Capitulo 24

155 13 2
                                        

—Hablé con Sejin —dijo Jungkook, su voz llena de sinceridad—. Lo de Lisa es mentira. Ella tiene su propio novio y la situación la está perjudicando. Por eso volvimos antes, para aclarar todo esto. Mañana habrá una entrevista y explicaremos la verdad.

Me miró con intensidad, sus ojos reflejaban una mezcla de frustración y desesperación.

—Y, segundo —continuó, su voz se suavizó—, volví por ti. Este maldito año sin ti, joder Rachell, ha sido complicado. Intenté no aparecer hasta aclarar todo, pero verte hoy ha sido... cómo decirlo... estás bellísima.

Intentaba no parecer frágil, mostrarme firme y que no me afectaba, pero por dentro, Dios, Jungkook me lo hacía difícil...

Dile algo.

Pero no se que decirle.

—Jeon —dije finalmente, girando mi rostro para enfrentarme a él. Nuestros ojos se encontraron, llenos de emociones no dichas.

—La verdad es que... —empecé a decir, pero no pude continuar. Jungkook se acercó, y antes de que pudiera decir más, sus labios encontraron los míos.

El beso era intenso, lleno de todas las palabras no dichas y sentimientos reprimidos. Cada toque, cada roce, parecía reavivar todo lo que había estado escondido en lo más profundo de mi corazón.

Jungkook se separó ligeramente, pero solo para volver a acercarse a mí con una intensidad que me dejó sin aliento. Me tomó de las mejillas y me besó con una pasión arrebatadora. Me acomodé sobre él, ajustando mi vestido para sentarme mejor y subiéndolo hasta mis caderas.

Nos besamos con fervor, dejándonos llevar por completo. Sentía su erección presionando contra mis caderas, y cada movimiento solo intensificaba la conexión entre nosotros.

—Te extrañé tanto —dijo Jungkook, separando sus labios para tomar aire.

No podía esperar para volver a sentirlo. Volví a besarlo con urgencia, el resto del mundo desvaneciéndose a nuestro alrededor. Extrañaba cada parte de él: sus besos, sus caricias, su aroma único, y la manera en que sus manos recorrían mi cuerpo. Su cercanía me estremecía por completo.

Sus manos se movían entre mis nalgas y mis muslos, acariciándome y dándome suaves nalgadas que me hacían gemir de placer. Había pasado un año buscando mi propio consuelo y pensando en él. Ahora, finalmente, estaba aquí, y cada toque, cada caricia, me llevaba al límite. Los vidrios del auto se empañaban debido al calor y la pasión que se desbordaba dentro de él. emergían nuestros cuerpos.

Jungkook giró hacia el estacionamiento de su residencia. Mientras manejaba, su mano seguía acariciando mi muslo, su contacto era una mezcla de ternura y deseo que me mantenía en un estado de expectación.

—¿A dónde vamos? —pregunté, rompiendo el silencio.

—A un lugar más cómodo y privado —respondió con una voz ronca y desesperada.

Asentí y me acomodé en el asiento de copiloto, tratando de calmar el torrente de emociones que me embargaban. Jungkook comenzó a manejar, su mano aún posada en mi muslo, y me pregunté si estaba haciendo lo correcto al dejarme llevar por mis sentimientos y arriesgarme de nuevo con él.

¿Estamos haciendo lo correcto?

La verdad es que Jungkook, la pone difícil.

¿Y si esta con Lisa de verdad?

Entonces, iremos a terapia.

—¿Qué piensas? —preguntó, su voz interrumpiendo mis pensamientos.

Mierda, tengo que dejar de hacer esto.

SOLO UNA FANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora