29. Una ventaja.

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Aurora.

La expresión en el rostro de Evan me hace saber lo molesto que se encuentra pero puedo ver en el fondo la angustia y la preocupación por lo que diré. 

Mollie se ha ido pero sé que me escuchará, esto es algo de lo que he hablado con ella pero nunca a detalle. Hasta el momento no he logrado abrirme con ella ni con ninguna otra persona acerca de ese hombre, esa persona que tanto daño me ha hecho.

─Evan, esto es más complicado de lo que piensas... ─las lágrimas salen por sí solas, no puedo evitarlo. 

Evan espera con paciencia, sin presionarme pero sin duda con la mirada determinada. Quiere saberlo y a decir verdad necesito decírselo.

─Guilio y yo comenzamos a salir cuando yo estaba en la preparatoria. Cuanto más nos conocíamos me enamoraba mas de él así que para cuando salí de la escuela ya estábamos pensando en la idea de casarnos ─el recuerdo de aquello solo hace que mi estómago se revuelva y mi corazón se apriete, me usó y yo fui una estúpida─. Nos comprometimos...

Evan se mantiene neutro escuchando con atención, sin pedirme que continúe mientras que yo limpio mis lágrimas con el dolor atascado en mi garganta con cada palabra.

─Me presentó a algunos de sus amigos importantes y entonces me dijo que podíamos comenzar una empresa con ellos. Fue algo muy importante para mí por qué era algo que íbamos a hacer juntos, una manera de comenzar nuestra vida juntos y felices.

La palabra feliz sabe agria cuando recuerdo todo pero es así como yo me sentía y me repugna eso.

─Hice lo que me pidió y me codee de gente importante, adinerada y tonta. Yo sabía que cada persona en la sala donde entráramos era idiota, todos los que son tremendamente ricos piensan que jamás van a perder dinero así que cuando hablaba con ellos los analizaba y tomaba notas en mi cabeza. De alguna manera sabía que en un futuro me iba a servir saber sus debilidades y metas así que las memoricé. Guilio continuaba a mi lado siempre así que me sentía segura.

» Un día llegamos a la empresa de Xavier, uno de sus allegados, Guilio me ordenó poner extrema atención a esa reunión así que lo hice sin preguntar. Cuanto más hablaban más extraño se ponía el asunto. Yo había visto los puntos débiles de cada uno pero Guilio también, el problema consistía en el uso que se le daría a esa información. Xavier le estaba proponiendo a Guilio aumentar la fortuna de su empresa con el dinero de uno de los señores mas ricos de la ciudad y al ver qué yo prestaba suma atención al acuerdo me unió a la conversación, peor aún, al robo.

» Pasaron los días y el plan era firme, sólido, pero aún así me sentía mal por ayudar en eso pero Guilio me lavó la cabeza haciéndome pensar que todo estaba bien y que todo era legal. Que el dinero que le estaban quitando era de ellos y solo intentaban recuperarlo. Me uní al plan, fui el plan y lo ejecuté. Malversé los fondos y robe diez millones de dólares pero cuando todo terminó Guilio quería más así que hablé con su padre. Él puso una denuncia y entonces huí, supe que Guilio mandó a golpearlo pero yo me alejé lo más que lo pude de él. Tomé mis maletas y huí con un millón de lo que él había robado.

─¿Donde está ese dinero? ─pregunta Evan con calma.

─En una caja fuerte, he usado muy poco.

─Aurora, tu no hiciste nada malo...

─Yo lo robé ─jadeo sin controlar mi llanto.

Evan me toma en brazos y entonces me dejo ir, suelto la carga que he llevado tantos años a lágrimas, a gritos.

Mi hermano me aprieta contra él demostrando su apoyo hacia mí, simplemente aún no puedo creer como es que fui tan estúpida. Guilio me usó a su antojo, me manipuló y yo caí como una idiota en su juego, le ayude a robar muchísimo dinero y ahora está intentando acabar con mi familia.

Mi adorable padrastro ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora