Capitulo 22

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PERSPECTIVA JUNGKOOK.

Iba en el auto con Tae, con muchas ganas de ver a Rachell. Besarla, abrazarla, decirle cuánto la extrañé y cuánto la amo. Noté que Tae iba camino a la cabaña, nuestro lugar especial. Me alegraba que ella hubiera pensado en encontrarnos allí.

Llegamos y Tae se estaciona. Al mirar hacia el lago, la veo sentada en la orilla. Me despido de Tae, agradeciéndole por ayudarnos, y camino hacia donde está ella. Me deshago de la mascarilla y ella me recibe con una cálida sonrisa.

— Hola, Kook —me dice, aunque noto sus ojos un poco apagados.

— Hola, amor —le respondo, quitándome las zapatillas para sentarme a su lado.

Me siento junto a ella y la abrazo. Ella me da un beso y sonrío.

— Gracias por hacer esto, no sabes cuánto te extrañaba —le digo una vez separamos nuestros labios.

Ella sonríe, pero sus ojos reflejan tristeza. Sé que las últimas semanas han sido difíciles. Le he quedado mal tantas veces, prometiéndole que nos veríamos pronto, pero sin cumplir.

Observo cómo se recarga en sus brazos hacia atrás, alzando la mirada al cielo mientras juega con sus pies en el lago. Suspira y me mira.

— Kook —dice sin dejar de mirarme.

— ¿Qué pasa, amor? —respondo, nervioso.

— Te amo —dice, y sus ojos se llenan de lágrimas.

Te amo. Me dijo que me ama. Sonreí y mi estómago revoloteaba. He peleado conmigo mismo por no saber cuándo decírselo, y ella lo hace primero.

— Terminemos —agrega antes de que pueda responder.

Me quedé helado, viendo cómo esa palabra la destrozaba tanto a ella como a mí. Sentí un dolor en el corazón.

— ¿Por qué? —dije, con la voz temblorosa y un nudo en la garganta.

Agacha la mirada, dejando escapar unas lágrimas, y suspira.

— ¿Recuerdas que me dijiste que no te disculparías porque no hay motivos para hacerlo con la persona que amas? —dijo entre suspiros.

Asentí, con el corazón encogido.

Ella vuelve a suspirar, su voz quebrada.

— Solo piensa en cuántas veces me pediste disculpas —dijo levantando la vista hacia mí.

— Lo siento —dije, con los ojos nublados por las lágrimas que empezaban a asomarse.

Suspira de nuevo, cierra los ojos y hace pucheros.

— ¿Sabes? Cada vez que te disculpas, pienso en lo difícil que debe ser para ti —dijo entre lágrimas—. El Jungkook que conozco siempre mantiene su palabra. Ya no quiero seguir siendo tu escape emocional —agregó.

Cada palabra que salía de sus labios me golpeaba como una tormenta. Quería decirle que la entendía, que haría lo que fuera por cambiar, pero las palabras se me atoraban en la garganta. La amo con todo mi ser y verla tan dolida me destroza.

Estaba destrozado. No podía decir ni una palabra. Mi corazón dolía; no quería perderla. No quería perder a la mujer que me había hecho sentir cosas que nunca antes había experimentado. Estoy enamorado de ella, eso es seguro.

Rachell se levantó y secó sus pies antes de ponerse los zapatos. No podía asimilar en qué momento comencé a perderla. La vi alejarse y volví en mí. Me levanté rápido, me puse las zapatillas y corrí para alcanzarla. La tomé de la mano.

SOLO UNA FANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora