de alivio. —Apenas llegues, te duchas para que no te resfríes. —agregó con un tono preocupado.

—¿Puedes quedarte con nosotras hoy? —le miré con esperanza, sintiendo que necesitaba la compañía de mis amigos en ese momento incierto.

—Claro, haré fideos instantáneos. —sonrió, mostrando un gesto reconfortante.

SOLO UNA FANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora