Nos encontrábamos sentados a la mesa, comiendo. Sentía una ligera incomodidad por lo ocurrido hace unos minutos; el solo recuerdo de que prácticamente me había visto desnuda despertaba en mí una sensación de deseo.
— ¿Te gusta la comida? — pregunté, intentando romper el incómodo silencio.
— Está deliciosa — respondió él.
— Soy experta en hacer que todo sea delicioso — Dije con tono burlesco, soltando una carcajada.
Y si pruebas, te envicias.
Vaya sonaste engreída.
Cero humildad.
— No tengo dudas, aunque tampoco he probado mucho — contestó.
— Baboso — murmuré, rodando los ojos
Terminamos de cenar y nos sentamos cómodamente en el sofá, continuando nuestra charla mientras nos conocíamos mejor. Nuestras conversaciones siempre fluían con naturalidad. Extendí las piernas, apoyando mis pies en su regazo mientras él los acariciaba suavemente con una mano.
— Rachell, ¿por qué dices que el amor no está en tus planes? — preguntó él, sin dejar de acariciar mis pies.
¿De verdad? ¿No tienes nada mejor que preguntar.?
— Mi familia siempre me enseñó a priorizar mis sueños antes que preocuparme por cosas tan abstractas como el 'amor' — respondí, haciendo énfasis en la palabra amor. — Por eso nunca me he enamorado — añadí, dando un sorbo a mi cerveza y soltando un suspiro.
— Si no te has enamorado, ¿Cómo es que besas tan bien? — preguntó, alzando una ceja.
— ¡Ay, Jeon! Por favor, dije que nunca me he enamorado, no que soy una monja, — solté una carcajada.
¿Y este que se cree? ¿Qué sobrevivimos 24 años siendo virgenes?
Si eso parece.
— JAJAJA, eso es lo que más me gusta de ti, eres muy ocurrente y no tienes vergüenza a nada. — Sonrió él, con una chispa traviesa en los ojos.
— Soy adorable, lo sé. — Respondí, juguetona, colocando mis manos en mis mejillas y pestañeando rápidamente.
— Sí, y nada humilde. — Agregó él con una sonrisa ladina, mientras acariciaba mis pies con ternura.
La atmósfera se llenó de complicidad y risas mientras continuábamos disfrutando el momento juntos.
Me agarro de los pies y me arrastro hacia el. Me tomo de mis caderas y me monto en sus piernas.
—¿Qué crees que haces pervertido?-—dije riendo pero sin apartarme de el.
-—Rachell...— Su voz sonó mas ronca aun.
— Así me llamo—. Tome de mi cerveza, aun en sus piernas.
Pues si no me los recuerdas, casi se me olvidaba.
— Me tienes loco, Rachell. Me encantas, me gustas mucho. — Dijo mientras tenía una de sus manos en mis caderas y con la otra apartaba los cabellos de mi cara.
— Si, claro. Estás loco, soy una chica común y corriente. Debes conocer miles de chicas aún más hermosas y que están a tu alcance. — Reí nerviosa ante su comentario.
— ¿Loco yo? Es en serio, no había conocido a una mujer tan auténtica. Me cautivaste desde el primer momento. — Dijo, viéndome fijamente, mientras esta vez sus dos manos rodeaban mis caderas.
Me sonrojé. Solo lo miraba a los ojos; tenían un brillo hermoso y verlo me llenaba de calma.
— Quiero que me ames, Rachell. Quiero ser el primer hombre que ames locamente. Enamórate de mí. Créeme, yo me enamoraré de ti rápidamente. — Dijo, recostando su espalda al mueble y aferrándose con sus brazos en mi cintura.
— Jungkook...
— De verdad me gustas, y mucho. — Suspiró.
— ¿Qué dirán las personas? ¿Tus amigos? ¿Tu agente? Tenemos muchas diferencias. Tú también me gustas mucho, desde antes de conocerte en persona. Siempre le decía a Rose que con la única persona que tendría un romance sería contigo, aunque claro, lo decía en forma de chiste. Nunca pensé que te conocería. — Solté una carcajada.
Ya nos expusiste.
— Hermosa, sé todo lo que te preocupa. Déjame ocuparme de todo, no tienes por qué preocuparte. Aférrate a mí, ámame con la intensidad de un amor único, y yo te corresponderé de la misma manera. — Susurró mientras pegaba su frente a la mía, sus ojos reflejando determinación y ternura al acariciar mi mejilla.
— Está bien, me aferraré a ti. Pero hagamos las cosas correctamente, necesitamos ser cautelosos. Y prométeme que no me harás llorar, porque entonces sí te daré un buen golpe. — Respondí, con una sonrisa cálida mientras cruzaba los brazos, pero sin apartarme de su cercanía.
Pero que dices Rachell.
Él me sujetó con más firmeza, acercando nuestros rostros aún más, creando una conexión íntima donde podía sentir su aliento mezclándose con el mío.
— No te haré llorar, te haré muy feliz. — Dijo con una sonrisa pícara. — Nunca te pediré perdón o disculpa porque no permitiré que seamos miserables. Seremos muy felices, ya verás.
— Realmente creo que estás loco. ¿Cómo puedes decirme estas cosas si nos conocimos hace apenas unos días?
— Si te vieras como yo te veo, entenderías lo perfecta que eres. — Me atrajo hacia él y me abrazó. — ¿Entonces estamos saliendo? — Preguntó, aún abrazándome.
— No, no me has pedido salir. Me pediste que me aferrara a ti. — Respondí apartándome de él.
Eso, que no piense que es así de fácil.
— Cierto, bueno vamos poco a poco. Pronto te pediré que seas mi novia. — Sonrió y volvió a abrazarme. — ¿Irás al concierto que tendremos el fin de semana? — preguntó.
— No he conseguido las entradas, Rose y yo hemos intentado, pero se agotan muy rápido. — Dije haciendo pucheros.
— No te preocupes. — Se aferró más a mí.
Ya estaba un poco ebria, ya que mientras hablábamos tomábamos cerveza. Estar así pegada a Jungkook me encantaba, me sentía feliz por todo lo que me había dicho recién.
— Kooki... — Dije aún abrazada a él.
— ¿Sí, hermosa? — Respondió él.
Me acomode bien en sus piernas, agarre sus mejillas y le di un beso corto y me aleje.
En cuestión de segundos Jungkook me tomo fuerte de mis caderas y me beso. No fue un beso corto, fue un beso intenso, mientras mas nos besábamos aumentábamos el ritmo, podía chocar su lengua con la mía. Sus manos seguían en mis caderas, esta vez bajo una de sus manos a mi trasero y lo agarro fuerte. Solté un leve gimoteo. Comencé a sentir mi intimidad humedecerse mas y mas, pude notar un bulto que crecía a medida que seguíamos besándonos. Lo aleje y me levante. Recordé que tenia solo la camisa de Jungkook puesta y la ropa interior.
—¿Qué ocurre? —Dijo tomando mi mano.
—Mejor paremos aquí por hoy.—Respondí agitada y mordiendo mi labio superior.—Voy al baño.— agregue.
—Iremos despacio mi amor tranquila.—Se levanto acomodando su pantalón el cual se notaba su erección, me sonrió y me dio un beso corto.
Sonreí, y fui al baño. Me eche agua fría en la cara para bajar el calor que emitía mi cuerpo.
Dios mío este hombre me encanta.
![](https://img.wattpad.com/cover/369449320-288-k309726.jpg)
ESTÁS LEYENDO
SOLO UNA FAN
Romance"Solo una fan" narra la transformación de Rachell, una joven con ojos azules como el mar y cabello rojizo como llamas, cuya vida estaba centrada en el estudio y la rutina. Al mudarse a Corea del Sur, descubre una nueva pasión por la fotografía y una...