Capitulo 20

77 7 1
                                    

Desperté con Rachell a mi lado, y la sensación de tenerla cerca era reconfortante. No podía evitar querer quedarme en ese momento para siempre, pero teníamos planes para el día. La abracé y le di varios besos suaves en el cuello, disfrutando del contacto con ella. Quería hacerla mía en ese instante, pero me contuve sabiendo que necesitábamos nuestro tiempo a solas en la cabaña para eso.

—Hola, Kook —dijo, sonriendo mientras se estiraba.

—Cómo extrañaba que me dijeras Kook —respondí, rodeándola con mis brazos.

—Te quiero mucho —murmuró mientras me abrazaba fuerte.

Sus palabras me dejaron momentáneamente paralizado. Había algo en su tono que me hizo sentir que lo decía con una profundidad nueva.

—Te quiero más, bonita —le respondí, apretándola aún más contra mí.

—Me voy a levantar, me ducharé y nos vamos, ¿ok? —dijo, aún abrazada a mí.

Asentí con una sonrisa, sintiendo su calidez. Ella se levantó y me dio un beso corto en los labios antes de dirigirse al baño. Me quedé en la cama, disfrutando del espacio que compartíamos y esperando que terminara de prepararse. Mientras lo hacía, recibí un mensaje de Sejin.

Me costó un momento concentrarme en el mensaje debido a la felicidad que sentía por estar con Rachell y por el futuro que nos esperaba. Sin embargo, era importante que revisara el mensaje para aclarar cualquier malentendido o problema pendiente.

Leí el mensaje de Sejin y vi que mencionaba una reunión. Mi estómago se encogió al recordar todo lo que había pasado, especialmente su comportamiento el día anterior. Sin pensarlo más, decidí llamarlo.

—¿Qué pasa, Sejin? —dije en tono firme cuando respondió la llamada.

—¿Qué pasa? ¿Qué pasa? ¿No sabes lo que hiciste? —Su tono estaba cargado de irritación. — Tu relación con con esa chica no va para ningún lado ¿Lo sabes, ¿verdad? y ahora ni siquiera estás disponible para las reuniones importantes.

—¡Basta! —interrumpí, mi voz cargada de enojo. — No voy a permitir que te metas más en mi vida privada. Lo que suceda entre Rachell y yo es asunto nuestro, y no voy a asistir a ninguna reunión hoy. Nos veremos el lunes para hablar sobre todo esto.

Sejin intentó replicar, pero corté la llamada. Su actitud me había molestado profundamente y no iba a permitir que interfiera más en mi relación con Rachell. Lo que más me importaba ahora era arreglar las cosas con ella y asegurarme de que todo estuviera bien entre nosotros.

Regresé a la cama, esperando a que Rachell terminara de prepararse. Mientras tanto, me sentí un poco más aliviado tras haber dejado claro mi posición con Sejin. Ahora solo tenía que concentrarme en cómo hacer que el día de hoy fuera especial para ella.


 — ¿Qué te pasó? ¿Y esa cara? —pregunta Rachell, saliendo del baño envuelta en una toalla, con el cabello aún mojado. Me sorprende lo atractiva que se ve, y no puedo evitar sonreír con picardía.

— No nada —digo con una sonrisa ladina, mordiendo mi labio inferior mientras la observo.

— No seas tan pervertido, no me mires que todavía estoy enojada —me reprende, aunque la risa que le escapa traiciona su intento de ser seria—. Voltéate.

— Amooooor —digo en tono de súplica, estirando mis brazos hacia ella.

— Nada, voltéate —responde con un toque juguetón que me resulta irresistible.

Rodeo los ojos con una sonrisa y me tiro boca abajo en su cama, hundiendo mi cabeza en la almohada y disfrutando del suave aroma que queda de ella.

En pocos minutos, Rachell aparece nuevamente, lista para salir. Lleva unos shorts negros de Adidas, una camiseta blanca oversize y unos zapatos blancos que resaltan su estilo casual pero impecable.

SOLO UNA FANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora